José Joaquín Palma Lasso

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4 de junio de 2021
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12:04 am
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José Joaquín Palma Lasso

Hacia nuevo paradigma educativo

Por: Noé Pineda Portillo
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Otra de las lumbreras de la pléyade de intelectuales que nos llegó de Cuba, con espíritu revolucionario patriota a incorporarse al movimiento de reforma política de Centroamérica, fue José Joaquín Palma Laso, más conocido simplemente como Joaquín Palma. Nació en Bayamo, Cuba, 1844 y murió en Guatemala 1911. Dio mucho de su trabajo laboral e intelectual a Centroamérica, y estuvo ligado a tres países: Guatemala, Honduras y Nicaragua, aunque mucho más a estos dos últimos, considerándolos como sus segundas patrias, sin dejar de querer a su bella Cuba, pues murió como cónsul general de su patria. Cuba se independizó de España en 1898 y por tanto, no tenía muchas misiones diplomáticas completas con embajadores en el mundo, hasta que se consolida como República.

Joaquín Palma era primo hermano de Tomás Estrada Palma, se desempeñó en nuestros países, Honduras y Guatemala, como profesor universitario, diplomático, periodista y poeta. En su canto “A Tegucigalpa” llegando por el Cerro de Hula, dice:

Bella, indolente, garrida
Tegucigalpa allí asoma
Como un nido de paloma
En una rama florida…

De la obra literaria más conocida de Palma está Tinieblas del alma y Poesías. Pero la obra cumbre, especialmente para los guatemaltecos, que lo consideran como un verdadero compatriota, es el Himno Nacional de Guatemala, el cual a su vez ha sido considerado por Carlos Labin, miembro de la Sociedad Americanista de París y de la Sociedad de Musicología de Francia como “el más original” de todos los himnos del continente americano. Por cuestión de espacio periodístico, solo damos a conocer la primera parte original (la modificada es la que cantamos).

¡Guatemala feliz…! Ya tus aras Si mañana tu suelo sagrado
No sangrientas feroz Lo arenaza invasión extranjera verdugo tinta en sangre tu hermosa bandera
No hay cobardes que De mortaja al audaz servirá
Laman el yugo
Ni tiranos que
Escupan tu faz.

La autoría de la letra del Himno Nacional de Guatemala había permanecido en el anonimato; entre 1896 y 1910 (14 años), la sociedad guatemalteca vivió intrigada con el autor “anónimo” de la letra del Himno. La incertidumbre terminó cuando Joaquín Palma Lasso, ya en su lecho de enfermo, afirmó ser el famoso “anónimo” del Himno ya famoso. No había firmado con su nombre por haber sido nombrado miembro calificador del jurado en 1896. En las Fiestas Minervalias de fines de octubre de 1910 se le hizo un homenaje, y el 23 de julio de 1911, la intelectualidad guatemalteca y el presidente Manuel Estrada Cabrera, lo corona con lauros de plata y olivos de oro en su casa de habitación, ya que el poeta se encontraba en su lecho de enfermo.

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