Hacia nuevo paradigma educativo
Por: Noé Pineda Portillo
Qué jerga ni qué ocho cuartos, como lo dirían los españoles del tiempo de Quevedo, lo que apunta el titular de LA TRIBUNA, (27/ 06/2021), cuando anuncia “Honduras exige a Guatemala soluciones definitivas por el basural del río Motagua”. Por eso decimos: Qué jerga ni qué ocho cuartos, a los chapines hay que decirles, basta ya de ofrecimientos, al pan pan y al vino vino. Ya llevamos muchos años, muchas reuniones sobre el mismo asunto y nunca solucionamos nada. Cuando no se puede a las buenas, que ya las planteamos, ahora cabe lo serio o lo formal. Y como es asunto de estados, ahora cabe la medida en Derecho Internacional.
Guatemala ha dado muestras de ser un país timorato que no cumple con los acuerdos amistosos de buena fe, nos referimos a los acuerdos anteriores que no se han cumplido, por eso conviene la demanda internacional ante la Corte Penal Internacional o ante cualquier organismo de las Naciones Unidas, porque con la OEA hay mucha desconfianza por sus actitudes no congruentes.
Ya es tiempo que Honduras se dé a respetar, de que somos un país soberano e independiente. Por ejemplo, el problema con el Golfo de Fonseca en la demarcación de la línea fronteriza, todavía seguimos teniendo problemas, cuando hace tiempo hubiésemos terminado con ese asunto. Lo mismo está pasando con Guatemala, al irrespetar los acuerdos soberanos.
Habrá que reconocer que también tenemos culpa en estas relaciones. Por ejemplo, esa reunión de delegados de los Ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales, no debió ser así, cuando para eso está la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien debe llevar la dirección de estos asuntos, pues cuando se trata de asuntos de soberanía nacional entre ambos países, eso es lo pertinente. De allí que, como señala el periódico, lo que ha habido son soluciones paliativas.
Hay que tomar muy en serio la cuestión, pues en ello se afecta la soberanía nacional de Honduras, los recursos naturales marinos y costeros de bosques, ecología en general, recursos habitacionales. Podemos imaginarnos que allí cerca está el gran arrecife internacional más grande de América, la gran Corriente del Golfo (Gulf Stream) que comunica hasta con Europa y además influye en cadena alimenticia de nuestra abundante fauna marina y costera.
Por otro lado, el río Motagua debemos cuidarlo, ambos lados, como nuestras manos, porque es un río sagrado como fuente de alimento para las especies ribereñas, como de las interiores y sobre todo, en parte, nos sirve de línea fronteriza y como frontera debe ser símbolo de respeto y de beneficio.
Por eso, esta situación ya no solo es de exigir sino de actuar con acciones concretas donde se ejerza el poder de la Ley, de lo contrario, no nos respetarán. Es necesario ejercer el dominio de nuestra soberanía nacional.
