Yo, la bacteria inteligente

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12 de julio de 2021
/
12:03 am
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Yo, la bacteria inteligente

Por: Otto Martín Wolf

Imaginemos por un momento que somos muy pequeños, más aún chicos que una hormiga, pensemos en algo así como una bacteria, la criatura más abundante de todo el planeta.

Esa bacteria, a la que para este ejercicio le daremos el nombre de “YO”, vive y se reproduce libremente dentro del cuerpo humano.

YO posiblemente tiene conciencia del ambiente cercano que le rodea, quizá no con un pensamiento refinado, pero por medio de señales químicas o algo parecido.

Tendrá YO idea del tamaño del ser humano donde vive?

Por un momento dejemos la lógica y digamos que sí.

Hasta ahí muy bien, vamos adelante.

Podrá YO imaginar que, como ese ser humano hay más de 8 mil millones en todo el planeta y que han existido casi incontables miles de millones en toda la historia?

Pensará YO que todo “su” universo fue creado con el único propósito de que existiera y que es el rey de la creación?

Dejemos ahora a YO tranquilo con sus sueños de grandeza y pensemos en nosotros, seres humanos.

En comparación al tamaño del universo conocido, somos más pequeños que esa bacteria.

Nuestra estrella, el sol, enorme como es, apenas llega a ser una pulga si la comparamos con Betelgeuse, que es mil veces más grande, lo que quiere decir -para los lentos de cálculo- que nuestro sol cabe mil veces dentro de ella.

La Vía Láctea, nuestra galaxia de residencia, contiene más de mil millones de soles, unos más grandes, otros más pequeños y casi todos con sistemas solares parecidos al nuestro.

Si hasta ahí las cifras parecen enormes, casi inimaginables, estas se transforman en incomprensibles al saber que hay más de cien mil millones de galaxias detectadas hasta el momento y que constantemente aparecen más y más -millones más- conforme aumenta la calidad de los instrumentos de exploración como telescopios, radiotelescopios, sondas espaciales y otros.

Muy bien, cómo nos sentimos ahora? Somos los reyes de la creación o apenas una insignificante bacteria?

Toda la riqueza acumulada por algunos, todo el poder de que otros han disfrutado a lo largo de la historia, desde los antiguos egipcios hasta los actuales faraones, no es nada, aunque local y temporalmente parezca mucho.

Maravillosas como son, algunas sinfonías y hasta unas pocas melodías populares, al igual que sucede con esculturas, pinturas, diseños arquitectónicos bellísimos, aplicados a edificios y puentes modernos.

Todos los avances científicos, todos los descubrimientos, todo lo que ha producido el ser humano en su paso por la historia del planeta tampoco es nada, absolutamente nada en comparación.

El famoso certamen Miss Universo, podrá alguien con los pies y la mente puestos en el suelo de verdad aceptar ese título para un concurso de belleza?

Hay algunos que, al igual que YO, creen que todo el universo fue creado para su disfrute.

No somos los reyes de la creación, no somos nada, excepto una bacteria con ínfulas de grandeza, flotando en el espacio en un planeta cómo hay trillones, quizá muchos con formas de vida que apenas alcanzamos a imaginar y que, a lo mejor igual que YO, piensan que todo fue hecho también para ellos, por dioses que controlan y saben hasta los pensamientos de cada ser, cada criatura, en todo lo infinito del cosmos.

Nos creemos grandes en todo y quizás lo seamos a nivel local, excepto en humildad.

ottomartinwolf.com
[email protected]

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