LA prensa bajo una ola represiva sistemática. “Nicaragua, violentamente silenciada”. (La referencia anterior, es una adaptación del titular de un libro de Julio Cortázar, “Nicaragua, tan Violentamente Dulce”). Lo escrito entonces por el autor argentino es una alabanza a la revolución sandinista que derrocó la longeva dinastía somocista. El otro encabezado: “Nicaragua, violentamente silenciada”, corresponde al titular de un artículo de opinión –publicado en un respetado periódico español– que narra el asedio contra medios de comunicación y periodistas. Una abismal distancia hoy, de lo que en sus inicios simbolizó la gesta revolucionaria. El régimen –comenta el escritor– mantiene la pequeña nación centroamericana “bajo un silencio de acero”. La última marea represiva ha sido desencadenada contra opositores políticos. Una media docena de contendientes del oficialismo en las elecciones generales han sido detenidos e inhabilitados.
Sin embargo, meses atrás, la furia gubernamental fue desatada contra la prensa. Instalaciones periodísticas de conocidas publicaciones víctimas de allanamientos, mientras cerraban otros medios de comunicación. El persistente hostigamiento a sus propietarios como a muchos comunicadores, provocó que varios abandonaran el país. Recientemente salió exilado el galardonado escritor Carlos Fernando Chamorro, director de la Revista Confidencial. También se marchó el director del portal Mesa Redonda. Unos 60 periodistas que fueron acusados por el mismo dossier de delitos aducen que “no hay garantías para su defensa”. La misma causa invocada por la fiscalía para sacudirse a los opositores, –propiciar la injerencia extranjera en los asuntos internos del país– se utiliza contra los periodistas. Ortega prácticamente reina con poder absoluto en Nicaragua. Ha hecho una ley electoral a su medida, pero aún así, gozando de toda ventaja, prefiere dar elecciones sin contrincantes. Busca su tercera reelección consecutiva. El exguerrillero gobernó Nicaragua de 1979 a 1990 tras la caída de la dictadura. Fue derrotado por doña Violeta Chamorro, viuda del emblemático periodista asesinado Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Pero el 2007 recuperó el poder después de apenas dos períodos que lo tuvo el desparramado Partido Liberal Constitucionalista. Ortega aduce que los perseguidos –entre ellos candidatos políticos opositores, periodistas, banqueros y empresarios– no son otra cosa que “criminales al servicio de los Estados Unidos que quieren botar el gobierno”.
El acoso a la prensa es característica de los mandos absolutistas. No resisten la tentación de uniformar a la opinión pública. Con solo una versión de las cosas. La que sale de la casa de gobierno. Aquí y allá se mide con el mismo rasero a la oposición y se aplican las mismas prácticas coercitivas. En Hong Kong una larga fila de fieles lectores se agolparon a comprar “la última edición del diario “Apple Daily”, que se vio obligado a cerrar bajo una drástica ley de seguridad nacional que puso fin a sus 26 años de enfrentar a las autoridades chinas”. “China impuso a Hong Kong su ley de seguridad nacional el año pasado luego de que la ciudad se viera sacudida por enormes movilizaciones pro democracia, a menudo violentas, en 2019”. “La repentina muerte del popular tabloide fue el último golpe a las libertades de Hong Kong y agudiza la preocupación de si la ciudad podrá continuar como un centro de prensa en momentos que China arremete contra la disidencia”. “El diario más popular de Hong Kong era una espina en el costado de Pekín, con su decidido apoyo al movimiento pro democracia de la ciudad y sus ácidas críticas a los dirigentes autoritarios chinos”. “La portada final incluyó una foto de los periodistas despidiéndose de una multitud fuera de su sede”. La pujante e impresionante Hong Kong, otra víctima “violentamente silenciada”.
