“La vida es dura” se lamentan niños que limpian vidrios en semáforos
Con la pandemia se incrementa la mendicidad y el trabajo infantil en las ciudades más pobladas de Honduras.
“Hago 130 o 150 lempiras a diario, pero me vengo caminando desde Chamelecón y también me voy a pie para no gastar en pasaje porque si no, me quedaría menos dinero y lo que aquí hacemos es para la comida”, relató un menor en situación de calle.
Desde los cinco años deambula por las calles sampedranas, al norte de Honduras, limpiando los vidrios de los carros en semáforos, alternando esta labor junto a dos hermanos.
Los tres hermanos son los encargados de llevar dinero a su hogar para contribuir con los gastos en la alimentación y el pago de servicios públicos y aunque es riesgoso no desisten de la labor porque no tienen otra alternativa, según el pequeño de apenas ocho años de edad.
Israel Sánchez, tiene 18 años y también realiza labores de limpieza de vidrios, aseguró que lo hace desde los cinco años. “La vida es dura, me he crecido trabajando en la calle, la gente es grosera, no nos dan oportunidad, algunos nos insultan cuando nos acercamos a los carros”.
Mientras “otros nos hacen señas de que limpiemos los vidrios y no nos dan nada, nuestro pago por este trabajo es de un lempira, cinco y a veces 20 o 50, pero al final del día son unos 130 lo que llevamos”, relató.
MÁS DE 400 MIL MENORES
Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 la mendicidad y el trabajo infantil se ha incrementado principalmente en las ciudades más grandes del país como son San Pedro Sula y Tegucigalpa.
Algunas organizaciones le están aportando a la erradicación del trabajo infantil con estrategias que les permiten realizar alianzas para contribuir con la educación de los niños, sin embargo, las cifras de este fenómeno social en el último año se han incrementado.
Jorge Galeano, director de World Visión, comentó que la organización ha venido trabajando desde hace varios años para la eliminación del trabajo infantil, pero están preocupados porque las mejorías son leves en esta área y aún hay bastantes niños trabajando.
Galeano recalcó que a nivel nacional hay 404 mil niños entre edades de los cinco a los 17 años que realizan labores y eso significa que estos menores no están teniendo la oportunidad de desarrollarse y educarse, lo que se describe como sinónimo de estar perpetuando el ciclo de la pobreza que viene desde sus padres y de manera generacional.
NO ESTUDIAN, 60% TRABAJA EN EL AGRO
“Cuando el niño trabaja no puede educarse, la educación es el instrumento para poder salir y romper la escala social, pero si no lo hacen se repite la triste historia del ciclo”, lamentó Galeano.
Agregó que “tenemos un fenómeno histórico y es que el rubro que más emplea la mano de obra infantil es la agricultura, el 60 por ciento de los menores trabajan en esta área, pero en estos momentos lo que más nos preocupa es que producto de la pandemia eliminaron las clases presenciales y muchos no pudieron ingresar con los nuevos métodos”.
Asimismo, expresó que los niños con nueve o diez años ya hacen labores en el hogar, por lo tanto, sin estudiar son enviados a hacer trabajos agrícolas o a cuidar a sus hermanitos, a jalar agua, a hacer tortillas, entre otras actividades.
Pero para el caso de la zona norte muchos se dedican a la mendicidad y a trabajar en la calle, en su mayoría a limpiar vidrios de vehículos o a hacer malabares en los semáforos.
EL REZAGO QUE DEJA LA CRISIS
“Aunque abriéramos las escuelas en estos momentos, va a ser difícil que estos niños que ya se encuentran trabajando regresen al sistema educativo, es probable que esto genere para los próximos años un retroceso en lo que habíamos logrado avanzar en materia de trabajo infantil”.
Galeano informó que para seguirle apostando a la eliminación del trabajo infantil continúan haciendo alianzas con otras organizaciones para fortalecer la educación y que más niños tengan la oportunidad de ingresar al sistema educativo.
“Tenemos un proyecto grande que se llama Futuros Brillantes, lo estamos desarrollando con el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. En los últimos años se han realizado proyectos de emprendimiento para evitar que empresas o compañías contraten mano de obra infantil”, dijo Galeano.
El representante de World Vision comentó que han generado oportunidades para familias, porque muchas veces no se trata de que sean malos padres, sino que no tienen las condiciones para salir adelante y por eso en la parte rural vinculan el sector agrícola para generación de cultivos, venta de hortalizas.
SUSCRIBEN ALIANZAS
Visión Mundial firmó recientemente convenios con Gildan y la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecaféh), para implementar proyectos educativos que fortalezcan la educación en beneficio de la niñez. Claudia Sandoval, vicepresidenta Gildan dijo que con la firma de convenio van a beneficiar a 20 mil niños en los municipios de Choloma y Villanueva. Además 200 centros educativos serán parte de este proyecto y unos 950 docentes van a recibir capacitaciones, la inversión será de 4 millones de lempiras. Daniel Gerber, representante de Adecaféh, manifestó que en esta ocasión el proyecto durará hasta el 2025. Desde el 2017 han invertido alrededor de diez millones de lempiras.
ENFERMEDADES
La mayoría de las labores que realizan los menores se vincula con las peores formas de trabajo, ya que al limpiar vidrios de vehículos corren riesgo de atropello o cualquier otro accidente. Asimismo, los que laboran en minerías pueden quedar soterrados o adquirir enfermedades, otros trabajan en la explotación de almejas, van a los manglares descalzos. Los que se dedican a las actividades agrícolas se exponen a pesticidas.
