Esquinas con historia…

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1 de mayo de 2021
/
12:56 am
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Esquinas con historia…

Otrora “esquina de los buclosos”. Hoy zona peatonal. Joyería Cantero ya no existe aquí.

Esquinas del centro capitalino que tuvieron su auge en un tiempo. Hoy son testigos mudos de un pasado que quizá… fue mejor.

La capital. Sus antiguas construcciones que contrastan con los modernos edificios, le aportan un aire singular a esta ciudad que se resiste a olvidar su pasado.

Aunque a las autoridades edilicias capitalinas poco les importa dar apoyo para que este pasado histórico sea conocido por sus habitantes. Como lo hacen en otros países que dan valor a esta labor. Por eso dicen que somos diferentes.

Hola mis amables lectores adonde se encuentren. En la Honduras de allá o de la acá. Nuevamente con ustedes, gracias a Dios. En medio de tanta noticia y acontecimientos nefastos por doquier, viene bien estas lecturas para el relax de fin de semana.

AYER Y HOY. Esquina del Hotel Marichal.

AYER Y HOY

En sus viejos edificios de adobe, techo entejado, angostos callejones de piedra y adoquín, se escribe parte de la historia de una Tegucigalpa que tuvo sus orígenes en las faldas del cerro El Picacho en 1578.

Estrechas callejuelas, por donde apenas circulaba un vehículo, ahora -por el paso inexorable del tiempo- presentan otra cara.

Pasaron a ser vías pavimentadas, testigos del infierno vial por el intenso tráfico y bullicio. A pesar de lo que se hace en mastodontes de cemento, puentes a desnivel, el embotellamiento vial continúa.

Largas colas a las horas pico son las que sufrimos todos los conductores. Gasto de tiempo y combustible. El parque vehicular crece cada día y la ciudad cada día se va quedando chica.

Intenso calor. Y sin árboles que dieron paso a la “modernidad”. Supieran las nuevas generaciones la frescura de la Teguz de ayer. Suave brisa que bajaba del otrora frondoso cerro del Picacho, hoy inundado de invasiones. Aunado a los incendios de manos de malos hijos que lo han dejado pelón, seco y triste.

Sus antiguas construcciones que contrastan con los modernos edificios le aportan un aire singular a esta ciudad que se resiste a olvidar su pasado. Aunque a las autoridades edilicias capitalinas poco les importa dar apoyo para que este pasado histórico sea conocido por sus habitantes. Como lo hacen en otros países que dan valor a esta clase de entregas. Por eso dicen que somos diferentes.

Esquina de la antigua farmacia Cruz Roja. El negocio ya es historia.

ESQUINAS

La antañona Real de Minas pese a la situación de vulnerabilidad que enfrenta, conserva valiosos tesoros patrimoniales.

En su centro histórico cuya alguna magia emerge desde los barrios La Leona, El Bosque, Buenos Aires, Barrio Abajo, las Delicias. Desde el Guanacaste, La Ronda. Pasando por edificios patrimoniales donde destacan la Catedral Metropolitana, la Casa Ramón Rosa, la emblemática Plaza Central y el antiguo Palacio de los Ministerios (hoy MIN), entre otros.

Hablemos ahora de las esquinas famosas que el tiempo no ha borrado. Aunque ya son otros negocios los que las acobijan. Una mítica. Esquina de la joyería Cantero. Aunque este negocio ya no existe. Hoy aquí un almacén.

Situada en la ahora zona peatonal, en un pasado, en la temporada de los fuertes vientos comenzando en octubre, aquí se formaban remolinos que sorprendían a las muchachas que transitaban con sus acampanadas faldas. Ocasión que a los jóvenes permitía admirar sus torneadas piernas.

Por ello y más aquí se apostaban los chavos de la época sesentera para “piropearlas”. Con sus cabellos con mucha vaselina y sus tremendos bucles. Eso provocó que se le llamara en esa época “la esquina de los buclosos”.

La adornaban lindas colegiales de los entonces colegios, María Auxiliadora, Tegucigalpa, Alpha, Gregg. Y los jovencitos emulando la moda de los cantantes de moda de entonces. Enrique Guzmán, César Costa, Alberto Vásquez y un poco más allá a Elvis Presley. Era el tiempo del rock and roll.

La de la antigua “Pagoda de Oro”. (Frente a hoy Hondutel, en el centro). Este negocio desapareció hace tiempo.

OTRAS

Esquina de la Cruz Roja. Aunque la farmacia que llevaba este nombre ya no existe, este punto es todavía tomado como legendaria referencia. También tiene su especial historia de un pasado juvenil.

Aquí se apostaban muchos jóvenes a ver pasar a las jovencitas a su salida de clases. El colegio María Auxiliadora estaba a solo unos metros abajo.

Esquina de la Biblioteca Nacional. En este edificio funcionó como tal para hoy conocerse como Casa Morazán. Tenía más fama porque enfrente estaba el cine Variedades y esquina opuesta, enfrente del edifico Shacher, se vendían los famosos sándwiches de basura. Todo hacía que este sitio fuera muy concurrido, día y noche.

Esquina de Los Corredores. En el vetusto edificio que luego fue pasto de un pavoroso incendio a mediados de los sesentas, también se hacía remolino la juventud de entonces en su Café de París. Hoy edificio Midence Soto frente a Parque Central.

Esquina de la “Pagoda de oro”. Este inmueble albergó por mucho tiempo un concurrido restaurante chino con este nombre. Famoso porque por cada cerveza, de boca casi servían un chapsuey completo, o medio plato de arroz.

Con dos cervezas almorzaba o cenaba el marchante. Los locutores de las radioemisoras que funcionaban cerca en el edificio Lardizábal, Radiópolis, Unión Radio y Titania, eran asiduos clientes. Lo mismo que los empleados del Telégrafo Nacional que estaba enfrente. Ya también es historia.

Antigua esquina nocturna en el mercado Los Dolores. Vean. Eran madrugadas más tranquilas. Esto también es historia.

Y…

Esquina del hotel Marichal. Hoy todavía se resiste al tiempo y sigue funcionando. Aunque ya no con la modernidad que lució en aquellos años cuando no habían construido los hoteles que vemos ahora.

Era el punto de encuentro de jóvenes después de las “Cocacoladas” (bailes) en el Instituto Central que quedaba frente a parque La Merced.

Aquí se miraban grupos hasta altas horas de la noche platicando animadamente sin que nada les ocurriera. Eran otros tiempos.

Y por hoy hasta aquí mis amables lectores. Hemos dejado otra HUELLA imborrable de esquinas que tuvieron su auge en un tiempo y que hoy son testigos mudos de un pasado que quizá… fue mejor.

De la mano del Altísimo y con las medidas de bioseguridad, hasta el próximo sabadito, si Dios quiere.

QUE EL NOS CUIDE A TODOS.

(Comentarios y más a mi correo: [email protected]. Y en mi muro de FB. Carlos Arturo Matute)

Antiguo Cine variedades. Ya es historia.
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