El avance del océano Pacífico hacia dentro del balneario sureño de Cedeño, Marcovia, afecta la tranquilidad de los pobladores, al tiempo de afectar al turismo.
CEDEÑO, Marcovia, Choluteca. El avance del océano Pacífico hacia las costas sureñas se está tragando muchas cuadras de este lugar ribereño en Honduras, uno de los tres países más vulnerables del mundo al cambio climático.
Pobladores señalaron que donde hace unos años se levantaban casas, hoteles o una iglesia ahora se puede hacer buceo.
Uno de los pescadores del lugar señaló que “aquí abajo está el centro comunitario de Cedeño y allí delante una sala de fiestas llamada El Oasis, la tienda La Americana y un restaurante mexicano”.
Más allá, “donde hace espuma la ola”, daba la vuelta el autobús y estaba el hotel de doña Ondina”, agregó el faenador marino, en alusión a las 24 habitaciones que un día conformaron un elegante rincón turístico del sur hondureño.
Es así como debido al avance del océano y sus majeradas, techos y balcones de bonitas casas que un día estuvieron en cuarta línea de playa, asoman del agua como si hubieran sido construidas allí, en medio del Pacífico. Rumbo al oeste, mansiones de dos plantas lucen abandonadas y algunas piscinas fueron arrancadas de cuajo por las olas.
Algunos postes del tendido eléctrico que antes iluminaban parte del pueblo, ahora se interrumpen al llegar a la orilla y tres calles pavimentadas terminan en la orilla de la playa, en tanto sobre la arena se ven restos de materiales de las casas que cedieron al embate del embravecido oleaje.
