Relaciones internacionales y desarrollo

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4 de junio de 2021
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12:01 am
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Relaciones internacionales y desarrollo

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

Hace muchos años atrás comentábamos con una amiga, exembajadora, que gran parte de los gobiernos de Honduras, empezando por los presidentes, casi no utilizaban las relaciones internacionales del país para traer proyectos, cooperación o inversión. Solo muy de vez en cuando vemos que los mandatarios realizan viajes al exterior para traer beneficio al pueblo, algunos han viajado pero solo de paseo. Pareciera que a los presidentes hondureños les provoca pena “pedir ayuda”, este es un tema controvertido, algunos dirán que parecemos “mendigos”, pero otros más bien alientan a salir a buscar esa tan necesaria mano amiga, que nos impulse al desarrollo.

La cooperación ha pasado por diversos momentos, desde el Plan Marshall, después de la Segunda Guerra Mundial, pasando por la Alianza para el Progreso del presidente Kennedy y posteriormente la ayuda directa a los países alineados durante la Guerra Fría. Pero después de esas etapas el enfoque de cooperación de los países desarrollados cambió sustancialmente, por la corrupción de muchos gobiernos latinoamericanos ya no se brinda ayuda de manera directa, ni en efectivo, sino que es a través de proyectos específicos, de acuerdo a los requerimientos y necesidades del país receptor. También se ha abierto paso a lo que se denomina cooperación descentralizada, un nuevo enfoque en las relaciones de asistencia que busca establecer relaciones directas con los órganos de representación local.

En los años noventa, con el paradigma neoliberal bien instalado en el mundo, se impulsó los tratados de libre comercio, como la forma en que los países ricos creen que es mejor ayudar a los menos desarrollados. Por su parte, Naciones Unidas impulsó primero el desarrollo humano sostenible y después los objetivos de desarrollo del milenio, que aún están vigentes. Cabe destacar, que desde los años noventa la Unión Europea superó a Estados Unidos como el mayor donante al tercer mundo.

Pero el contexto mundial, o la llamada geopolítica, continúa cambiado y con él los intereses de los países y sus objetivos siempre ligados a la cooperación, esto es fundamental entenderlo para saber ubicar a Honduras en esas tendencias. Los actores en la cooperación internacional se han multiplicado, ya no solo se habla de estados u organismos multilaterales, sino también de empresas y organizaciones no gubernamentales con gran poder de penetración en el mundo. Se sabe que los países ricos no ayudan de manera desinteresada, siempre existe un motivo tras del cual se esconde esa asistencia, tenerlo muy claro es fundamental para evitar sorpresas desagradables.

Hace pocos días la vicepresidenta de los Estados Unidos, la señora Kamala Harris, anunció un giro en la cooperación de su gobierno con los llamados países del “Triángulo Norte” de Centroamérica. Se han identificado grandes corporaciones o multinacionales de esa nación que supuestamente invertirán en proyectos de expansión, para generar empleo e impulsar la dinámica de estas paupérrimas economías, una interesante apuesta, veremos si no se queda en promesas.

Además de la necesidad de inversiones, nuevos mercados e incremento de la capacidad productiva, Honduras, al igual que muchos países de la región, deben apostar por reducir la brecha tecnológica, tan fundamental en estos tiempos, para lo cual se debe buscar asistencia científica y técnica, o lo que se denomina transferencia de tecnología desde los países desarrollados. Es prácticamente imposible alcanzar mayores estadios de desarrollo si continuamos arrastrando la vieja dependencia científico-técnica, que impide el despegue de la nación.

Pero, para aprovechar las oportunidades que se presentan en el mundo en materia de relaciones internacionales y cooperación, es indispensable, primero contar con una clara visión de país, saber muy bien qué queremos y cuáles son las fortalezas nacionales que debemos aprovechar para imprimirle un fuerte impulso al desarrollo de Honduras. La cooperación internacional constituye sin dudas un pilar insoslayable para la consecución de los objetivos de desarrollo propio, pero hay que saber actuar con gran inteligencia, decisión y fundamentados con sólidos principios democráticos y de buen gobierno.

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