Por: Francisco Zepeda Andino
Cnel. (R) FAH
No se trata de palabras claves identificando una operación encubierta o de Fuerzas Especiales. Es algo más sencillo pero significativo. Los hondureños, en su mayoría, no tienen una idea clara, lo que implica para un piloto aviador militar de la Fuerza Aérea Hondureña salir a cumplir una misión encomendada. Solo pueden visualizar la aeronave en vuelo al mando de un oficial profesional que ha tomado la decisión de servir a su patria. Pero, atrás del esfuerzo individual del piloto existe todo un sistema de apoyo que no siempre es reconocido por su aporte.
Desde el técnico de mantenimiento en la línea de vuelo con la responsabilidad final del buen estado del avión o helicóptero, hasta la joven del personal auxiliar al frente de su computadora, son parte de un método funcional establecido en los inicios de la FAH durante los años 30s del siglo pasado, asegurando el total cumplimiento de la misión asignada.
Parte indispensable en la norma aeronáutica es la comunicación radial. Lo podemos observar en el ambiente civil con las torres de control en diferentes aeropuertos. No tenemos la historia total de cuando la FAH establece su primera estación de radio para comunicarse con las aeronaves en vuelo. Al ingresar como cadetes de vuelo en 1960 ya era notoria la existencia de una torre de control ubicada en la parte superior central del sólido y estético edificio principal bien conocido en las instalaciones del lado militar en el aeropuerto Toncontín.
Kilo Dos Alfa o K2A era nuestra primera llamada al comenzar cualquier vuelo nacional o internacional. Está presente en nuestra memoria los nombres de Portillo, Tony Córdova, Palmita y del sargento Juan Bautista Rodríguez, quien a bordo de un C-54 de la FAH en su calidad de radio operador perece en accidente aéreo en Costa Rica, 1974. El entonces sargento Antonio Córdova fue nuestro radio operador en el histórico vuelo, a Vietnam del Sur, 1967 y durante todo el largo trayecto mantuvo informadas a las autoridades y nuestras familias por medio de frecuencias HF (High Frecuency/Onda Corta), con un reporte radial sobre nuestro progreso, en contacto directo con K2A.
El radio operador de turno en K2A, tiene por obligación, mantenerse pendiente desde el momento que un avión o helicóptero sale de la rampa militar hasta el aterrizaje en su destino o el regreso a la instalación militar. Si ocurre una emergencia en vuelo, ellos son los primeros en enterarse y dan la voz de alarma.
Mediante la aplicación de normas internacionales, existen rutas aéreas, espacios determinados y procedimientos, tanto en tierra como en el aire, con los cuales se regula el desplazamiento del tráfico comercial y la aviación militar tiene que adaptarse a esa circunstancia. Es así como surgen torres de control en aeropuertos civiles y centros especiales para la vigilancia del tráfico aéreo. En igual forma, al fundarse otras bases aéreas de la FAH (Armando Escalón en La Mesa, Héctor Caraccioli en La Ceiba y Enrique Soto Cano en Comayagua), funcionan también sus torres de control propias, en forma paralela con las civiles.
Durante la agresión armada de El Salvador contra nuestra nación, tanto K2A como operadores en la torre de control de La Mesa tuvieron la delicada labor de alertar e informar sobre la presencia de aeronaves enemigas. Con carencia absoluta de radares aéreos, nuestros operadores también nos brindaban datos meteorológicos esenciales para cumplir las diferentes misiones ordenadas.
Creo oportuno hacer un reconocimiento a toda la cadena logística, personal técnico, recursos humanos, tropa, armamento, etc., y en especial a nuestros compañeros de K2A por haber contribuido a la defensa de la soberanía e integridad territorial y al éxito de las incontables otras misiones llevadas a cabo todos los días durante muchos y largos años.
