GOTAS DEL SABER (42)

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29 de mayo de 2021
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GOTAS DEL SABER (42)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

Por: Juan Ramón Martínez

I
“El 21 de mayo de 1822 terminaron en Tegucigalpa, por maniobras del jefe político Dionisio de Herrera e individuos del Ayuntamiento, las conmociones provocadas por varios vecinos que exigían la destitución del comandante militar Francisco Aguirre, la separación de la Caja de Rescates de José María Rojas y el ascenso a la comandancia de las armas de León Rosa. Los insurrectos pasaban de cien y estaban encabezados por Justo Centeno, Nicolás Bustillo, Pedro Pavón, Juan Bustillo, Francisco Cubas y Eduardo Salgado”. Se buscaba “exigir la destitución de los empleados españoles que aún quedaban a los cuales se creía en secreta inteligencia con el teniente Miguel Azero y el comandante y jefe político de San Miguel, Julio Gómez. El Ayuntamiento de Tegucigalpa y el comandante coronel Simón Gutiérrez, habían enviado una fuerza de 150 hombres, al mando del teniente Miguel Azero, para que custodiara un envío de plata que venía de Guatemala con destino a Tegucigalpa, a efecto de que no fuera capturado por escoltas de Comayagua. Francisco Morazán fue enviado a Gracias para que preparara el transporte de la plata que pasó por allá y fue enviada a Tegucigalpa, vía El Salvador. Cuando Azero penetró en San Miguel fue desarmado por tropas de aquel lugar y con todo y plata fue llevado a la ciudad donde le exigió al comandante Gómez 25,000 pesos en condición de préstamo. Después se dirigió a Tegucigalpa pidiendo ocho mil pesos y los dos cañones que traía consigo el teniente Azero diciendo que mientras Tegucigalpa resolvía, la plata y los hombres que la conducían quedarían detenidos. Cuando los motines promovidos en Tegucigalpa alcanzaban más fuerza, el 21 de mayo, corrió la noticia de que fuerzas de Comayagua llegaban para atacar a Tegucigalpa. En medio de la conmoción por la noticia, Dionisio de Herrera y los miembros del Ayuntamiento consiguieron que los sublevados entregaran las armas en tanto que su dirigente Justo Centeno era reducido a prisión. La comandancia fue encomendada a León Rosa en lugar del coronel Francisco Aguirre. Se creyó complicado en la sublevación al coronel Simón Gutiérrez nombrado comandante de Trujillo. Por eso se le capturó cuando salía a tomar su cargo, pero poco más tarde se le dejó salir al desempeño de su empleo. Mientras tanto la plata escaseaba lamentablemente en Tegucigalpa, la municipalidad acusaba de todas sus dificultades a la retención hecha en San Miguel y gestionaba la inmediata devolución. La situación con Comayagua seguía tirante y se dormía siempre alerta ante el peligro de una agresión procedente de aquella ciudad”. (Víctor Cáceres Lara, “Efemérides Nacionales”, Tomo II, páginas 170 y 171).

II
La Constitución de Cádiz emitida en 1812, aunque introduce conceptos liberales sobre la libertad, igualdad y la participación, en la práctica provocaba ventajas en favor de los españoles peninsulares, en detrimento de los ciudadanos de este lado del Atlántico. Mayes Huete, ofrece algunos ejemplos de tal inconformidad y además aporta indicios de cierto menosprecio de los madrileños con respecto a los indianos. “El 30 de enero de 1821 se conoció en Guatemala un informe enviado por su diputado a Cortes, don José Sacasa, en el cual se lamentaba de la minoridad de diputados de América y Filipinas que había en las cortes en comparación con los de la Península, que estaban en mayoría. Agregaba que eran muchos los desaires que había sufrido, que ni se le había dejado hablar, ni expresar protestas, y que eso había causado profundo disgusto en todos los representantes americanos. Tales informes de Sacasa habían de aumentar el descontento hacia la Madre Patria entre los guatemaltecos. Poco después los acontecimientos derivan hacia la independencia. El 9 de marzo, el capitán general Carlos Urrutia y Montoya entregó el mando a Gabino Gainza, subinspector general de Ejército… Marure dice que la Diputación Provincial instalada desde el 13 de julio de 1820, por moción de uno de sus vocales, Simeón Cañas, después de tantas insinuaciones inútiles, estrechó a Urrutia y Montoya para que delegase su cargo en Gainza”. (Guillermo Mayes h. “Honduras en la Independencia de Centroamérica y Anexión a México”, página 43).

III
El coronel José Antonio Márquez, el más joven gobernante de Honduras, tomó posesión del cargo de Jefe del Estado el 12 de marzo de 1831. Una de sus primeras medidas, fue la creación en Tegucigalpa de la primera Escuela Militar, poniéndola bajo la dirección del coronel Narciso Benítez, colombiano, oficial que operaba años después bajo la dirección de Francisco Morazán y quien murió en la Batalla del “Espíritu Santo” la noche del 5 de abril de 1839. Cáceres Lara, refiere en Gobernantes de Honduras en el Siglo XIX, que “La escuela dirigida por Benítez, preparó a varios jóvenes en la carrera de las armas, siendo alumno más destacado el más tarde General de División José Santos Guardiola, una de las espadas fulgurantes que tuvo Centroamérica y un gobernante de acción progresista muy destacada”. Los salvadoreños honraron su memoria poniéndole a una de sus ciudades fronterizas con Honduras, el nombre de Carolina, ciudad colombiana en donde había nacido el coronel Benítez.

