Doctor Gustavo Carrasco un héroe al rescate de pacientes con COVID-19 (Video)

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17 de julio de 2021
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05:00 am
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Doctor Gustavo Carrasco un héroe al rescate de pacientes con COVID-19 (Video)

Desde junio del 2020, el doctor Gustavo Otoniel Carrasco Pavón atiende pacientes con COVID-19, en el Hospital Escuela Universitario.

Por: Carolina Fuentes

Con un traje especial que le cubre todo el cuerpo y el rostro cubierto por una mascarilla y gafas protectoras, el doctor Gustavo Otoniel Carrasco Pavón les salva la vida a decenas de pacientes internos en las salas COVID-19 del Hospital Escuela Universitario (HEU).

Ninguna de las personas a quienes atiende, mientras luchan por respirar, pueden ver más que sus ojos y escuchar sus palabras de aliento, al informarles sobre su evolución.

¿Quién es este valiente doctor que arriesga su propia vida para salvar a quienes padecen el mortal virus?

Este héroe, a quien hoy se destaca en nuestra sección Ángeles de la Pandemia, nació en Tegucigalpa el 4 de junio de 1992 y desde niño se deslumbró al ver al personal de salud ir y venir por los pasillos del Hospital Escuela.

Su madre, la enfermera auxiliar, Rita Pavón, lo llevaba con ella a la consulta externa de otorrinolaringología del centro asistencial, donde laboró hasta jubilarse a los 60 años. Así surgió en el joven Gustavo su pasión por la medicina.

El médico, junto a su esposa, María José Ponce Guillén y su hijo de un año y medio, Jonathan David Carrasco Ponce.

UN SUEÑO REALIZADO

Gracias al esfuerzo de su mamá, y el de su padre, el zapatero Hermes Gustavo Carrasco López, después de concluir el bachillerato en Ciencias y Letras en el Instituto Yave Nissi, el muchacho se matriculó en la carrera de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Lamentablemente, doña Rita falleció en el 2011 y no pudo ver a su hijo convertido en un doctor. En septiembre del 2019, a sus 27 años, Gustavo se graduó con honores en la UNAH y obtuvo su título de Médico General.

Ilusionado por ejercer su profesión, casi de inmediato logró obtener su primer empleo en la clínica de una empresa de licencia de armas. Sin embargo, en marzo del 2020, al decretarse la emergencia sanitaria por COVID-19 en Honduras, su futuro se nubló…

Un toque de queda paralizó al país y al igual que el resto de establecimientos, la clínica en la que trabajaba cerró sus puertas, por lo que perdió su trabajo.

En septiembre del 2019, Gustavo Carrasco obtuvo su título de Médico General en la UNAH.

TIEMPOS DIFÍCILES

“La clínica tuvo que cerrar y desde entonces viví un martirio”, recuerda el médico, pues su esposa, María José Ponce Guillén, estaba al cuidado de su hijo de un año, Jonathan David, y “yo era el único que sustentaba el alimento”.

Para colmo, su padre tuvo que cerrar el taller de zapatería y su hermano, el fisioterapeuta Walter Javier Carrasco Pavón, apenas podía cubrir sus gastos y enviarle lo poco que podía. Su suegra también les tendió una mano, al ver la crisis en la que habían caído.

“Sin poder trabajar, todo cerrado, fue muy difícil, ya que apenas nos alcanzaba para la comida, los pañales y la leche de mi hijo. Yo me frustraba porque todos los días me levantaba del cuarto a la sala, sin hacer nada y yo desesperado…”, relata Carrasco.

Después de buscar trabajo por varios meses, finalmente, el 17 de junio del 2020 fue contratado por el Programa Código Verde. La fila de médicos en busca de trabajo, según recuerda, era enorme, sin embargo, al saber que las vacantes que ofrecían eran para las salas COVID-19 de los hospitales públicos, “muchos colegas se retiraban por el miedo a contagiarse, era una enfermedad nueva”.

