“Concordia res parvae crescunt”

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25 de abril de 2021
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12:02 am
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“Concordia res parvae crescunt”

Por: Jorge A. Molina Prudot
Ingeniero Industrial

La unión hace la fuerza y se deriva de la frase en latín “concordia res parvae crescunt” que quiere decir: Las cosas pequeñas florecen en la concordia” ha sido acuñada por el escritor Salustio en el 111 a. C.

Salustio comienza su relato con una explicación en la que hace hincapié en lo susceptible que es el hombre de corromperse moralmente. Afirma que obrando bien se es capaz de alcanzar la inmortalidad del alma.

Este lema fue utilizado originalmente por la República Holandesa y es parte de la cultura de al menos 11 países siendo los más determinantes Bulgaria y Haití en su escudo nacional de armas y es el lema nacional de Bélgica, Bolivia y Bulgaria. Además de ser el lema de un centenar de organizaciones sociales.

En la moraleja de la fábula “El viejo y sus hijos”, escrita por Esopo (564 a. C.), se ha representado en varias formas y sintetiza el hecho que: “Todo poder es débil, a menos que permanezca unido”.

“Un labrador muy entrado en edad tenía varios hijos varones que eran muy jóvenes, estos hijos se llevaban muy mal entre ellos, no compartían nada, eran egoístas y no hacían caso de los consejos de su viejo padre. Pero un día el anciano padre reunió a todos sus hijos para darle un último consejo antes de morir.

Para ello el viejo, hizo traer unas varas y juntándolas todas hizo un manojo y les preguntó a sus hijos: cuál de ellos era capaz de romperlas. Uno tras otro, desfilaban los hijos, para tratar de romper el manojo de varas, pero ninguno de ellos consiguió hacerlo.

Entonces el padre desató el manojo de varas y tomando una a una les enseño que era muy fácil romperlas de ese modo. Con esto les dijo el padre: “Quiero demostrarles hijos míos, que si están todos unidos, nadie les podrá hacer daño, pero si están divididos y con todos esos sentimientos negativos como los estáis ahora cualquiera podrá lastimarles”.

Cuán vigente está esta frase el día de hoy y cuán importante es que nuestros políticos y autoridades la entiendan y más aún la logren poner en práctica. Entender que el descrédito, el pleito, bochinche, las burlas, las ofensas y por sobre todo las faltas de respeto al contrario, no hacen más que desunir a una sociedad que lo último que necesita es navegar en rumbo a un abismo de la intolerancia y autosuficiencia en donde perdemos todos.

La clase política no es más que una representación de lo que sucede a todos los niveles de nuestra patria, con el antecedente que son caldo de cultivo por la exposición mediática que tiene y el grado de influencia de cada uno de los actores, pero hemos de aceptar que pasa exactamente lo mismo en el núcleo central de la sociedad que es la familia, pasando por la empresa privada, iglesias y organizaciones civiles.

Hoy más que nunca debemos entender que la familia, la empresa, la iglesia, las organizaciones sociales, los partidos políticos y el gobierno, no se pueden dirigir de manera correcta y con éxito sino se toman a todos los participantes en consideración, dejando a un lado los resentimientos y los problemas, sino enfocados en buscar lo mejor para todos, tratando siempre de utilizar las cualidades de cada persona en beneficio de la todos.

Nadie puede negar que existen personas con altísimo talento, educación, determinación y disciplina, diseminadas en los distintos ámbitos de la sociedad y que además representan en esencia un grupo social que debe ser incluido para lograr la tan ansiada unidad. Demás está pensar en colores políticos, sexo, raza, estatus social o religión, porque al final todos son necesarios e indispensables, pero si la clase política de nuestro país no comprende que con sus posturas anti unidad lo único que logran es el rechazo de la sociedad pues siéntanse listos y servidos para un futuro cercano.

Es momento crucial para que todos dejemos de recordar los errores pasados y nos enfoquemos en cómo salir adelante en unidad y armonía aun cuando no estemos totalmente de acuerdo, deberá siempre respetarse la voluntad de las mayorías y con sabiduría e inteligencia alejarse de los que buscan crear crisis y continuar desuniendo a la familia hondureña.

La unión hace la fuerza pero la división hace débiles aún a los más fuertes.

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