En proyecciones para 2021, la UNCTAD espera que los flujos hacia y desde Latinoamérica se mantengan a un nivel bajo, y vaticina que no recuperen niveles previos a la pandemia hasta 2023.
Latinoamérica fue la zona en desarrollo donde la pandemia perjudicó más a las inversiones extranjeras, ya que estas cayeron un 45 por ciento en los países latinoamericanos, por encima del 35 por ciento de media mundial, analizó ayer un informe de Naciones Unidas que prevé una lenta recuperación en la región.
El estudio anual de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), indicó que América Latina recibió 88,000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas, lejos de los 160,000 millones del 2019.
En contraste, el flujo de inversiones en África bajó un 16 por ciento, en Asia incluso subió (un 4%), y como media en las economías en desarrollo la caída fue de solo el 8 por ciento.
“Las economías latinoamericanas enfrentaron un colapso en la demanda de exportaciones, la caída de los precios de las materias primas y la desaparición del turismo, lo que provocó una de las peores contracciones en la actividad económica en todo el mundo”, analizó el director de inversiones y empresas de UNCTAD, James Zhan.
En Brasil, la recepción de inversiones cayó un 62 por ciento, para totalizar 25,000 millones de dólares, afectada esta economía por la menor entrada de capital en extracción de petróleo y gas, suministro de energía y servicios financieros.
Especialmente dramático fue el caso de Perú, donde una de las peores recesiones económicas del mundo, combinada con la inestabilidad política, provocó que las inversiones se desplomaran: de 8,000 millones de dólares en 2019 se cayó a 982 millones en 2020.
En Centroamérica el descenso fue algo menor, de solo el 24 por ciento, debido sobre todo a la situación en México, donde a causa de ganancias reinvertidas la inversión extranjera solo se redujo un 15 por ciento, hasta totalizar 29,000 millones de dólares el pasado año. (EFE)