“Ya tengo más de un año y un mes trabajando en el Hospital Escuela, en el área COVID-19 y en la clínica privada inicié al mismo tiempo, fueron puertas que Dios me abrió, pruebas duras que gracias a Dios las pude soportar”, afirma el doctor.

La vocación por el campo de la salud, la aprendió de su madre, la enfermera auxiliar Rita Pavón, ya fallecida.

ENTRE EL TEMOR Y LA FE

¿Por qué aceptó una oportunidad de trabajo que implica el riesgo de contagiarse con COVID-19?

El doctor Carrasco admite que “para mí fue muy difícil, por mi hijo, un niño de un año, prácticamente el temor de contagiar a mi familia; acepté por necesidad…”.

“…fue una etapa difícil, ya que me arriesgué a trabajar en esa área porque sabía que era una oportunidad, y si era una oportunidad era porque Dios me la daba y sabía que Él nos iba a cuidar en cualquier momento”, expresa el profesional.

En sus primeros días de trabajo en el área COVID-19 del Hospital Escuela, descubrió escenas desgarradoras…

“Al inicio, cuando empecé a trabajar, antes había una carpa en el hospital, donde teníamos a los pacientes a la espera de cupos, a veces había pacientes que compartían oxígeno, eran escenas frustrantes ver cómo no teníamos oxígeno y a veces los pacientes llegaban y llegaban… y ver morir pacientes incluso sentados, porque no podían recibir oxígeno”, cuenta el entrevistado.

Actualmente, según dice, la situación aún es preocupante, ya que se reciben a cada instante “llamadas de triajes pidiendo cupo en los hospitales y tristemente decirles que no hay cupo”.

En esas salas COVID-19 a las que no pueden ingresar los familiares de los pacientes, también se observan “escenas en las camas de UCI, a jóvenes sufriendo por esa falta de oxígeno, con esas mascarillas tan incómodas que a veces sus tabiques nasales se laceran por tener tanto tiempo esas mascarillas que son tan ajustadas, pero que en realidad las necesitan los pacientes…”.

“… ver a ancianos, ver a mujeres embarazadas sufriendo por esa falta de oxígeno, no es nada bonito”, manifiesta Carrasco.

Para ejercer su labor en las salas COVID-19 del Hospital Escuela, el doctor debe seguir un estricto protocolo de bioseguridad.

SACRIFICIO
12 HORAS CON MASCARILLA
El doctor Gustavo Carrasco Pavón advierte que la realidad en el interior de las salas COVID-19 del Hospital Escuela es dura, ya que se vuelve cotidiano el “ver morir pacientes sin que los familiares estén con ellos, apoyándolos; el único apoyo que tienen estos pacientes es a uno, como médico, a enfermeras…”.

También, como profesional de la medicina, resulta un sacrificio el llevar puesta “una mascarilla 12 horas, un equipo a veces incómodo, pero allí estamos protegiéndonos y tratando de ayudar a los pacientes que lo necesiten”.

Al estar expuesto a una carga viral de COVID-19 superior a la normal, también debe cumplir con un estricto protocolo de bioseguridad al regresar a su casa.

Por ahora, el joven doctor se encuentra a la espera de que le otorguen su plaza permanente en el Hospital Escuela, según lo acordado por el gobierno, en el Decreto 472020.

El médico, junto a su padre, Hermes Gustavo Carrasco López, su hijo Jonathan, su hermano Walter Javier Carrasco Pavón y su sobrino.

FE CRISTIANA
“DIOS NOS CUIDA”
A pesar del riesgo al contagio del virus mortal, cada día, el doctor Gustavo Carrasco continúa su labor con esmero, ya que “creemos en ese Dios que nos cuida en todo momento y sabemos que Él nos protege, dice su palabra: ´Yo estoy contigo todos los días, hasta el fin del mundo´, y creemos en eso”.

“Este versículo es de mis favoritos: Josué 1:9, que dice: “Mira que te mando a que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”.

Gustavo Otoniel Carrasco Pavón nació en Tegucigalpa, el 4 de junio de 1992.
El doctor Carrasco junto a su equipo de guardia, con el que ha laborado en el transcurso del 2021.
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