El Álvaro Contreras

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30 de mayo de 2021
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12:09 am
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El Álvaro Contreras

Algo más sobre la numismática

Por: Mario Hernán Ramírez
Presidente vitalicio Consejo Hondureño de la Cultura Juan Ramón Molina.

En atención a las múltiples manifestaciones de reconocimiento que antes y después de la entrega de tan valiosa presea me fueron otorgadas, me veo en la obligación moral de utilizar esta columna dominical para agradecer en todo lo que vale, no solo la entrega del valioso premio sino, reitero, esas expresiones recibidas desde diferentes partes del globo por familiares y amistades que de tal manera estimularon mucho más mi personalidad.

A continuación, compartimos el discurso que pronuncié el 25 de mayo del corriente año, al recibir el premio Álvaro Contreras que anualmente otorga el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) al periodista que a juicio de un selecto jurado calificador considera el mejor del año.

El día viernes 7 del corriente mes, en horas de la mañana fui sorprendido agradablemente a través de la línea telefónica cuando el señor presidente del CPH licenciado Osmán Reyes Pavón me anunció de manera agradable y muy culta que el jurado calificador para el premio Álvaro Contreras 2021 me había sido adjudicado.

En ese preciso momento mi hijo menor Mario Fernando me leía despacio la columna de Juan Ramón Martínez la cual daba cuenta del fallecimiento del ilustre compatriota abogado Manuel Acosta Bonilla.

De inmediato mi semblante cambió ya que independientemente de la admiración que yo siempre guardé por este gran hondureño, nieto, precisamente del expresidente Manuel Bonilla Chirinos, un exgobernante amante de la cultura en todos sus órdenes, Acosta Bonilla, también, fue un hombre muy querido y apreciado no solo por su talento y probidad conque manejó sus elevados cargos que diferentes gobiernos le confiaron.

Bien, en cuanto a la emoción que me causó semejante noticia, no tengo palabras para expresarme, pues, ya pueden imaginarse la alegría, felicidad y gratitud que desde ese mismo momento experimenté, pues este galardón constituye la más alta presea que periodista alguno anhele, para reafirmar su presencia histórica dentro de este gremio a veces admirado, a veces odiado, pero, con una influencia que absolutamente nadie puede desconocer, ya que en un país donde no existe una prensa libre se desata la corrupción, el terror, el crimen y todo ese torrente de vicisitudes que golpean fuertemente como un azote implacable a los pueblos que son sometidos.

En Honduras, a pesar de todas las adversidades e incluso, hasta la muerte trágica de numerosos colegas y la censura de algunos organismos internacionales como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Organización de Estados Americanos (OEA y otras de similar importancia, todavía podemos respirar un poco de libertad y de esa manera expresar con las reservas que nuestra propia seguridad nos impone, nuestra voz que es la voz del pueblo, que diariamente clama justicia en todos los órdenes de la vida. Justicia por nuestra seguridad, por la salud, la educación, el trabajo y sobre todo la dignificación del ser humano a veces vilipendiado y sometido al rigor de los poderosos, generalmente encasillados en los gobiernos impopulares.

Pero no venimos en esta solemne ocasión a criticar a nadie; venimos a exaltar la personalidad del ínclito tribuno Álvaro Contreras nacido en la histórica ciudad de Cedros, Francisco Morazán, en 1839 y fallecido en San Salvador a la temprana edad de 43 años en 1882.

Álvaro Contreras, aparece en la historia centroamericana como el mejor y más combativo tribuno que se halla distinguido por su valor y energía en los cinco países de la región.

Álvaro Contreras, amigos, fue el padre de la primera esposa del gran poeta continental Rubén Darío de nombre Rafaelita, la que murió muy joven en Nicaragua.

Álvaro Contreras es la figura más sobresaliente en materia parlamentaria, ya que bástenos saber que en el solemne momento de la inauguración del primer monumento ecuestre al General Francisco Morazán inaugurado en la capital salvadoreña durante el gobierno del presidente Rafael Zaldívar, en 1882 Contreras llevó la voz cantante como la expresión oficial, el que, subrayó para la eternidad la célebre frase “suprimir el genio de Francisco Morazán y habréis aniquilado el alma de la historia de Centroamérica”.

Estimados colegas, damas y caballeros, para mí este día es probablemente el día más hermoso de mi existencia, ya que, desde que se creó este magnífico premio, siempre, siempre lo anhelé, porque, sin ambages ni posiciones absurdas, creo que por mi amor y larga trayectoria en el periodismo, sí merezco recibir este galardón, que me ubica en la más alta posición, momentáneamente, entre los colegas del gremio, máxime ahora en que el periodismo hondureño se ha convertido en una profesión a nivel académico, por lo cual las diferentes universidades públicas y privadas le dan especial tratamiento a este apasionante oficio, en el que, algunos por vocación y otros por inducción buscan siempre ser los primeros en la redacción de este medio, llámese periódico, revista, televisión, radio, Internet y hasta en el cine y la redacción de libros de diferente naturaleza.

Yo he tenido la magnífica oportunidad de incursionar en todos estos medios, avalando mi presencia la cantidad de 15 obras orientadas a diferentes temas, casi 70 años de experiencia como locutor y redactor de periódicos, revistas y hasta en la televisión y el cine.

Quisiera extenderme un poco más para que conozcan a ciencia cierta mi hoja de vida o sea mi perfil profesional y que como ciudadano he tratado de mantener, sobre todo durante los últimos 51 años en que mi vida cambió radicalmente, por lo que hoy con profundo agradecimiento elevo mis plegarias al infinito en señal de gratitud al Altísimo al recibir semejante honor que comparto con mi familia, colegas, amigos y compañeros en las diferentes facetas de mi ya larga existencia; naturalmente que esta gratitud tengo que exponerla a todo pulmón a favor de mis compañeros del CPH y por qué no, de la APH, también, que me han dignificado, distinguido y honrado en la más alta expresión del vocablo.

Al honorable jurado calificador mi gratitud a perpetuidad y los mejores deseos porque el éxito, con larga vida y abundante salud los acompañe siempre.

Esta ceremonia es preciso resaltarla, se vio honrada y engalanada con la presencia del supremo gobierno de la República con la asistencia de los presidentes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial de nuestro país, lo que sin duda le dio mucho más realce a la misma.

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