Un nuevo ajuste con resultados desconocidos

MA
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23 de junio de 2021
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01:55 am
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Un nuevo ajuste con resultados desconocidos

Rafael Delgado

En días pasados se alcanzó el nuevo acuerdo sobre el aumento a los salarios mínimos y las partes negociadoras salieron satisfechas. Entre el 4% y el 8% era lo que estaba negociado, sin haber una decisión sobre la fecha de inicio para empezar a pagar el aumento. Según lo que trasciende, el gobierno intervino, tomando los porcentajes consensuados y decidiendo que el aumento se pagará a partir de julio.
El salario mínimo no es un invento de los hondureños. Existe en muchos países y con ello se intenta regular el mercado laboral, fijando un mínimo que sea suficiente para cubrir las necesidades de un hogar. Se concibe como una herramienta que debe revisar y fijar de manera periódica ese mínimo vital. Por lo anterior, lo que se ha ido conformando es un mercado con una regulación en el precio de la mano de obra y que evita que este precio caiga libremente. Sin embargo, pese a su aparente benevolencia, existen una diversidad de preguntas que realmente no se han contestado sobre los efectos del salario mínimo en Honduras.

Uno de los aspectos a estudiar es que detrás de las negociaciones para fijarlo se esconden consideraciones que van más allá del tema meramente salarial. Sobre todo, en el marco de un año electorero se puede afirmar que el proceso y el resultado de la negociación entre representantes de los gremios son orientadas por consideraciones políticas. Las partes desean enviar un mensaje sobre la disponibilidad o no al diálogo. Sobre el aumento acordado, las partes involucradas, incluyendo el gobierno, desean que se interprete, y así ocurre, como un indicador de su poder sobre los demás, perdiéndose totalmente el propósito de las negociaciones, que es otro.
El país se enfrenta con regularidad a este ritual que a lo sumo logra alcanzar una compensación económica para los asalariados, ubicados en el segmento con menos remuneración. Sobre el incumplimiento del mismo se sabe que es significativo, pero es necesario precisar dónde. Sobre el impacto en el empleo por sector se dice mucho, pero no se conoce nada con certeza. Acerca de los estímulos que esto genera en los trabajadores, tampoco abundan los análisis. Son tareas pendientes que a pocos de los involucrados interesan, ya que finalmente el resultado de las negociaciones, como se dijo anteriormente, se interpreta meramente como una evidencia de la fuerza de las partes involucradas.

Sin esperar que esto vaya a resolver todo, es necesario ahondar en esas implicaciones del salario mínimo para construir una base más transparente y completa que lleve a procesos de negociación más rápidos, con menos implicaciones políticas y sobre todo más cerca del propósito encomendado al salario mínimo.
Es además importante insistir en la necesidad de desarrollar la política pública para el mercado laboral en el país, que no puede agotarse en lo que ahora tenemos. Por ejemplo, se ha señalado desde hace mucho tiempo, sobre el vacío existente en cuanto a formación de los trabajadores. Las necesidades en cuanto a capacitación son abrumadoras en la población trabajadora en constante crecimiento, pero no existe un sistema público ni privado que ofrezca una respuesta para la diversidad de habilidades y conocimientos a desarrollar. Esto condena a las empresas y los trabajadores, ya que sin educación de los asalariados no puede haber productividad, ni buenos salarios. Pero lamentablemente parece que la ausencia de este sistema es intencional, o al menos son otras cosas las que ocupan a los que toman las decisiones en este país.

Los países avanzados y los que van en camino hacia allá, no han descuidado estas ideas básicas sobre el desarrollo integral. Pese a los enormes desafíos que todavía tienen, han logrado estructurar propuestas que permiten la integración laboral exitosa al mercado laboral, mediante la formación profesional que a su vez coloca al trabajador en condiciones mucho más ventajosas para lograr niveles salariales más de acuerdo con las necesidades de sus hogares.

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