En vida Roy Orlando Posas, el eterno preparador de porteros de selecciones y de clubes, tenía una particularidad de ganar amigos por su forma de ser, de hablar, por sus frases e ingenios que pocos tenían, eso le hizo ganar muchos amigos entre ellos, sus compañeros, uno de ellos Gerardo Mejía, que hoy se suma al dolor por su partida sin retorno.
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