No habrá “Plan Marshall” para el Triángulo Norte

ZV
/
14 de junio de 2021
/
12:01 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
No habrá “Plan Marshall” para el Triángulo Norte

Por: Irving Guerrero
Exsecretario de Industria y Comercio

Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos, se vio obligada a intervenir en Europa con un “Plan Marshall”, para evitar más guerras y lograr que la paz fuera duradera. Ese plan ofrecía fondos reembolsables y no reembolsables condicionados a una integración regional comercial; eso fue el precursor de la Unión Europea de hoy.

Pese a que Centroamérica no ha estado en guerra abierta, aquí se ha jugado el mismo reto geopolítico entre los aliados de Estados Unidos y los aliados de Rusia (Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua). Además, nuestro territorio ha sido campo de matanza y violencia generada por el narcotráfico. Ambos temas son los que han generado la inestabilidad de la región.

En USA existe un consenso sobre la necesidad que la región tenga un mejor futuro. Principalmente, para evitar la migración irregular por temor a que se infiltren personas con armas biológicas o armas de destrucción masiva; temen a atentados terroristas.

No deberíamos vernos en la situación de tener que buscar alternativas a una relación primordial con los Estados Unidos. Pero el fracaso en la lucha contra el narcotráfico es suficiente para preguntase cuáles son las verdaderas intenciones de nuestro aliado tradicional. Sabemos cómo su banca ha lavado el dinero narco, sabemos que negociaron armas a cambio de cocaína por medio de la CIA. Sabemos que son el principal país consumidor de droga y no hacen esfuerzos para reducirlo. Sabemos que no capturan a grandes narcos una vez la droga entra a su territorio. Sabemos que los aeropuertos locales de Arkansas se utilizaban para descarga de droga cuando Bill Clinton era su gobernador. Sabemos que tienen supremacía en tecnologías de espionaje y defensa, pero los narcos parecen ser más astutos que todas sus agencias juntas, por lo que no es difícil ver que más allá de la dificultad de detener el narcotráfico, parece haber un tipo de complicidad.

Comercialmente, la región tiene compromisos de mayor integración regional por medio de la Unión Aduanera. También tenemos un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. Pero la realidad es que estos tratados no han traído el despegue económico esperado. En gran parte es porque no se avanza en la integración regional pues nuestros presidentes no parecen estar interesados en hacerlo.

Si preguntamos a nuestros aliados cuál es la razón de nuestro retraso. Seguro dirán que es porque somos países corruptos; esto trae la inequidad, alta deuda pública, narcotráfico, migración, instituciones disfuncionales, estados autoritarios donde prosperan los caudillos y se violentan nuestras constituciones. Con esta narrativa, cualquiera podría creer que en realidad somos nosotros los únicos responsables de nuestros males.

Pero nuestros aliados olvidan mencionar que el narcotráfico ha traído la decadencia y degradación de las instituciones públicas por medio de la corrupción a alto nivel necesaria para operar en el rutas de tránsito con la complicidad de alcaldes, gobernadores, militares, policías, jueces, diputados, empresarios y presidentes. Esto lo olvidan al hablar de nuestros países como narcoestados o narcogobiernos. Al parecer quieren ignorar que su alto consumo de cocaína es lo que ha causado esta importante degradación en nuestros sistemas sociales, políticos y económicos.

No creo realista esperar que los norteamericanos ofrezcan algún tipo de plan que incluya tratar con seriedad el tema de las drogas. Seguro tratarán de impresionarnos con promesas de inversión que en el tiempo serán diluidas en causas “Woke” que no van a resolver los temas torales. Razón por la que debemos buscar otras alternativas a esperar resultados de la DEA o esperar que los norteamericanos reduzcan su consumo de cocaína.

Propongo que apuntemos a más integración regional con decisiones políticas que trasciendan los diferentes presidentes de nuestros países. Además, debemos de acercarnos a China y Rusia. China pronto será el mercado más importante del mundo y su influencia en la política global será como la de los norteamericanos después de la Segunda Guerra Mundial. No podemos seguir con una alianza con Taiwán a expensas de una relación completa con China continental. Debemos aprovechar su posicionamiento como el principal país manufacturero del mundo, y aprovechar nuestras ventajas como países CAFTA situados entre el Pacifico y el Atlántico, a un par de horas por avión y un par de días por barco hacia los Estados Unidos.

Sobre Rusia, es momento de escucharlos sin sesgos ideológicos, de explorar opciones y ver qué podríamos aprender de este país que tiene tecnología, salud y educación de primer mundo. Seguro que con las capacidades de inteligencia militar y defensa de ambos tendremos mejores untados contra el narcotráfico. Seguir creyendo que nuestra única opción es ser los cocineros, costureros y jardineros de los norteamericanos, viviendo en su patio trasero, esperando que vengan a impartir justicia en nuestra casa nos condenará a la definición de locura de Einstein; seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes.

Más de Columnistas
Lo Más Visto