GOTAS DEL SABER (43)

ZV
/
5 de junio de 2021
/
12:28 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
GOTAS DEL SABER (43)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

Por: Juan Ramón Martínez

I
De la celebración del primer centenario de la independencia han quedado pocas obras físicas. En San Pedro Sula la comunidad palestina construyó el parque que, llevando el mismo nombre, hacía presente su compromiso con la nueva patria que les había dado albergue. El parque no se conservó y en el predio ahora funciona una escuela primaria. En Tegucigalpa, solo queda El Obelisco, la avenida Centenario, durante algunos años operó un cinematógrafo con ese nombre y en el occidente del país, se fundó un municipio: San Vicente Centenario, en el departamento de Santa Bárbara. El profesor Omar Enamorado, -subdirector del Centro Básico- nos señala que es, posiblemente, el único del país que no tiene aldea alguna. Las gestiones para su creación se hicieron en 1921; pero se creó legalmente el 18 de enero de 1922. El promotor para crear el municipio fue Catalina Díaz, originario de la aldea San Jacinto, San Antonio, Intibucá. El primer alcalde del municipio San Vicente Centenario fue Teodoro Alvarado, que con procedencia de Lepaera se había establecido allí.

II
Por profesiones, los gobernantes que hemos tenido en el país, han sido en su orden, militares, abogados, médicos, farmacéuticos, médico naturista, ingenieros, economistas, perito mercantil, bachilleres y artesanos. Entre los abogados, destacan Dionicio de Herrera, Céleo Arias, Marco Aurelio Soto, Policarpo Bonilla, Juan Lindo, Juan Manuel Gálvez, Carlos Roberto Reina y Juan Orlando Hernández. Creo que los hombres de armas, por su formación y especialización, ocupan el segundo lugar: Francisco Morazán, Juan Antonio Márquez, Francisco Ferrera, José Trinidad Cabañas, José Santos Guardiola, José María Medina, Luis Bográn, Ponciano Leiva, Terencio Sierra – que decía que era ingeniero pero que, nunca mostró el título, según Paulino Valladares- Manuel Bonilla, Tiburcio Carias Andino –que también era abogado— Vicente Tosta Carrasco, Rafael López Gutiérrez, Oswaldo López Arellano. El primer médico, no graduado, pero con excelentes conocimientos naturales, fue Francisco Cruz. Después y por breve tiempo, José Ángel Arias, farmacéutico; médicos Francisco Bertrand, Miguel Paz Barahona, José Mejía Colindres, Ramón Villeda Morales, Roberto Suazo Córdova. Ingenieros, solo hemos tenido uno: Carlos Flores. Ricardo Maduro, es economista. Julio Lozano era perito mercantil. El único bachiller que ha llegado a la presidencia ha sido Manuel Zelaya, miembro de una familia que, desde principios de la colonia ha formado parte de la clase dominante del país. Al servicio de España y después de la República que, como criollos construyeron espacios políticos, para proteger sus intereses y asegurar su preponderancia en el dominio de los asuntos públicos; y un artesano, Coronado Chávez, que era ebanista y carpintero. En las próximas elecciones concurre como candidato un bachiller, con mucha experiencia en tareas de albañilería.

