1 Dibujo de la época como era la Parroquia de la Limpia de La Inmaculada Concepción en 1746
En Junio de 1746, hace 275 años, un voraz incendio destruyó la edificación de madera sobre una base de paredes de adobe que se levantó en el centro del Real de Minas y que el Obispado de la Provincia que se encontraba en Comayagua reconoció como la Parroquia de la Limpia de la Inmaculada Concepción (FOTO 1).
Para poder dotar al poblado de una nueva Parroquia comenzó a levantar en 1765 el ilustre sacerdote tegucigalpense Don José de Simón Celaya y Herrera un nuevo templo.
La monumental obra fue diseñada y construida por el arquitecto guatemalteco Don Gregorio Niancanceno Quiroz y tal como consta en una placa de piedra en el frontispicio de estilo barroco español, “Se hizo en 1765” (FOTO 2)
El padre Zelaya, dilecto hijo de la Villa, de sus recursos y los de su familia, construyó de piedra y ladrillo cocido amalgamados con una mezcla de arena, sustancia de caulote, cal y hasta dicen que con claras de huevo, ésta edificación que desafiando los siglos se mantiene en el centro de Tegucigalpa como símbolo del catolicismo capitalino (FOTO 3).
De la antigua parroquia de la Limpia de la Inmaculada Concepción lo único que pudo salvarse de las llamas fue la pila bautismal de pura piedra (FOTO 4) que en 1643 donó a la Villa el Vicario Lic. Don Francisco de Alemán pieza histórica en la que fueron bautizados insignes ciudadanos como Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas, Juan Lindo, José Trinidad Reyes, Joaquín Rivera y Bragas, Diego Vijil, José Santos Guardiola y miles de tegucigalpenses, hombres y mujeres, reliquia que todavía se conserva en el baptisterio de la Catedral donde se encuentra una pintura de Juan el Bautista (FOTO 5) confeccionada magistralmente por el primer pintor religioso hondureño José Miguel Gómez.
El templo levantado por Quiroz fue decorado por el artista guatemalteco Don Vicente Gálvez quien se trasladó a Tegucigalpa con sus hijos que eran excelentes tallistas, confeccionó el retablo mayor donde están la Inmaculada Concepción, el Arcángel San Miguel al centro sobre el viejo expositor del Santísimo que es una granada de plata, y en los nichos los arcángeles Gabriel, Rafael, Salatiel, Uriel, Ludaquiel y Baraquiel.
El púlpito otra maravilla de arte (FOTO 6) con una pintura representativa de San Pablo, obra de José Miguel Gómez, los cuatro evangelistas, Marcos, Mateo, Lucas y Juan, esculpidos por Gálvez como sostén del cimborrio donde se alza la cúpula pero pintados por José Miguel Gómez nuestro primer gran pintor nacional.
El padre Celaya no pudo ver concluida su obra porque falleció en 1775 víctima de una penosa enfermedad que lo hizo recluirse en una casa propiedad de su madre, la esquina donde operó Chinda Díaz , desde donde todos los días con muchas dificultades sólo pasaba la estrecha calle para ver cómo iban los trabajos.
Al morir el padre Celaya se hizo cargo de la Parroquia su discípulo el padre Juan Francisco Márquez Castejón, quien logró a `pesar de los muchos problemas económicos, pero con el apoyo de los feligreses y las familias pudientes de la Villa terminar el majestuoso templo católico.
El 29 de Septiembre de 1782, diez y siete años después de haber iniciado su construcción, el Obispo español Fray Antonio de San Miguel (FOTO 7) quien tenía la sede en Comayagua, consagró la nueva Parroquia dedicada a San Miguel Arcángel con una misa concelebrada a las 11:00 de la mañana actuando como oficiantes de la liturgia el Obispo San Miguel su ayudante el Vicario de la Catedral de Comayagua, el Padre Juan Francisco Márquez párroco de Tegucigalpa, el coadjutor José Gabriel de Maradiaga, el padre predicador de La Merced Fray Miguel de Robles, el padre Francisco Artica vicario de Los Dolores y el padre Joseph del Valle encargado de la ermita de la Inmaculada en Comayagüela.
El templo lució esplendoroso , de los laterales de la bóveda pendían finos cortinajes, se colgaron gallardetes en las torres de sus campanarios, en la entrada principal y en las de los patios laterales se colocaron pacayas y ramas de pino y al pie del retablo se colocaron cientos de cirios donados por el Ayuntamiento.
En la ceremonia religiosa estuvieron presentes los miembros del Ayuntamiento encabezados por el Alcalde Mayor Ildefonso Ignacio Domezain, las familias prominentes de la Real Villa , el artista Vicente Gálvez y sus hijos y los miembros de la guarnición española.
El ícono de la religiosidad capitalina está imponente (FOTO 8) , se ha mantenido a pesar del fuerte remesón telúrico de 1809, ha soportado los fuertes e inclementes temporales en diferentes épocas, algunas acciones vandálicas que incluyen el irrespeto de los que pintarrajean sus paredes con consignas y palabras soeces, la parroquia de San Miguel o Catedral Metropolitana es toda una joya arquitectónica de la época colonial .
En sus patios fueron sepultados hombres y mujeres importantes de la Villa, entre ellas la madre del General Cabañas, Doña Juana Fiallos y María Isabel Colindres hermana del humilde labrador Alejandro Colindres el joven que en 1747 encontró la imagen de la Virgen de Suyapa en el Piligüin, el Padre José Trinidad Estrada y en su interior descansan entre otros, el Padre José Trinidad Reyes, Monseñor Leonardo Vijil, en el presbiterio el primer Arzobispo de Tegucigalpa Monseñor José María Martínez y Cabañas, el padre Santiago Zelaya quien construyó el viejo Santuario de Suyapa, Don José María Lazo y los ex presidentes de Honduras General Santos Guardiola (FOTO 9) y el General Manuel Bonilla.
Todas las imágenes de los retablos laterales fueron talladas en los talleres de arte de los Gálvez y cuando Uds. salgan por la puerta principal, levanten sus cabezas y dirijan sus miradas a la magistral obra de José Miguel Gómez, bajo el Coro, La Ultima Cena y en los laterales, a la izquierda la Anunciación de Gabriel a María y a la derecha, Pedro y Pablo en su camino a Roma a predicar la Doctrina de Jesús.
Hasta la próxima semana.
