¡Los vicios del sufragio!

MA
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21 de abril de 2021
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01:41 am
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¡Los vicios del sufragio!

Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez

Es evidente que existen vicios en el sufragio, que se burla al electorado, que se desfigura la democracia. Pero no es de hoy, eso nació con Pepe Lobo y Juan Orlando Hernández con mando de poder dictorial. Lo digo no para fustigar a un solo partido, sino para señalar una deficiente organización de la vida hondureña a través de todos los regímenes que la han gobernado, unos en mayor medida y otros en menor cuantía. El hecho es que siempre el político corrompe todos los esquemas, violando valores que el pueblo no soporta más, esos crímenes envueltos en el civismo. Aquel criterio primario de dividir al país en dos sectores, cuajado el uno de todas las excelencias y perfecciones y reducto el otro de todos los defectos y perversidades, puede ser hasta una habilidad electorera pero constituye una negación de justicia y es desconocer elementales principios de sociología y psicología dado que los grupos en que se pretende incendiar al país están constituidos por elementos étnicos y psíquicos de una misma nacionalidad. Al rechazar ese criterio pueril, no niego la conveniencia de la separación de los bandos políticos actuantes ni el papel de la oposición cuando ella no se plantea únicamente para encontrar defectos al gobernante e inspirar solo en el desprestigio, la calumnia o el insulto como bandera de lucha. Noble papel el de la oposición cuando hace su tarea de juez justiciero que distingue al hombre de buenas acciones de aquel que no las tiene; que selecciona la buena acción de entre las que merecen censura y en la que el partido de gobierno encuentra no un verdugo ni un calumniador sino un juez severo para sus propios partidarios!

No soy de los que creen que ya se ha realizado la conjunción de los diferentes movimientos del Partido Liberal histórico en Honduras, que ha sido traicionado en varias ocasiones por elementos sin moral y ética, estimo que nuestra democracia vive precisamente en razón de esas encontradas fuerzas; de la crítica oposicionista, lista a enfrentarse a los posibles desmanes y a los naturales errores de la fuerza dominante. Desde que haya cita de hombres sobre el haz de la tierra, habrá diferencias con tendencia a polarizarse alrededor de cada hecho afectivo. Aún dentro los partidos totalitarios, como lo es el de la “estrella solitaria” siendo como es para su supervivencia esencial la uniformidad del pensamiento, no deja formarse matices de izquierda y derecha entre ellos mismos.
Siempre he creído que en la vida de las ideas antes del hecho intelectual está el afectivo y temperamental. Hay hombres temperamentalmente revolucionarios y los hay temperamentalmente conservadores. El temperamento, asiento profundo de personalidad, no hace cosa distinta que buscar, seleccionar subconscientemente los elementos intelectuales que nutran su fuerza inicial revolucionaria o estática, reformista o conservadora. De ahí que a través de toda la historia patria y en todos los países encontramos figurando en los partidos de izquierda gentes de ideología conservadora, por ser conservador su temperamento, y al mismo tiempo solemos hallar de las ideas conservadoras temperamentos revolucionarios, por fenómeno efectivo contrario.

Todo el gran conflicto que se genera en el pueblo es por culpa de los vicios que se dan en el sufragio llenos de perversidad, de políticos gobernantes que están preñados de maldad y tienen dolor de parto y, pronto darán a luz a la mentira. Por eso ¡maldito el hombre que cree en el hombre mismo! Felicito a los del “CNE” por demostrar la calidad moral y ética que les debe llenar de vergüenza el papel desempeñado en la última función del circo de sus ambiciones venales.

Pido a todo el pueblo liberal que se una en un solo haz de voluntad para poder desterrar el cáncer de la “estrella solitaria” que nos tiene internacionalmente marcados como país narcotraficante.
El amor es lo que uno más obtiene cuando más lo da. Solo Dios conoce el corazón del hombre y lo llena de amor cuando está vacío. Hagan de la patria el pabellón de sus verdades y mañana serán ungidos como los buenos hijos de nuestra bella nación. Amémosla con todas las fuerzas de nuestro corazón y alma.

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