La conferencia, y Ebal Díaz

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15 de junio de 2021
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12:03 am
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La conferencia, y Ebal Díaz

Por: Juan Ramón Martínez

El título es, una simplificación. Para los obispos de Honduras, la representación del político por el cual, no se debe votar a conciencia, es Ebal Díaz porque, imprudente, dijo, -fruto de su inexperiencia, su falta de pupitre político y arrogancia que, fruto de su juventud, y por ser predicador evangélico en receso, destacado en la dirección del gobierno-, manejando tras bambalinas, al Congreso Nacional, empujándolo a iniciativas desafortunadas -algo que hirió la sensibilidad de los obispos-. Confirmando con sus declaraciones inoportunas, inhumanas, anticristianas, indebidas: “La gente, en las próximas elecciones decía: no va ir a votar por la cantidad de muertos que provoque la pandemia. La gente va a ir a votar por cuanto tiene en la bolsa… Eso es lo que va a mover a la gente a votar en las próximas elecciones. Es más, ni siquiera por el tema de la corrupción… La gente va a ir a votar por el tema económico” (Conferencia Episcopal de Honduras, “las elecciones del Bicentenario”). Según Díaz, para ganar, hay que comprar a los votantes. Por ello, para los obispos de Honduras, representa lo más satánico del político, lo anticristiano del servicio público e irrespetuoso a los sentimientos de la población que, se merece consideración. Triste papel de Ebal Díaz. Representar lo peor de la élite política. De todos los partidos, no solo del suyo. Por lo que, recibe un golpe al hígado, afectando sus aspiraciones de dirigir al Congreso Nacional. ¡Qué pena! De repente, se la tiene merecida, por su falta de control en lo que dice.

Además, el documento es muy crítico en contra del gobierno “a consecuencia de una política frustrante; a consecuencia de la pandemia de la covid-19 y del paso de los huracanes; y se da también en el contexto histórico del Bicentenario, que invita a vivir un proceso electoral con mayor compromiso, conciencia y responsabilidad acerca del bien común, acerca de la vida humana, de la salud y la familia”. ¡Contundentes y certeros los señores obispos! Pero no se quedan allí. Van más adelante. Buscando golpear al gobierno de JOH, le exigen “fortalecer la democracia y el bien común, para nosotros y las generaciones futuras”. Además, le llaman la atención, por su tendencia de repetir lo mismo que han hecho otros gobiernos, afirmando en el documento, que “no es posible que sigamos esperando limosnas y dádivas de los demás países, para acceder a un poco de vacunas contra la covid-19”, en otras palabras, tengan dignidad, le dicen al gobierno. Aquí es, evidente el disgusto de los obispos con el gobierno que, se ha inclinado hacia unos evangélicos, no siempre cristianos y respetuosos de la dignidad humana.

A los que aspiran a gobernarnos, dicen que, más que nunca “necesitamos candidatos con un comportamiento ético reconocido por todos. Candidatos que no estén marcados por la lacra de la corrupción o el narcotráfico, que tanto daño han hecho”. Pero como todos los sabemos, los candidatos, son elegidos formalmente por los votantes. Que, ha perdido la confianza, -porque les han destruido los valores del honor, la dignidad-, muestran inclinaciones a vender su voto, cuando lo que deben hacer es votar con conciencia. Aquí, pierden de vista que tanto peca el que compra, como el que se vende. E incurren en lo que, nos parece lo más débil del documento que comentamos: la confianza en la conciencia de los electores. Pasan por alto, los daños morales que ha sufrido el pueblo, el deterioro del sistema educativo, y la falta de prédica cristiana y democrática, que ha desaparecido de los hogares, escuelas, templos, medios de comunicación y universidades. Por ello, con cierta ingenuidad, les piden a los electores que escojan y voten desde la conciencia y la libertad. Y para ratificar la importante petición, dicen que: “en repetidas ocasiones, los obispos hemos hecho este mismo llamado; elegir en conciencia es exigir a los candidatos un Plan de Nación (olvidan que hay uno aprobado por el Congreso Nacional); elegir en conciencia es no votar por una falsa agenda política”. No vender el voto, porque ello “es equivalente a vender tu conciencia y tu dignidad”.

Fuerte, claro, contundente y magisterial. La pregunta. ¿Será escuchado? Los protestantes tienen copado al gobierno. Y los católicos, casi nunca, hacen caso a sus obispos, en temas políticos especialmente.

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