También es cierto…

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7 de julio de 2021
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12:56 am
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También es cierto…

Mario Fumero

Es cierto que los últimos 40 años hemos padecido muchas enfermedades, epidemias y fenómenos climáticos que han matado a más personas que las que ha matado el COVID-19, sin incluir las guerras y actos terroristas, y sin embargo no se ha hecho tanto escándalo como con el “coronavirus”.
Es cierto que los muertos por dengue, chikungunya, zika, gastroenteritis, sida, tuberculosis, ébola y malaria, han sobrepasado a los muertos por COVID-19 y sin embargo no se ha hecho tanto alboroto.
Es cierto que la gente siempre tiene que morir de algo, y muchas muertes son originadas por enfermedades degenerativas, orgánicas, por mala alimentación, por accidentes y por guerras, y sin embargo, no se ha hecho tanto escándalo ni se han restringido tantas libertades como ocurre ahora.

No soy doctor en medicina, sino teólogo, pero puedo entender que en el tiempo que vivimos, el 90% de los muertos son atribuidos a la pandemia del COVID-19, y sin darnos cuenta se ha controlado a todos los gobiernos, políticos, medios de comunicación e incluso la economía del mundo, aunque al compararlo con otras epidemias como la gripe e infecciones, la diferencia en muertos no es tan grande, apenas un 3% de los infectados, pero estamos viviendo una crisis generalizada que nos sumerge en una mayor pobreza y da lugar a muchas teorías fabulescas, pero algunas no dejan de tener una lógica.

¿Cuál es el promedio normal de la muerte por COVID-19? De 100 infectados mueren entre el 3 al 2%, dependiendo de dos factores: el sistema de salud del país en donde se contagian, y el tipo de alimentación que consumen las personas, ya que no cabe duda de que con unas buenas defensas y una inmunidad fuerte hace que el virus pase desapercibido. Sin embargo, no puedo negar que el mayor problema de esta pandemia radica en el fácil contagio de este por las vías respiratorias, lo cual lo hace muy difuso. Además, si fuéramos cuidadosos de las medidas de higiene y de las normas establecidas, podríamos evitar su expansión y frenar el brote.
También es cierto que con esta pandemia se nos han restringido libertades y derechos individuales, además se ha silenciado a los que piensan contrario, y se está imponiendo un control absoluto de las personas para poder moverse o comprar en algunos países, a menos que tengan un código QR, y muchas empresas y laboratorios farmacéuticos que estaban en la quiebra, han salido a flote fabricando los sistemas de bioseguridad, las vacunas, aprobadas de forma urgente y sin garantía absoluta de seguridad, al considerar la pandemia una emergencia mundial.
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ambién es cierto que esta pandemia ha creado las condiciones para un “reseteo” mundial, tanto de la economía, como de las libertades individuales, y podemos afirmar que va a haber un antes y un después del coronavirus, y el mundo vivirá en zozobra y con grandes crisis económicas como fruto de este fenómeno.
Espero en Dios que la llamada vacuna pueda poner freno a esta crisis, y no se desencadene algo peor en el futuro, aunque desde el punto de vista teológico no puedo pronosticar un futuro mejor, porque la Biblia anunciaba, que los últimos tiempos aparecería un caballo amarillo y el que lo montaba traía la muerte y destruiría el 25% de la población mundial con guerras, hambre y epidemias. (Apocalipsis 6:8). Y Jesús hizo referencia a ello en Mateo 24: 6-7 cuando describió la situación de los últimos tiempos como que habrían guerras, terremotos (fenómenos naturales) hambre y pestes, que significa epidemias. Así que el que tenga oídos para oír, oiga, y prepárese para lo que se avecina, porque Jesucristo viene pronto y vamos en todos los aspectos hacia un futuro sombrío e incierto.

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www.contralaapostasia.com

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