Una reflexión sobre Cuba

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17 de julio de 2021
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12:05 am
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Una reflexión sobre Cuba

Esperanza para los hondureños

LETRAS LIBERTARIAS
Héctor A. Martínez (Sociólogo)

Le envié a un buen amigo, un enlace de CNN sobre las protestas ocurridas el domingo pasado en La Habana y en otras ciudades de la isla caribeña. Como buen admirador de la Revolución cubana, de inmediato me respondió sin rodeos: “Ya se nos infiltró la CIA”. Horas después, recibí un mensaje de una colega que decía lo siguiente: “Al fin se dieron cuenta los cubanos de que si no protestan seguirán en la miseria”. Pasiones diferentes sobre una misma realidad.

Cada latinoamericano guarda un sentimiento sobre Cuba. Los más indómitos se embelesan con lo poco que queda de la Revolución original, mientras a otros no deja de deslumbrarlos la calidad de los servicios de salud, o el nivel educativo alcanzado por el régimen, y que Fidel exalta con excelente claridad pedagógica en “Educación y Revolución” escrito en 1974. Fidel y el “Che” son figuras mitificadas, convertidas en iconos sagrados de la rebeldía de todos los tiempos; eso nadie lo puede negar. Yo prefiero quedarme con la cultura y el arte prerrevolucionario. Soy admirador póstumo de la “Sonora Matancera”, pero también de la literatura disidente, en especial de las obras irreverentes de Guillermo Cabrera Infante, José Lezama Lima y Virgilio Piñera, tan maltratados por Fidel y la gente del ICAIC por considerarlos peligrosos para los objetivos de la Revolución. Y por homosexuales los dos últimos. Hoy en día no dejo de seguir el cine y la literatura cubana no tan comprometida con el Poder: me encantan las películas de Jorge Perugorría y las novelas detectivescas de Leonardo Padura. Veo Cubavisión Internacional casi todos los días, aunque sea por cinco minutos. Disfruto de casi todo lo cubano, menos de la Revolución.

Lo del domingo pasado ya se miraba venir: basta con que echemos una ojeada a la televisión cubana o leamos las columnas de opinión de Granma para darnos cuenta de que ciertos cambios -expresados reiteradamente en “Vientos de La Habana” de Félix Viscarret-, comenzaron el mismo día que Miguel Díaz-Canel asumió la presidencia del PCC que es lo mismo que decir el Poder absoluto. Un buen amigo que hizo estudios en la Universidad de La Habana me dijo hace dos años, en broma y en serio: “Yo creo que con Díaz-Canel se va a instaurar hasta el neoliberalismo”. Yo entendí bien lo que quería decirme.

¿Las revueltas? ¡claro que son financiadas por alguien! No hay sedición callejera sin presupuesto y sin logística; ni en Chile ni en los Estados Unidos. Siempre hay un patrocinador detrás de estas. Pero que los cubanos aprovecharon la ocasión para protestar contra el régimen, no se puede poner en tela de juicio. Resulta imposible tapar las frustraciones de la gente con “discursitos” antiyanquis, válidos en el 59, pero no en los tiempos del Internet que nos permite apreciar cómo vive la gente en otros lados del mundo. Ni la belleza natural de la isla, ni la amabilidad de los cubanos pueden desmentir el deterioro galopante de su economía, las limitaciones materiales y las posibilidades de libertad impedidas por un sistema de partido único. Además, el PCC, como todo poder en la historia, es expansivo y jamás buscará la reducción de su radio de acción. Al contrario: tratará de aumentarlo en la medida de sus posibilidades.

Los cambios cosméticos hechos hasta ahora no darán los resultados esperados por el régimen. Cuba deberá abrirse a la iniciativa privada sin caer en los errores de la corrupción institucional -propios de nuestros países-, y porque el sistema jamás podrá escapar de la economía de mercado por mucho tiempo, solo para mantener incólume la imagen de una revolución triunfante, y para demostrar que Marx tenía razón sobre la inevitabilidad comunista. A pesar de ello, todos los países del Este europeo demostraron que la economía planificada -que todavía se utiliza en Cuba-, no funciona para nada.

Un mensaje final: que los gringos levanten el embargo de marras, que apelen a la tan proclamada democracia y al libre mercado, para que los cubanos nos demuestren de qué están hechos. A ver si es cierto.

[email protected]
@Hector77473552

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