La demonización perjudica la gobernabilidad

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7 de junio de 2021
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12:02 am
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La demonización perjudica la gobernabilidad

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Es muy insustancial la contribución de los opositores políticos para generar conciencia política y establecer un diálogo argumentativo y propositivo. Pero sí es efectiva. La técnica retórica e ideológica o alteración de hechos y descripciones que usan para adversar a los políticos nacionalistas. Han logrado. Poner en entredicho la credibilidad moral o legal de líderes importantes. Estimulando el descrédito en detrimento del Partido Nacional.

A la ciudadanía. Solo le han ofrecido denuncias y maldiciones. Con el fin de generar odio. Y lo hacen de ese modo. Porque saben que hay una predisposición psicológica en los hondureños y hondureñas hacia lo negativo. Denunciar lo malo condiciona más que lo bueno. Personalizan la ofensa en determinados políticos nacionalistas. Convencidos que con ello le dan sentido al voto a favor del opositor. Asumen. Que la ciudadanía hondureña va inclinar el voto menos por el razonamiento de elegir la mejor alternativa y más por el que perciben es el menos peor.

Lanzar “dardos políticos demoníacos”. Valiéndose de la crisis pandémica. El daño social. Económico y material. Causado por Eta e Iota. No les importa. Porque lo que pretenden es perjudicar la gobernabilidad y el funcionamiento de las instituciones. Los opositores creen que al darle pie a la demonización. Aseguran el triunfo en las elecciones generales. Con su retórica tóxica y deshumanizante del “nosotros contra ellos”. Están contribuyendo a crear una Honduras dividida y peligrosa. Manipulan de manera venenosa y divisiva con el fin de ganar votos. Esa política de demonización que han hecho y hacen en la actualidad. Lo que pretende es convertir en chivos expiatorios y deshumanizar a los nacionalistas. Y con ello. Están provocando el desencadenamiento de lo más negativo de la política: la violencia. Pareciera que buscan sacar el lado oscuro de la naturaleza humana de los nacionalistas.

Ante esa política demonizada y deshumanizadora que aplican los adversarios antinacionalistas diariamente. A través de redes sociales y medios de comunicación. Los líderes nacionalistas han preferido luchar por los derechos de los hondureños y humanizar su postura política. Proponiéndose aplicar políticas que beneficien al pueblo y fortalezcan la democracia. Desarrollando mejores condiciones sociales para superar gradualmente los múltiples problemas socioeconómicos o adversidades que se deben afrontar. Sin rehuir ni caer en la irresponsabilidad gubernamental. Le han puesto bozal a la corrupción pública. Las irregularidades administrativas han sido controladas o corregidas. La seguridad pública se ha aumentado con resultados positivos en contra del crimen o violencia organizada asociada al narcotráfico y las maras. La gestión en materia de inversiones va por buen camino. Hay buenas señales de responsabilidad gubernamental en cuanto a la gestión económica y las políticas para beneficiar a sectores sociales desposeídos.

El gobierno nacionalista. Da mejores señales políticas que tienden a evidenciar un desmarque relativamente paulatino de las posturas extremas neoliberales. No obstante. Que tiene al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional siguiéndoles la ruta. El mandatario nacionalista. Induce una política económica que propende a la mayor intervención del Estado. Yo no diría que en favor desmedido de una planificación de la vida económica y por ende social. Pero sí identificada más con posturas políticas propias del estado de bienestar que no necesariamente conducen al germen del totalitarismo. Bastante inclinado hacia la “Teoría de la decisión colectiva” (Public Choice). Cuyos máximos exponentes son Buchanan y Tullock.

Quienes son nuevos economistas que aplican métodos de análisis económico a la realidad política. Y hablan por ejemplo del “mercado político para remarcar el protagonismo de los grupos de presión y en general de los diferentes colectivos que aspiran a beneficiarse del intervencionismo estatal” (Olivo, García Pedro. La Haine, 2013).

Los nacionalistas no han caído en la trampa demoníaca que le han puesto sus adversarios. En vez de reaccionar con agresividad y belicosidad. Luchan a favor de los derechos humanos. Poco a poco van reconociendo la apertura de derechos para grupos minoritarios. Más con sabiduría que con ignorancia. Por ejemplo. En el caso de Berta Cáceres no adoptaron una actitud de indiferencia cínica. Por el contrario. Han demostrado voluntad política para que la justicia sea aplicada. Y sí se han llevado ante la justicia a los supuestos criminales.

En fin. A diferencia de los opositores políticos. Los nacionalistas están mejor parados en la arena política. Han entendido que la campaña de rechazo que fomentan sus adversarios. Se debe contrarrestar con una práctica política positiva y afirmativa. Reconociendo los errores. Creando condiciones que den mejores opciones de vida democrática. Siendo flexibles y abiertos al diálogo. Contribuyendo a combatir la impunidad e impulsando la modernización del sistema de justicia criminal. Adoptando una retórica optimista y fortaleciendo el sistema democrático. Buscando el acabamiento de la polarización social y política. Mediante una apertura política y no de endurecimiento de la misma.

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