Una prueba de mi propio chocolate

MA
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25 de mayo de 2021
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02:38 am
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Una prueba de mi propio chocolate

Se que hay cosas que son indispensables para lograr tener éxito en la vida, como el valor de la perseverancia, y no solo lo digo como artista, sino también como ser humano integral. El caso es que por primera vez me encontré con un dato interesante: resulta que la palabra perseverancia proviene del latín perseverantia que significa atenerse a algo estrictamente, es decir que si una persona esta haciendo algo a pesar de todas las dificultades que surjan, esta siendo estricta consigo misma… interesante ¿no es cierto? Nunca había aborda-do este tema desde ese ángulo.Siempre he creído sin embargo que la perseverancia junto a su her-mana gemela llamada paciencia, van agarraditas de la mano otorgando galardones a todos aquellos que las adoptan en su vida. Cuando pensé en esta palabra “estrictamente” solo recordé a aquellos padres de familia que cuando sus hijos están pequeños y hacen sus tareas académicas de forma desprolija, arrancan sin piedad la hoja del cuaderno y le dicen con voz firme a sus vástagos “vuélvalo a hacer” o frases como: “si va a hacer algo, hágalo bien hecho o no lo haga”.

Pues resulta que el ser perseverante requiere que nosotros desarrollemos un “padre” o “madre” interior, que nos regañe y de ser necesario, nos obli-gue a hacer lo que tenemos que hacer. Ahora bien; ¿Cómo se prueba que realmente somos perseverantes en algo? Pues justamente si ese algo viene “condimentado” con dificultades, por ejemplo: si un joven con una sola mirada se agencia del “amor” de una muchacha, en realidad, no tuvo que hacer uso de perseverancia… pero si en cambio, es rechazado una y otra vez y tiene que hacer uso de mil artilugios para conquistar el corazón de su amada, entonces si diremos que tuvo que perseverar para lograr su cometido, allí es donde aplica aquel conocido refrán: “el que persevera, alcanza” es decir que sin prue-bas o dificultades, la palabra perseverancia no aplica.Si somos de las personas que soñamos en grande con cosas difíciles o exclusivas, tendremos que comprender que el camino hacia la consecución de nuestras metas traerá consigo dificultades. La perseverancia es un valor que tienen TODOS los triunfadores; hasta para graduarse de prekínder hay que levantarse todos los días en contra de nuestro deseo de quedar envueltos en una cálida cobija en la cama… solo que cuando somos niños tenemos a un padre, madre, abuela o tutor que nos obligan a hacer las cosas aun cuando no queremos… ellos siempre dicen: “es por tu bien” y es una gran verdad.

Como adultos, no deberíamos de tener a “alguien” externo a nosotros que cual ganadero al buey, nos tenga que estar “arriando” para hacer lo que sabemos que tenemos que hacer.Cuando yo era niña, creo que nadie me ganaba en lo remilgosa a la hora de comer; era más corto para mí nombrar la comida que me gusta-ba que la que no toleraba; comprenderán que ese comportamiento me trajo muchos problemas, complicaciones y vergüenzas a lo largo de mi vida, así que cuando descubrí que mi hija menor venía con mi mismo “defecto de fabrica” yo era extremadamente estricta con ella y le decía: “no se levanta de la mesa hasta que se coma todo, es por su bien”. Hoy pienso en eso y al compararlo con este tema de la perseverancia, me doy cuenta que tengo que convertirme en mi misma “madre estric-ta” y decirme: “no te levantas de la mesa de los deberes hasta que hagas lo que tienes que hacer, es por tu bien” … en realidad, me tengo que dar un poco de mi propio chocolate.

PD: Gracias a Dios nunca tuve problemas con comer chocolate

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