Las respuestas desde diferentes sectores a las ZEDE

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30 de junio de 2021
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12:50 am
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Las respuestas desde diferentes sectores a las ZEDE

Rafael Delgado Elvir

Las respuestas han sido abundantes. Importantes instituciones y gremios de los municipios, de pobladores, de profesionales, de la academia y de los sectores productivos se han pronunciado frente al empecinamiento de las autoridades del país de avanzar en el proyecto de entrega de los recursos del país por medio de las ZEDE. Es así que a estas alturas, los campos están claramente marcados: por un lado, el círculo gobernante y sus peones en los poderes del Estado siguiendo el guion prescrito para avanzar pese a todo; por otro lado, el país y sus ciudadanos rechazando esta nueva afrenta a la integridad del país.

En países democráticos o con cierto respeto a la voluntad de la gente, esto bastaría al menos para hacer un alto y enmendar. Pero lamentablemente nos encontramos en un país capturado por una cúpula gobernante que desde sus inicios careció de una vocación exclusiva de servir a su gente y de respetar las leyes. Uno tras otro fueron los giros a la tuerca en el plan de atornillarse en el poder para hacer de su expulsión un proceso sumamente difícil. Logrado su plan, ahora no podemos esperar nada cuerdo de importantes instituciones, como la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía o el Congreso Nacional que callan ante tanta ilegalidad y se convierten en los protagonistas de actos repudiables. Lo peor es que se has convertido en un proceso de deterioro democrático indetenible: con cada golpe que ejecutan contra la legalidad aumenta también su responsabilidad futura. Por ello, su afán de seguir girando la tuerca, ahora motivados por el instinto de sobrevivir ante las consecuencias de parar y enmendar.

En particular el pronunciamiento que hemos emitido en el Colegio Hondureño de Economistas desde su capítulo noroccidental, apunta a enfatizar en la tragedia de un país, cuyos gobernantes no creen en su gente ni en su potencial de desarrollo. Por ello impulsan un proyecto de ofrecer un espacio físico para los inversionistas que los coloca en una situación sumamente preferencial e injusta, frente al resto del país y además de eso, con las facultades para autogobernarse y emitir su propia legislación. El Comité para la Adopción de Mejores Prácticas y el secretario técnico serán las autoridades, sin emanar de la voluntad popular, quienes gobernarán los miniestados. Como si esto no fuera poco, se ofrece abrirles espacio por la vía de la expropiación de la tierra y los bienes inmuebles de las comunidades para asegurar su existencia. Indudablemente, pese al toque de modernidad que se le quiera dar, en esencia es una invitación para garantizar por ley negocios con abundantes y rápidas ganancias. Es algo así como un esquema extractivo de invertir en un país que ya tiene suficientes venas abiertas por donde se le ha extraído su riqueza.

El partido gobernante debió sentirse aliviado cuando, iniciando su período de gobierno, escuchó la historia de estas ciudades autogestionadas. Según las versiones de ellos mismos, las reuniones con Paul Romer se produjeron una tras otra, deslumbrando este a los funcionarios de los poderes del Estado con su propuesta. El experimento del economista había caído en terreno fértil: un país en una profunda crisis, con el partido gobernante, ahora lo sabemos, sumamente comprometido con el crimen organizado y con una descomunal ignorancia sobre el país, sus problemas y su potencial. Los actores del plan se pusieron en acción y en un segundo intento lograron aprobar la ley después de manosear una vez más la Constitución de la República.
Por ello desde el Colegio Hondureño de Economistas hemos hecho un llamado exigiendo derogar la Ley Orgánica de las ZEDE y a utilizar la protesta cívica, la movilización de los pobladores y patronatos de las zonas en riesgo y los cabildos abiertos para dejar constancia que no estamos de acuerdo con un círculo gobernante que ejerce el poder para blindarse ante un desenlace fatal que les espera.

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