III
A nuestro juicio, los comerciantes naturales de Honduras son los de occidente: de los departamentos de Copán, Santa Bárbara y después Cortés. Los paceños, durante el siglo XX, se destacaron como comerciantes individuales, que visitaban casi todo el país, dejando productos al crédito, hasta la próxima visita. Es necesario estudiar este comercio. En el oriente, hemos encontrado a un famoso comerciante que, además, era proveedor de servicios de movilización de mercaderías de un lugar a otro. Se trata de José Calazán Valladares que según Wilberto López Valladares, “fue un comerciante propietario de más de quinientas mulas, que utilizaba para transportar mercaderías de Tegucigalpa a los pueblos del oriente del país, incluyendo la república de Nicaragua. A su regreso a Tegucigalpa, las mulas iban cargadas de granos básicos y de café. Don José Calazán, abastecía los centros de acopio de las empresas comerciales Casa Siercke, Casa Ulher y la Casa Rosner (que se) establecieron en pueblos con ubicación estratégica como Danlí, El Paraíso, Yuscarán, El Naranjal y el propio Jacaleapa. También tenía contacto comercial con la República de Nicaragua, a través de su amigo personal el general revolucionario Augusto César Sandino; actividad que, por tratarse de contrabando, la realizaba por las noches. A raíz de estas actividades nocturnas, muchos supersticiosos comentaban que don José Calazán tenía pacto con el diablo” (Wilberto López Valladares, Jacaleapa Monografía y Apuntes Históricos, páginas 32 y 33). Otra familia de muleros, dedicados a ofrecer servicios de transporte de carga a cualquier lugar de la República como se señala en un periódico del siglo pasado, eran los Reina que después, derivarían a “casa tenientes” y terminarían convertidos en políticos. Otra familia que a principios del siglo pasado se destaca en la oferta de servicio, son los Lardizábal, que venden leña para los fogones. Ofrecen dos precios: uno si la leña la tiran en la calle y otro, si la introducen a los patios de los compradores. Por supuesto, no hay que pasar por alto, los servicios de transporte de personas, en bestias mulares que se ofrecían desde San Lorenzo hasta Tegucigalpa, por parte de varios proveedores, especialmente ubicados en Pespire, cuyas mulas fueron los equinos más famosos de la historia nacional.

IV
Dentro del esquema de descentralización que hasta la década de los cincuenta del siglo pasado, orientaba a la administración pública, “el 29 de mayo de 1905, el presidente de la República general Manuel Bonilla, quien en ese tiempo se hallaba en la ciudad de San Pedro Sula, dispuso integrar una junta de sanidad en aquella cabecera para que desenvolviera actividades encaminadas a combatir la fuerte epidemia de fiebre amarilla que estaba haciendo estragos en aquella ciudad y sembraba el pánico en sus habitantes. La enfermedad empezó a atacar pocos días antes en Puerto Cortés y aunque al principio se creyó que se trataba de otra clase de dolencias y no el temible vómito negro, vino a poner término a esas esperanzas el dictamen remitido por el doctor Austin, médico de la compañía frutera, quien conocía la fiebre amarilla por haberla combatido en otras oportunidades” (Víctor Cáceres Lara, Efemérides Nacionales, Tomo II, página 179). Esta información es interesante. Igual que ahora, los médicos hondureños no conocían la enfermedad –por lo que hay que esperar que pase algún tiempo para estudiar los errores cometidos por ellos, mismos que llevaron a la muerte a una considerable proporción de enfermos indebidamente entubados— en aquella época ocurrió algo similar. Es decir que, aunque nos pasen las mismas cosas, los hondureños, parece que tenemos resistencia, en aprovechar las lecciones aprendidas.

V
“El 31 de mayo de 1904, celebró su cuarta y última reunión preparatoria, la Asamblea Constituyente convocada por el Poder Ejecutivo, después del funesto golpe de Estado de 8 de febrero de 1904, mediante el cual el gobierno del general Bonilla redujo a prisión a varios diputados de oposición, entre ellos el doctor Policarpo Bonilla. El directorio de la Constituyente quedó integrado así: Presidente doctor Fausto Dávila, vicepresidente don José Manuel Zelaya, secretarios doctores Juan Bustillo Rivera y Audato Muñoz y vicesecretarios licenciado Jerónimo J. Reina y PM y coronel Pilar Martínez”. (Cáceres Lara, obra citada, páginas 181, 182). De los mencionados, solo Pilar Martínez morirá defendiendo a Bonilla en la Batalla de Namasigüe, en marzo de 1907, cuando Nicaragua, apoyada por los liberales hondureños, derribó al gobierno de Manuel Bonilla que se enfrentaba a los nicaragüenses, coaligado y apoyado desde luego por el gobierno de El Salvador.
“A partir de septiembre de 1918 llega a Centroamérica como agregado militar el capitán Douglas Macduff. En 1921 recibe el mayor Louis Donnell y también en este año, se recibe la visita del capitán de navío A. Kautz, comandante del barco de guerra USS Denver” (Ramón R. Figueroa, A Lomo de Mula, página 10). Como el interés de los militares, desde siempre ha sido conocer el terreno, todos ellos, cada uno en la medida de sus posibilidades, viaja por Honduras y hace prolijos informes sobre las vías de comunicación y las condiciones de vida.

Más de Anales Históricos
Lo Más Visto