EN LA MALEZA

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5 de mayo de 2021
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12:25 am
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EN LA MALEZA

GANADORES Y PERDEDORES

EL ingreso en concepto de los recursos que nuestros compatriotas envían a sus parientes desde el exterior ha incrementado a raíz de la reactivación de la economía norteamericana y a la mejor atmósfera que disfrutan los indocumentados ahora que la nueva administración demócrata da un trato diferente, mucho más amable, a la inmigración. Un récord histórico de 2,500 millones de dólares percibirá la economía de Honduras por concepto de remesas familiares en el segundo bimestre del año. Hasta el pasado 8 de abril el Banco Central de Honduras confirmó el ingreso 1,727.3 millones de dólares lo que representa el 43.7 por ciento del total de ingresos de divisas que ascendieron a 3,952.2 millones de dólares. Ese aporte de más de un millón de migrantes hondureños radicados en el exterior provocó que la entrada de divisas aumentara en 24.0 por ciento en comparación a la misma fecha del año anterior. Lo otro que ayuda son los mejores precios del café que superan los $143 por quintal en la actualidad. El grano aromático hondureño se paga con diferenciales positivos de 10 y 12. Con un precio internacional de 143 dólares, más un plus de 12 dólares, resultan hasta 155 dólares por quintal.

De los temas abordados por Biden en su primer mensaje a ambas cámaras del Congreso, lo pertinente a la política inmigratoria, dados los cientos de miles de compatriotas indocumentados que residen en los Estados Unidos, es lo más cercano a nuestros intereses. El presidente instó a poner fin a “la agotadora guerra” partidista sobre la inmigración durante el primer discurso de su mandato. Pidió además a senadores y congresistas “que aprueben su reforma migratoria, que busca regularizar a los 11 millones de inmigrantes irregulares que viven en el país, un proyecto que está estancado en el Senado ante la falta de apoyo de la oposición republicana”. Con frases cortas y precisas resumió el fondo de su propuesta: “Si creen que necesitamos una frontera segura, apruébenla”. “Si creen en una vía hacia la ciudadanía, apruébenla”. “Si realmente quieren resolver el problema, les he enviado el proyecto, ahora apruébenlo”. “Durante más de 30 años los políticos han hablado sobre reforma migratoria y no han hecho nada –les dijo– ha llegado el momento de resolverlo”. Sin embargo, consciente que ocupa el apoyo de republicanos moderados para poder lograr cualquier avance, pidió un enfoque de prioridades para favorecer ciertos grupos.

Entre ellos los jóvenes conocidos como “dreamers” (soñadores), a los trabajadores agrícolas y a los beneficiarios de los programas Estatus de Protección Temporal. “Si el Congreso no va aprobar mi plan, al menos aprobemos lo que estamos de acuerdo”. “La reforma migratoria que propuso Biden en su primer día en el poder contempla un proceso de ocho años para que los 11 millones de indocumentados del país logren la ciudadanía”. No hay ninguna duda que ese tema de la reforma legal inmigratoria no ha avanzado en las últimas décadas. Cae en el debate político partidario y no prospera. Durante el primer período de Obama, cuando los demócratas ganaron control de ambas cámaras, perdieron la oportunidad de sacar la reforma ya que su prioridad fue pasar el “Obamacare”. Ya cuando entró en agenda el tema de la inmigración se enredó en la maleza política, se convirtió en disenso entre republicanos y demócratas en la campaña electoral, y se perdió la oportunidad. Ojalá ahora ello no ocurra.

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