Sobre la figura de la corrupción

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17 de junio de 2021
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Sobre la figura de la corrupción

Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.

En atención a la connotación que de primera ha alcanzado la corrupción, consideramos de importancia significativa su abordaje. La palabra corrupción dentro de un enfoque social y legal se encuentra definida como la acción humana que transgrede las normas legales y los principios éticos. La corrupción puede darse en cualquier contexto, en este caso se analizará la corrupción en el sentido administrativo y político. En un sentido más analítico se puede decir que la corrupción significa el incumplimiento de manera intencionada del principio de imparcialidad con la finalidad de extraer de este tipo de conducta un beneficio personal o para personas relacionadas.

Es del caso destacar, que el término nace del latín “corruptio” y su significado tiene que ver con dañar, pervertir, sobornar o causar depravaciones a una o más personas. La Real Academia Española (RAE) define este término como un vicio o abuso hacia cosas que no son materiales, esto quiere decir que el corrupto hace uso de su personalidad, poder o herramientas para hacer que los demás actúen en contra de lo estipulado en la ley, tal como lo demuestran los hechos concretos.

También existe la corrupción política, una práctica en la cual una persona abusa de sus funciones dentro del gobierno o de su partido político para materializar provechos económicos e incluso obtener ventajas en diferentes situaciones dentro del poder público a los distintos niveles.

En consecuencia, los efectos de la corrupción tienden a dejar bastantes estragos en una sociedad, comenzando con la corrupción de menores, el aprovechamiento de las malas situaciones, etc. Por eso es tan importante luchar contra ella. Aunado a todo lo explicado con anterioridad, también existe una acepción del término en la informática y tiene que ver cuando los discos duros no funcionan adecuadamente, entonces se dice que está corrupto.

Es importante dejar claro que la corrupción política se refiere a los actos delictivos cometidos por funcionarios y autoridades que abusan de su poder e influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso, anticipando sus intereses personales o los de sus allegados, para conseguir una ventaja ilegítima generalmente de forma secreta y privada, con un impacto de primera.

Téngase presente que el término opuesto a corrupción política es transparencia. Uno de los tratadistas del tema destaca: la corrupción se define como “toda violación o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta”. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado legítimo.

¿Y cuáles son esas formas de corrupción? Sobre el particular se señala que las formas de corrupción varían, pero las más comunes son: 1. El uso ilegítimo de información privilegiada y el patrocinio; 2. Además de los sobornos, el tráfico de influencias, la evasión fiscal, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, el nepotismo, la impunidad y el despotismo.

La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la prostitución ilegal y la trata de personas, aunque los hechos demuestran que en muchos casos no se restringe a estos crímenes organizados.

En esencia, el concepto de corrupción difiere dependiendo del país o la jurisdicción. Lo evidente es que algunas prácticas políticas pueden ser legales en un lugar e ilegales en otros. En algunos países, la policía y los fiscales deben mantener la discreción sobre a quién arrestan y a la vez acusan, y la línea entre discreción y corrupción puede ser difícil de dibujar.

Los países en que la transparencia de las cuentas públicas, adquisiciones, concesiones y similares sea reducida o incluso inexistente estarán más expuestos a estas acciones, pero si además los medios de información no son transparentes al informar a los ciudadanos o se ven coartados en la posibilidad de hacerlo o simplemente manipulados, el proceso de corrupción será más complicado de erradicar y juzgar, tal como lo demuestran los hechos concretos.

Entre las muchas causas del mencionado accionar (las que tienen que ver con el individuo) podemos señalar las siguientes: 1. Carencia de una conciencia social; 2. Falta de educación o de una cultura del compromiso; 3. Paradigmas distorsionados y negativos; 4. Personalidades antisociales y megalomanía; 5. Percepción sesgada del grado de corrupción presente; 6. Infravaloración de la posibilidad de ser descubierto.

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