Socialismo es muerte a los derechos humanos

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16 de julio de 2021
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12:02 am
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Socialismo es muerte a los derechos humanos

Por: Ángela Marieta Sosa
Especialista en Derechos Humanos

Derechos humanos “no es un tema exclusivo de la izquierda y tampoco el socialismo es igualdad social…”, ¡basta de mentiras! Y es que, si vemos el pasado, sabremos que efectivamente la historia de América demuestra la existencia de violaciones de derechos fundamentales. Ante las cuales debían surgir posiciones en defensa de las víctimas, aunque dichas posiciones no fueron formadas desde la academia, la educación y el derecho positivo en el ámbito de los derechos fundamentales, sino que naturalmente eran resultado de emociones desbordadas por las injusticias de aquellos tiempos.

Lo cual trajo como consecuencia lo que yo llamo “conexión social negativa con los derechos humanos”, que fue el fundamento del constructo social de que los mismos eran posesión de la izquierda y que solo debían aparecer, cuando había muertes, desapariciones, torturas, tratos crueles inhumanos y degradantes, etc. De ahí que, surgen consignas sociales estigmatizantes sobre el tema y quienes lo promueven, por ejemplo: “derechos humanos solo defienden delincuentes”, “derechos humanos nunca hacen nada”, “ahí vienen esos izquierdistas de Derechos Humanos…”.

Ahora, el tema de los derechos humanos (DH) ha sido empoderado en todas las personas independientemente de su ideología política, desde un enfoque preventivo que apunta a la transformación del pensamiento primate y transversaliza la educación y la cultura de los pueblos, enseñándoles a resolver los conflictos dentro de un sistema democrático y de derecho que evidencie la civilización y no la barbarie.

El Estado de derecho, la democracia y el sistema capitalista es la única plataforma en la que se pueden desarrollar progresivamente los derechos humanos. Lo cual, es demostrable ya que el éxito del capitalismo se afinca en que en la historia de la humanidad no ha existido ni existe, un sistema de organizar la producción de bienes que garantice mejor el bienestar y la riqueza de más individuos que este sistema. Las críticas al capitalismo se centran en que sufre crisis periódicas y en que genera una enorme desigualdad; sí, pero son desigualdades que se pueden revertir desde la libertad individual y política. Los economistas, responden inmediatamente ¿desigualdad? ¿comparado con qué? y claro, hasta hoy no hay más término de comparación que los regímenes socialistas, ninguno de los cuales ha logrado sacar de la pobreza a sus pueblos y conservar la libertad individual y política simultáneamente. En cuanto a la desigualdad, de nuevo, ¿comparado con qué? Los regímenes socialistas se convierten rápidamente en oligocracias donde una minoría cercana al partido disfruta de unas condiciones de vida mucho mejores que la población en general.

Paradójicamente, quienes enarbolaron las consignas de la revolución castrista “patria y muerte” y del socialismo del siglo 21, resultaron ser los ejemplares y exponentes máximos de las violaciones estructurales y directas de los DH de la gente gobernada por dictaduras de izquierda en el continente americano, defraudando a quienes les dieron inicialmente la oportunidad de gobernarles, consolidando una revolución jinetera y parasitaria, como bien lo expresa Luis Almagro, en su condición de Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que solo está dejando situaciones infrahumanas en sus poblaciones.

El referente del fracaso socialista del siglo 21 como sistema político, económico, productivo y social en estos tiempos y en el continente americano, se resumen en Cuba y Venezuela, países que hoy se convierten en el ejemplo perfecto de la mitología de la miseria de y de las violaciones de derechos fundamentales, parecieran competir por extinguir los derechos económicos sociales y culturales de sus ciudadanos, que hoy carecen de alimentos, educación, seguridad y salud, es decir “CERO GARANTÍAS FUNDAMENTALES”.

Lo que está pasando en Cuba y Venezuela, es una alerta para gobernantes y gobernados de países que aún se encuentran en sistemas capitalistas, democráticos y de derecho, avanzados o incipientes, ¡no importa!, lo cierto es que se debe apresurar el paso de la garantía eficiente y eficaz de los derechos fundamentales de los pueblos, para que el resentimiento social no sea la tierra fértil que utilice el sistema fracasado para sembrar una mala semilla, que nos lleve a la miseria humana.

Asimismo, es la esperanza de que la humanidad le apuesta a la vida, al respeto y garantía de los derechos humanos, a la democracia, al Estado de derecho, a la solución pacífica de los conflictos y a la paz. Por un mundo diferente “PATRIA Y VIDA”, “CUBA LIBRE” es ahora la oportunidad para demostrar la fuerza democrática de un sistema económico, político y social exitoso.

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