El plebiscito popular en decisiones trascendentales

MA
/
23 de junio de 2021
/
01:53 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
El plebiscito popular en decisiones trascendentales

Mario E. Fumero

Honduras se debate en una discusión que en algunos momentos alcanza visos de violencia y caos social con relación al establecimiento de las ZEDE, las cuales según afirman algunos juristas, expertos en la materia, que los mismos atentan contra la soberanía nacional y establece dentro del territorio, otros territorios independientes con un sistema jurídico y político desconectado de la nación.

No soy abogado ni jurista, solamente espectador de la discusión y los matices que la misma está tomando a nivel de municipalidades, lo cual está produciendo convulsión social y creando lo que podíamos catalogar una crisis política de confrontación entre grupos contrarios al proyecto; y los alcaldes se enfrentan a un proyecto que invade en sus regiones su autonomía, en donde pierden poder y control.

Esta crisis surge debido a una falta de coherencia en el momento de tomar decisiones tan trascendentales, como es esta opción laboral, que puede sesgar principios constitucionales de los artículos pétreos, aunque también ofrece una oportunidad de crear más empleos, pero ¿cuál será el precio que tendrá que pagar el Estado?

¿Qué podemos hacer frente a esta situación tan conflictiva? ¿Cómo evitar el caos y anarquismo frente a una acción impopular? La solución está al alcance de la mano, ya que sabemos que el pueblo es el soberano, y ninguna decisión política puede alterar la opinión de la mayoría, es por ello que sería prudente y sabio, junto con las próximas elecciones, hacer uso de una ley aprobada, la cual establece el plebiscito y la consulta popular, para que sea el pueblo el que decida si está dispuesto a aceptar el proyecto de las ZEDE, y si la opinión popular de la mayoría fuera favorable, entonces que se ejecute tan susodicho proyecto, que aunque es cierto que ofrece posibilidades de trabajo a muchas personas, también es un arma de doble filo para fraccionar el país y establecer pequeñas islitas que pudieran convertirse en paraísos fiscales y en donde el gobierno central tendría poco control o gobernabilidad.

No dejemos que la sangre llegue al río, y demos lugar al anarquismo o el vandalismo frente a una decisión, que, por lógica, debe ser consensuada, tanto en las alcaldías, como con el pueblo, y la mejor manera de hacerlo es a través del plebiscito, en donde la gente pueda decir si está o no de acuerdo con el proyecto de las ZEDE y así resolver este conflicto que cada vez se hace más agudo.

Si hacemos esto podremos llegar a la conclusión de que el soberano, por mayoría simple, y en forma democrática podrá aceptar o rechazar cualquier propuesta que considere beneficiosa o considere que afecte sus intereses, porque como dice el dicho, la última palabra la tiene el soberano, y este es el pueblo.

Más de Columnistas
Lo Más Visto