Bicentenario: no hay nada que celebrar; solo recordar 200 años de miseria y atraso

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25 de julio de 2021
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12:04 am
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Bicentenario: no hay nada que celebrar; solo recordar 200 años de miseria y atraso

Carlos Ernesto Molina, historiador.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, EL Paraíso. A solo dos meses del Bicentenario, surgen muchas inquietudes si los hondureños estamos para celebrar un evento histórico que a través de estos 200 años ha dejado más cicatrices en el alma de los pueblos que huellas a seguir, salvo el paso de algunos preclaros ciudadanos henchidos de amor patrio de finales del siglo XIX e inicio del XX.

La Patria llama a la esencia de sus hijos. La juventud es la llamada a recoger el legado de Morazán para que esta patria sea digna de mejor suerte; sea libre, soberana e independiente y como lo expresa el poeta: “La patria más alta, la patria morazánica, cinco dedos son puño de coraje, desafiando peligros”.

Pedro Nufio, fundador del primer colegio en Danlí.

Que los 200 años de una declaratoria de independencia, sea para repasar la historia para no repetir los mismos errores. Que nuestra mirada sea hacia un porvenir diferente donde prevalezca la justicia para todos sin privilegios para nadie y cuando eso ocurra, comenzaremos a tener patria para todos y no solo para unos pocos privilegiados que han hecho de ella, un pedestal para satisfacer ambiciones personales.

No son tres siglos de dominación como lo describe nuestro Himno Nacional. Son cinco siglos de atraso y miseria para los pueblos centroamericanos. Habrá que reconocer los esfuerzos realizados en la Reforma Liberal de 1876, durante el gobierno de Marco Aurelio Soto. La Reforma Liberal fue un proceso orientado a la transformación de viejas estructuras políticas, económicas y sociales arrastradas desde la colonia.

Aura María Figueroa Galeas, socióloga.

Sobre este particular la Socióloga, Aura María Figueroa Galeas, hace un esbozo general sobre Honduras, cuya extensión es de 112,492km², con más de nueve millones de habitantes, vuelve la mirada retrospectiva al 15 de septiembre de 1821, fecha que nos independizamos de España. “Esto es lo que todo hondureño conoce por ser lo que más nos enseñan en las escuelas. Bajo este contexto hemos desarrollado nuestra educación; memorizar y no crear pensamiento crítico, hemos basado nuestra enseñanza sobre la historia de Honduras desde la colonización hasta nuestros días.

Cuestionar nuestra vida antes de la colonización no es agenda de los gobiernos ya que seguimos creyendo que nuestra libertad dependió de los pliegos de independencia promulgados esa fecha memorizada y que no hubo nada mejor. Vemos las celebraciones de las fiestas patrias, exaltando nuestra gran independencia con la participación de nuevos actores pero siguiendo el mismo patrón colonialista.

La educación virtual sustituyó la presencial en el año del Bicentenario.

Seguimos con ideologías colonizadoras; no somos libres, nos debemos a los dueños. Hemos visto como a través de los años después de 1821, continuamos en la búsqueda del gobernante ideal, con un plan de nación enfocado a la educación y la salud. No es el momento para hablar de las luchas que se dieron, sino de los resultados para el logro de una independencia definitiva. Debemos mencionar que la independencia debe darse en los diferentes contextos de la época. Una independencia que surge de las élites y no del pueblo, es la calamidad más grande de la historia, expresa.

“Desde mi punto de vista seguimos en constante lucha por una independencia definitiva. Después del 15 de septiembre de 1821 la lucha se enfocó a intereses geográficos, políticos, económicos y subordinación de los pobres hacia el poder colonialista de sumisión absolutista. En el caso particular de Honduras, el mayor atraso está en la educación. Un pueblo carente de conocimientos. Falta mucho por hacer para celebrar lo que hasta hoy no ha sido real, es solo una fecha en la historia pero no en progreso y desarrollo, enfatizó.

Entre los hechos históricos positivos se registra la huelga de los trabajadores en 1954.

Sobre el tema educativo habrá que recordar que a finales del siglo XIX, a instancias del Dr. Remigio Díaz, ante el gobierno de Justo Rufino Barrios, solicitó al reformador guatemalteco los servicios de un maestro para esta ciudad. El Dr. Antonio Lazo Arriaga, ministro de Educación en Guatemala, hizo la solicitud formal a Barrios y bajo estas circunstancias llega a Danlí, el maestro Pedro Nufio Martínez quien años más tarde se convierte en figura sobresaliente de la educación nacional. Fue el alcalde de esta ciudad don Francisco Gamero, que interesó al diplomático Dr. Remigio Díaz.

Hoy, la mayoría de los países del continente ya celebraron el Bicentenario de la Independencia. Centro América prepara este acontecimiento histórico. Particularmente Honduras, más con ilusionismo que compromisos de la clase política gobernante. La soberanía del país pisoteada y mancillada. Entonces, celebrar qué, si Honduras está a la venta por retazos. 2021 el año del Bicentenario nos encuentra sumidos en una de las peores crisis de la historia. La corrupción en todos los niveles ha socavado las bases de la nación.

La educación el principal escoyo para el desarrollo.

Recordemos con Valle, esta conmemoración histórica: “La Nación está en los surcos del campo en la cabaña del labrador. En el taller del artesano. La América entonces: La América, mi patria y la de mis más dignos amigos, sería al fin lo que es preciso que llegue a ser: grande como el continente donde se dilata: rica como el otro que hay en su seno… recibe patria amada, este juramento. Los hago en estas tierras que el despotismo tenía incultas y la libertad hará florecer”.

Para el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, “las independencias nacieron junto con la deuda externa, fueron hermanas siamesas; la deuda externa e independencia, o sea, que nacimos ahorcados, muchos de los próceres que nos fundaron, también nos fundieron y de paso nos hipotecaron de por vida con la banca británica”. Y hoy día, con el Fondo Monetario internacional.

Marco Aurelio Soto, promulgó la Reforma Liberal.

La historia registra que en Centro América, el primer grito de rebelión independentista fue el 5 de noviembre de 1811 en San Salvador, siendo su más importante dirigente el presbítero José Matías Delgado, una de las figuras más altas de las luchas independentistas. En Granada, Nicaragua en diciembre del mismo año. Tegucigalpa y Guatemala en 1812 y 1813. En El Salvador vuelve a producirse otra insurrección en 1814.

Dice el historiador Carlos Ernesto Molina, que noticia oficial de la independencia llegó a Danlí entre el 1 y 19 de octubre. La posición danlidense fue ambigua porque sus autoridades “no juraron la independencia, poniendo como pretexto no estar al tanto de los acontecimientos: sin embargo, apoyaban la anexión a México”. Esta actitud de no jurar la independencia por parte de las autoridades danlidenses dio mucho de qué hablar.

Morazán, unionista y mártir.
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