Henry Constantino Benavides: Yo quise ser lo que soy, del arte viviré

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. Los que se dedican a extraer diamantes de las minas, lo primero que buscan es la roca que no ha sido cortada, ni procesada. De hecho, no es tan sencillo, pero una vez convertida en un diamante es el hallazgo más valioso. Mientras esta en la roca es un diamante en bruto, el proceso es el que finalmente lo convierte en una de las joyas más apetecidas por los millonarios del mundo y los traficantes de metales preciosos.

En ese largo proceso de tesoros escondidos, también encontramos talentos que han permanecido escondidos por falta de oportunidades en un país como Honduras, sin muchas oportunidades, donde muchos jóvenes talentosos se fueron de la patria con la esperanza de brillar como los diamantes en tierras extrañas. Otros se quedan en espera de esas oportunidades con la esperanza de demostrar que son capaces de sobresalir por sí mismos.

LA TRIBUNA, es y ha sido el medio que más valores ha descubierto. Hoy nuestras páginas llegan hasta el hogar de un joven talentoso, amante de las artes plásticas y la escultura, que sin alardes de grandeza, ha demostrado que en medio de una sociedad indiferente a los valores artísticos y culturales, ha tenido la capacidad de brillar.

Henry Constantino Benavides (26) desde su infancia demostró estar dotado de cualidades especiales, su gran pasión fue el dibujo, siempre soñó con algo más que trazos en el papel y la cartulina, “seré pintor se dijo a sí mismo, y del arte viviré”. En otras palabras, estuvo siempre marcado por el optimismo, nunca le puso peros a la vida, algo no muy común entre muchos hondureños que resignadamente expresan, lo haré si Dios quiere. “Yo quise ser lo que soy, con limitaciones, pero siempre viendo el porvenir con esperanza y mucha fe”, expresa.

Cuando dije a mis padres que deseaba estudiar en la Escuela de Artes, no lo creyeron, quizá pensaron que era un iluso, siempre con la creencia que en Honduras nadie vive del arte, era y es razonable ese pensamiento, pero mi decisión estaba tomada, un maestro de apellido Aragón, pagó la inscripción, me quedé finalmente en la Escuela de Artes; era mi deseo y mi sueño. Mi familia insistía que debía matricularme en una carrera con mayores perspectivas para el futuro. Lamentablemente no pude terminar el ciclo, quedé a medio año para graduarme, sin embargo, tenía las bases y el deseo de continuar haciendo arte y de eso vivo.

LT/. ¿Todos los pintores expresan a través del lienzo diferentes estilos, cuál ha sido tu mayor expresión artística? “Me encanta la anatomía, la belleza del cuerpo humano es única e incomprendida porque algunos ven los desnudos con morbo, en lo personal veo el cuerpo humano como algo maravillosamente hecho. El rostro humano, por ejemplo, me inspira, especialmente la mirada y la expresión dicen mucho y, bajo esta concepción plasmo en la cartulina miradas tristes, emotivas y maliciosas, es cuestión de interpretación, el artista debe meterse de lleno en la trama para poder comunicar algo positivo”.

LT/ ¿Dónde expusiste tus primeras pinturas y dibujos? “Curiosamente mi vida artística ha sido en sitios públicos, centros comerciales donde me ofrecen algún espacio para pintar, esto llama la atención de la gente, lo importante es no pasar desapercibido. Las exposiciones, no son parte de mis proyectos, y ahora en la pandemia hay que ir donde se pueda vender, además, no soy de los que pinta cuadros y almacena en su casa, la mayoría de veces vendo en el mismo sitio donde pinto, por eso digo, hago lo que me gusta, vivo del arte”.

LT/ ¿Cómo llegas a Danlí? “Como lo dije antes, vivir del arte es lo que busco y buscando llegué a Danlí, encontré cabida en la casa de mi mamá, construí en la segunda planta un apartamento para tener privacidad tanto en mi trabajo, como con mi pareja, ella me apoya bastante, aunque el otro día me dijo que buscara otro trabajo ahora que está cerca la llegada de nuestro primer hijo. Insisto vivir del arte porque la vida misma es un arte que debe estar relacionada con toda esa belleza que transmito a través de las pinturas y dibujos”.

LT/ ¿Diferentes estilos, por qué? “Yo creo que un artista no debe quedarse con lo poco, si eres un buen dibujante, serás un buen pintor y un escultor. Yo creo que el mundo de hoy te ofrece muchas oportunidades a través de la tecnología. En principio continuaré el proceso del dibujo, la pintura en acrílicos, óleo y los abstractos, aunque estos últimos no son parte de mi fortaleza, además, no son muchos los que llegan a comprender este estilo de pintura. Continuaré con los tallados en madera, piedra y yeso, murales y la serigrafía, esta actividad sabiéndola manejar deja márgenes económicos positivos, los jóvenes son un mercado potencial, son adictos a los grabados en camisetas”.

LT/ ¿Un pintor danlidense? “Luis Ernesto Zepeda, sin duda el más grande de todos, lo conocí, conversé con él muchas veces. Lo que más me impresionó es que a pesar de su prestigio y conocimientos no era egoísta, siempre estuvo disponible para aconsejar. Es una lástima que muy pocos lo hayan conocido en su propia tierra”.

Henry Constantino nació en Tegucigalpa, está casado Jeymi Karina Cruz. Sus padres, Omar Palacios, al que reconoce como su papá y Erika Jaqueline Palacios. Henry es un talento y orgullo nuestro.