Religión y superstición

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24 de mayo de 2021
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12:04 am
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Religión y superstición

Por: Otto Martín Wolf

En mi opinión, la única diferencia entre ambas reside en que la primera -y con ello me refiero a todas las religiones- no es otra cosa que una serie de supersticiones organizadas y con cierta jerarquía.

Nada de lo que proponen, ninguna religión -y tampoco ninguna superstición- puede ser comprobado con evidencia irrefutable.

En mayor o menor grado todo reside en creencias, mitos y la palabra más terrible para mantener la ignorancia en el ser humano: la fe.

Tener fe en algo que no se puede ver ni tocar, cuya existencia no se puede comprobar, es creer en algo que proviene de la imaginación, nuestra o de otras personas.

El origen de todas estas cosas tiene que ver -casi exclusivamente- con la ignorancia.

Tome usted los rayos; no son otra cosa que un fenómeno natural de descargas electrostáticas de gran intensidad que ocurren en la atmósfera, entre regiones cargadas eléctricamente (Google, ¿dónde más?).

Pero eso lo sabemos desde hace relativamente poco, pero ya en 1752 la comunidad científica sospechaba que eran descargas eléctricas, lo que fue comprobado un 15 junio por Benjamín Franklin.

Antes de eso, durante toda la historia de la humanidad, la gente creyó las cosas más fantásticas -producto todo de la ignorancia-.

Según el libro de Job (Biblia) “los rayos serán enviados desde los cielos antes de la llegada del Mesías”.

Los griegos creían que Zeus -el padre de todos los dioses- y Júpiter (otro dios griego) eran quienes lanzaban los rayos desde el cielo.

Thor -el dios nórdico de la antigüedad tan popular en el cine de los últimos tiempos- era quien los lanzaba con su poderoso martillo.

Nadie sabía su origen y en la oscuridad de la noche su cegadora luz y gran estruendo asustaban mucho, por lo tanto, tenían que venir del “cielo y ser creados por los dioses”.

Todavía hoy algunos religiosos -particularmente entre los católicos- piensan que son señales del fin del mundo.

¿Fin del mundo? ¡Pero si los rayos existen desde la creación del mundo!

¿Qué diferencia hay entre los que creían en el cuento de Zeus o Thor y esos del fin del mundo de la actualidad?

En el Japón de antaño un sacrificio muy común en honor a los dioses consistía en enterrar personas vivas en los cimientos de alguna construcción para que garantizaran su duración.

Si bien eso nos puede parecer salvaje en el presente, en aquellos tiempos era normal, divino si se quiere, parte de una de las religiones que, con ciertas variantes, aún existe en el Japón actual.

Sacrificar jóvenes vírgenes para calmar la furia de los volcanes, terminar con sequías, ganar batallas.

Supersticiones producto de la ignorancia, como en versiones modernas existen en la actualidad.

¿Un ejemplo contundente?

¿Cuántos hay que todavía creen que derramar sal o pasar bajo de una escalera trae mala suerte, no comer carne los viernes o el requisito de persignarse al pasar frente a una iglesia?

Gente como usted y yo, aparentemente normales, que no han podido quitarse de encima miles de años de ignorancia transmitida de generación en generación, de religión en religión.

Nota: La superstición de la sal se originó en la antigua Roma, cuando era tan escasa que inclusive se utilizaba como moneda, derramarla era, consecuentemente, algo muy costoso.

Una observación al rescate de la ciencia: los etruscos (península itálica, entre el siglo 8 y 3 antes de nuestra era) ya creían que eran producidos por el choque de dos nubes, solo que jamás pudieron demostrarlo.

ottomartinwolf.com
[email protected]

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