IV
“A raíz de la explotación minera, a principios de la década del siglo XX, Jacaleapa adquirió un impulso fuerte. Los comerciantes, abastecían la demanda exigida por miles de personas, que trabajaban en los minerales de Agua Fría, San Juancito y Yuscarán. Los comerciantes José Calazán Valladares, Florencio López, José María Rodríguez, Tiburcio Ayestas, Serapio Rivas, Modesto Valladares, Jorge Maradiaga y José Calazán hijo; utilizaban decenas de mulas como medio de transporte para comerciar con granos básicos, café, dulce, alambre de púas, herramientas de trabajo agropecuario, cueros, azogue (utilizado en las mineras), calzado, ropa y medicamentos. Los muleros que sobresalieron en esa época, fueron: Balbino Rivas, Eulalio Medina, Octaviano Ponce, Leónidas López y Vicente Amador. La Casa Roosner, la Casa Ulher y la Casa Sierke establecieron sus tiendas en el pueblo, las que estaban ubicadas en el Barrio Abajo. Donde está ubicado el salón de usos múltiples se encontraba la Casa Sierke –propiedad de los hermanos alemanes, Francisco y Ernesto Sierke-. En la casa de don Tiburcio Ayestas se estableció la Casa Roosner y en el espacio en donde hoy se encuentra la casa de la señora Betulia Rodríguez (Tula la de Tibiche), estaba ubicada la Casa Ulher. También sobresalían en esa época, los pequeños comerciantes, quienes llevaban a los centros mineros -especialmente a Agua Fría- cantidades de carne de res, cerdo, pollo, leche, pan, huevos, dulcería, ropa, calzado, tabaco, café, cususa, maíz, frijones, arroz, ollas de barro, etc. Era normal en esa época –los fines de semana- ver aquellas procesiones formadas por pequeños comerciantes, la mayoría caminando con sus cargas en sus hombros en el caso de los hombres y en sus cabezas las luchadoras mujeres, pues no contaban con una bestia de silla y/o de carga para transportar sus mercaderías”. (Wilberto López Valladares, “Jacaleapa Monografía y Apuntes Históricos”, página 32).

V
“Durante la colonia y gran parte del siglo XIX, Honduras solo tuvo dos Puertos de Registro: Trujillo y Omoa. Pero a medida que el Ferrocarril Nacional iba avanzando sobre el interior del país fue cerrado el Puerto de Omoa y trasladado el registro a Puerto Cortés, como lugar más viable para el movimiento de mercadería. Este cambio se efectuó el 27 de abril de 1877, en el Gobierno del doctor Marco Aurelio Soto” (Elvir, 2000, 106). Domingo Vásquez en uno de sus últimos actos de gobierno, elevó a La Ceiba a Puerto Mayor y de Registro el 24 de julio de 1893. La Ceiba formaba parte del departamento de Colón. “Los empresarios Pizzati, Laffite y Álvarez, norteamericano de origen italiano y francés. Operaban una compañía naviera, entre ellos el “Oteri” desde antes de 1889, trayéndole al puerto mucha actividad portuaria. Estos mismos atrajeron a los hermanos Vaccaro, que el principio del siglo XX, comenzaron atender rieles de ferrocarril hasta Oropéndolas, en el Lean donde comenzaba la Tela R.R.C.O. los dos ferrocarriles se encontraron alrededor de 1917. Italianos, franceses y españoles, convirtieron aquella desierta playa en una fisonomía alegre y progresista, fundaron hogares con los criollos que han mantenido un ritmo de progreso constante”. (Rafael Ángel Elvir, “La Villa del Triunfo de la Cruz en la Historia”, páginas 106 y 107).

VI
En la década de los sesenta del siglo pasado no era muy fácil viajar y establecerse en los Estados Unidos. Alfonso Pozzo Tarrius, refiere que estando su padre Juan R. Pozzo en Los Ángeles, decidió viajar allá. En 1964 los aviones jet de Pan American no llegaban a Toncontín. Había que viajar a Ciudad de Guatemala en donde se tomaban. “Como apenas había llegado el viernes 4 de septiembre a Los Ángeles, el lunes 7 de septiembre, salí acompañado de mi papá, en busca de empleo; recuerdo que fuimos a la oficina estatal de empleo en el centro de Los Ángeles… Hice fila, llené unos formularios y me dieron una tarjetita… y una hoja con nombres de empresas, con sus direcciones y teléfonos, donde buscar empleo. Compré un mapa de la ciudad y al día siguiente salí en autobús a buscar empleo; al azar, me decidí por uno. Como tenía el nombre y la dirección y todo de la empresa. Tuve que tomar dos autobuses, hasta el final de la ruta, me bajé y caminé tres cuadras y allí estaba una especie de almacén. Donde conversé con un supervisor y me dieron el trabajo, ganando creo que $1.10 la hora”. (Alfonso Pozzo Tarrius “Sin Ruta y Sin Rumbo, con Pausa, pero sin Prisa”, página 139).

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