El final esperado con el FMI

MA
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11 de mayo de 2021
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01:26 am
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El final esperado con el FMI

Rafael Delgado Elvir

Como era de esperarse la revisión del acuerdo Stand-By por parte de la misión del FMI siguió el curso esperado. Las pláticas se dieron y concluyeron exitosamente según los voceros de ambas instituciones. Los técnicos del organismo internacional proponen ahora en su comunicado oficial continuar trabajando con el gobierno en el marco de lo acordado. Proponen además elevar la línea de crédito al gobierno por un monto hasta de 769 millones de Dólares y flexibilizar la meta fiscal permitiendo que el déficit llegue hasta un equivalente de 5.4% del PIB en este año, justificando todo lo anterior con las dificultades surgidas a raíz de la pandemia y los huracanes.
Ante esto el país no puede quedarse callado ya que evidentemente es un buen arreglo para la cúpula gobernante a quien se le brinda un corto respiro frente a su propia crisis. La mala gestión de los recursos de la pandemia expuesta reiteradamente en la lentitud de las acciones y la corrupción, no entraron en las consideraciones finales de las pláticas. Al contrario, en los informes pasados y los de ahora, se resalta una vez más el compromiso del actual gobierno por resolver la corrupción en el gasto e inversión pública, situación que nunca ocurrió ni ocurrirá.

Este arreglo no augura buenos resultados para el resto de los hondureños, que pasan también por su crisis y que serán afectados por los compromisos contemplados en el acuerdo Stand-By. Dentro de todo esto hay algunas medidas que nunca han sido del agrado de los hondureños. Es el caso de la ENEE, institución pública que ha estado sometida permanentemente a un despojo por diferentes vías. Además de las enormes pérdidas técnicas y por robo de energía, los onerosos contratos que se han firmado y la carga que esto ha representado para la empresa estatal es inmanejable. El FMI insiste en reducir esta deuda acumulada con los generadores privados de energía y avalan el endeudamiento adicional para saldar cuentas nacidas en uno de los peores capítulos de la corrupción. Otro tema de suma importancia para la economía del país es la flexibilización del tipo de cambio que implicará muy pronto dejarle el poder de las divisas a los bancos privados quienes según las exigencias del FMI se convertirán en los jugadores más importantes en el mercado de la divisa.

Tampoco es una buena noticia ya que abre las puertas para incrementar el gasto en manos de una burocracia que ya dio suficientes muestras de su incapacidad y corrupción. Es evidente que se requiere de cantidades considerables de recursos en el país y de mecanismos desde el sector público para enfrentar la situación de calamidad en que se encuentra la gente. La problemática que ha venido evolucionando en las últimas décadas alrededor de la pobreza es angustiante y necesaria de abordar con mucha decisión, sin demagogia, por buenos gobiernos e indudablemente también con recursos. El cambio climático cada vez más demuestra su naturaleza destructiva y se ensaña con la gente más vulnerable. Para frenar ese avance, también se necesitan de los mejores hondureños y otra buena cantidad de recursos.

Ese dinero hay que ponerlo a funcionar, hay que ponerlo en buenas manos para que se utilice en solucionar los problemas de los más afectados. Sin embargo, en las actuales situaciones frente a un gobierno vencido en todos los rankings internacionales y con muy poca confianza en el pueblo hondureño, autorizarle más crédito y más gasto es dejar abierta las arcas para que se repitan las historias que vivimos desde un inicio de su gestión y que se han repetido hasta en los últimos días. No se debe olvidar que estamos en un año electorero y la cúpula gobernante querrá salvarse utilizando todo a su discreción. La cúpula ya sabe que después podrá disculparse nuevamente con el FMI manifestándole su inquebrantable voluntad de cumplir y enmendar lo que no quiere ni puede hacer.

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