Alcaldes y alcaldes

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8 de junio de 2021
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01:27 am
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Alcaldes y alcaldes

Juan Ramón Martínez

He conocido muchos alcaldes. Los primeros en Olanchito: Felipe Ponce, al que los profesores de la Chacón nos llevaban a su casa, con flores en la mano, a cantarle en la fecha de sus cumpleaños; Francisco R. Lozano, que fuera el primero, -ya siendo docente-, que nos invitó a la primera copa de champagne que probé; Dionisio Romero -el menos comunicativo y amable-, Ramón Durán, Carlos Urcina y Rafael Ramos Rivera, el más longevo. Y con el que, he cultivado una amistad de mucho tiempo. Tiene ahora, 97 años. Está lúcido, con la cordialidad que le ha caracterizado. Además, a Tomasito Ponce. En Langue aprecié a Antonio Yanes, un hombre naturalmente bueno. Y en Choluteca, en 1968, a Humberto Rivera, a Ricardo Oliva, recientemente fallecido; y a Quintín Soriano, con el que más confianza he desarrollado. Con Carlos Miranda, Armando Calidonio y Allan Ramos, he cultivado relaciones de franca cercanía y amistad. Aquí en Tegucigalpa con José Ramírez Soto, Elvin Santos, Nora de Melgar, Ricardo Álvarez, Miguel Pastor y Nasry Asfura. Posiblemente de los capitalinos, los más cercanos y casi amigos, han sido “Cheche” Ramírez y Elvin Santos.

Lo digo, porque con los políticos, nunca se sabe. Y, además, para referir que, nunca antes, ningún alcalde, me ha visitado en mi oficina. Y, tampoco, en nuestra casa. Sin embargo, todo tiene su excepción. La semana pasada nos visitó, en las oficinas de la Comisión Nacional del Bicentenario de la Independencia, el alcalde municipal de San Agustín, Copán -Kelvin Geovany Aguilar- para invitarnos a la inauguración del parque municipal que, la corporación que él preside, ha construido para honrar las festividades de los 200 años de independencia nacional. Nos mostró fotografías y en lo personal, me impresionó la belleza de la obra y, la visión arquitectónica del conjunto. En lo personal, veo allí, los ecos de los anfiteatros griegos, la belleza del Retiro de Madrid y algunas señales de los parques holandeses. Cuando se lo hago saber, me dice que ha estado en Europa, invitado por la Cooperación Española y que ha visitado Holanda y otros países europeos. Ahora le entiendo, le digo. Y el ríe, orgulloso. Es un hombre joven, cordial y simpático. Universitario graduado en la UNAH. Tiene muy claras las cosas. “Soy del Partido Nacional”, me dice “y voy en procura de un segundo período”. “Ni uno más” dice enfáticamente mientras le brillan los ojos. Inmediatamente, entiendo que buscará otras posiciones de elección popular, camino al Congreso Nacional. Cuando le cuento que es el primer alcalde que nos ha visitado, se sorprende. Muestra su sorpresa de político hábil e inteligente. Y para que no se forme una mala opinión de sus colegas, le recuerdo que el alcalde Cano, al primero que le escribimos, nos respondió que no tenía interés en nuestras actividades, pese a que, siguiendo el espíritu del Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821, le indicamos que el protagonista de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, era la comunidad municipal. Aguilar refiere con preocupación que algunos alcaldes, le quieren montar una paralela a la AMHON, lo que, sería muy negativa para el municipalismo. Está de acuerdo. Le comparto que el padre del alcalde de Campamento, fue mi amigo personal, porque él era presidente de la cooperativa de aquella comunidad. Y, entonces, me desempeñaba como presidente de FACACH.

En la conversación que mantenemos el equipo del Bicentenario y Aguilar, nos refiere detalles del municipio que dirige. Proporciona datos de población, ingresos y patrimonio principal. Me refiere que, para llegar, hay que tomar el desvió de Dulce Nombre y que, la carretera de tierra está en regulares condiciones. Y que para asistir a la inauguración -que considera mejor que sea en horas de la mañana-, debemos viajar el día anterior. Y dormir en Santa Rosa o en La Entrada. Le prometemos que le acompañaremos en la celebración de una obra que, ya Luis Bográn, había establecido obligatoria para las municipalidades: inaugurar una obra pública cada 15 de septiembre. Aguilar dice que anticipará la inauguración para el primero de septiembre, para que la mayor cantidad de invitados pueda asistir. Al despedirlo, me habla de “Done un Aula” y de Wong Arévalo. Quedamos en que le dirigirá una petición. Nos estrechamos la mano, con mutuo afecto.

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