LETRAS Y LETRAS

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16 de mayo de 2021
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12:28 am
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LETRAS Y LETRAS

Por: Juan Ramón Martínez

I
Alfonso Pozzo Tarrius, no es un escritor; ni pretende serlo. Pero al cumplir 75 años, tomó conciencia que le debía heredar a sus descendentes una historia de su vida. Gracias a una fortaleza singular y una voluntad acerada, nos entrega “Sin ruta y sin rumbo, con pausa, pero sin prisa”, una prolija autobiografía que retrata los años de su niñez, las estrecheces de una familia numerosa y de fondo nos describe, con una prolijidad extraordinaria, lo que era a principios de los cincuenta del siglo pasado, San Pedro Sula y Tegucigalpa. En un lenguaje, oral, muy vivo y dinámico, nos habla de sus estudios, de sus maestros y compañeros, del apoyo familiar y de los resultados. Un verdadero testimonio de un hombre que, ha pasado por la vida, cumpliendo metas y mostrando apego al trabajo y obediencia a la disciplina. Una buena obra, digna y cómoda de leer. La recomendamos.


II
Rolando Sierra Fonseca, destacado investigador social e historiador de muchos bríos, nos entrega, bajo Ediciones Subirana, “Monseñor Marcelo Gérin y Boulay: un precursor eclesial y misionero en América Latina”, una biografía muy bien documentada de quien fuera el primer obispo de la Prelatura –inicialmente– y después Diócesis de Choluteca. Muy documentada esta biografía muestra a monseñor Gérin desde sus primeros años en su nativa Canadá, estudiando misiología en Roma, sus trabajos dedicados a la feligresía de Cuba, un poco antes de 1959; y por supuesto su extraordinario trabajo en Honduras. Aquí en nuestro país, fue el obispo posiblemente más sensible a Vaticano II y a Medellin, por ello, va al encuentro de los pobres, comprende sus necesidades y busca respuesta sin abandonar el amplio territorio del evangelio. Por ello su labor es inmensa: fomenta los grupos de oración, anima los Clubes de Amas de Casa y funda la Celebración de la Palabra, anticipándose de manera organizada a las comunidades de base e incluso, me atrevo a decir, a la Teología de la Liberación; pero sin sentirse tentado por los atajos no evangélicos. Un libro de enorme belleza, profundamente humano en el que, anticipándose al papa Francisco, el obispo no es un príncipe local de la iglesia, sino que el último de los servidores de sus hermanos. Como tuve la oportunidad de conocerlo, doy fe que, Rolando Sierra Fonseca, describe con enorme habilidad y sentido crítico a un personaje inolvidable que algún día, tendremos que llevar a los altares. Felicitaciones Rolando Sierra. Este libro me hubiera gustado escribirlo. Congratulaciones por adelantarte.

III
Orlin Cruz, es un maestro jubilado de Olanchito que sirvió en todos los niveles del sistema educativo. Primario, secundario y universitario. Fruto de esas experiencias, es “Tiempos Pasados”, nos ofrece una suerte de buceo antropológico, zambullida en la sociología aplicada y una resistencia firme para retener en la memoria, las formas de la vida rural, las prácticas de la ritualidad diaria de una zona poblacional, muy fructífera para el mestizaje. Con una gran capacidad para retener los detalles y almacenar los datos de la vida campesina y semi urbana, Orly Cruz, nos ofrece el testimonio de una época que, en parte se ha llevado el vendaval de la modernidad; pero que él con anticipación arqueológica, deja sembrado para los investigadores del futuro, los hitos que permitan reconstruir cómo era la vida en los tiempos descritos y como la modernidad destruyó formas de fraternidad para la sobrevivencia, no pudiendo con otras, gracias a las cuales, los tiempos pasados, siguen vivos, algunas veces con tonalidades diferentes, preservando la identidad de una cultura que sobrevive a los tiempos, a los cambios y a las transformaciones, gracias a la voluntad del apego al pasado que en este caso, muestra que es el ancla que le da seguridad, a la vida de los más pobres entre nosotros.

IV
Ramón Arturo Donaire, trabajador social, promotor cultural, dirigente cooperativista y hombre dedicado a la transformación de Honduras, aprovechando la pandemia ha escrito una novela que ha puesto en nuestras manos: “Ida y Regreso: cuando la miseria obliga a cambiar”. Editada por Amazon en estados Unidos, trata el tema de la pobreza, no como queja, sino como posibilidad esperanzadora. La protagonista se llama Berta. Ella y “Casimiro su esposo, forma un hogar y una familia estable, en una vida de relativa comodidad”. La muerte del marido, vira todo el curso del hogar. Berta se reinventa frente a los retos de una nueva realidad, para “enfrentar, en una batalla desigual, a los monstruos de la realidad que, con persistencia la amenazaba, situándola ante penosas disyuntivas, que debe sortear para hacer sobrevivir a sus hijos”. Frente a la dureza de la vida, emigra. Y no deja los hijos con la abuela. Los lleva consigo. Y lucha a brazo partido, hasta que logra vencer los fantasmas de la soledad que no son otra cosa que los anuncios de la miseria. Una novela, la primera de Donaire en que la pobreza es una circunstancia, nunca un estado detenido que, la fuerza de carácter –en este caso de una mujer– confirma que se puede bajar cerca de los fuegos de los infiernos; pero pudiéndose regresar a la lucidez del alba y al brillo de las mañanas seguras. Una primera obra. Casi una prueba tímida, aunque bien escrita, que anuncia, una vez que renuncie a lo autobiográfico disimulado, nos puede deparar enormes sorpresas en el futuro. Una novela fresca. Cercana y esperanzadora, en que los buenos tienen, segura, una nueva oportunidad sobre la tierra.

V
En estos tiempos del Bicentenario, es útil volver los ojos a los hombres que dieron los primeros pasos para darnos la Patria que tenemos. Alejandro Gómez, de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, nos ofrece la oportunidad en su libro “José del Valle, el político de la independencia centroamericana”. Bellamente editado, escrito para ser leído, nos ofrece una visión nueva, adicional a tantas otras, del más inteligente hombre que ha producido Honduras en estos últimos 200 años. “A la hora de analizar la historia de Centroamérica en los albores de la independencia, dice el autor -la figura de Valle se destaca como una de las más importantes….- Valle ocupó lugares de importancia en la vida política de la región entre 1814 y 1834, año de su muerte; fue mano derecha del capitán general José Bustamante y Guerra, luego alcalde de la ciudad de Guatemala, redactor del acta de independencia, diputado del Congreso Federal de México y Ministro de Relaciones Exteriores de México, bajo las órdenes de Iturbide, miembro del segundo triunvirato de Centroamérica y elegido presidente de las Provincias Unidas de Centroamérica en dos oportunidades, aunque no llegó a ejercer el cargo en ninguna de las dos; en la primera por una cuestión legal, en 1825 y la segunda, porque falleció el 2 de marzo de 1834, meses antes de asumir”. Una obra bien escrita, extraordinariamente documentada, de fácil acceso, para académicos, público en general y para políticos hondureños que, pueden encontrar en la vida de Valle, un modelo a seguir en la obscuridad laberíntica en la que se mueven, desafortunadamente.

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