Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
¿Sabes por qué Dios no le dio el habla al perro? Fue para enseñarnos que la fidelidad, el amor y la lealtad, se demuestran con acciones y no con palabras. “El perro es amigo inclaudicable del hombre”.
El hombre lleno de pasiones se envuelve en el torbellino del amor, buscando cosas maravillosas y las llega a encontrar. Se casa con una dama joven, bella, hermosa y esplendorosa como un diamante que brilla por las noches como los rayos del sol en el crepúsculo de un bello amanecer.
En el viento escucha los sonidos atribuidos a los espíritus del más allá y por ello
él continúa con el amor desbordante conquistando otros corazones, sin importar lo que tiene en casa. Él no sabe que comete pecado por tener otro amor; él nunca ha leído los diez mandamientos donde nos habla nuestro Señor Jehová y nos dice, no cometerás “adulterio”, ni desearás la mujer de tu “prójimo”. El hombre tiene un parecido con el perro, tiene muchos hijos fuera de matrimonio y no los reconoce.
El hombre es un volcán lleno en su interior con fuego en su corazón, que nunca puede apagar, es un brasa que sus cenizas solo el viento se puede llevar. El hombre es un mundo de ilusiones lleno de pasiones con sentimientos que arrancan de su corazón prendido en llamas de frenesí por amor, que se las lleva el viento como nubes pasajeras.
El perro sueña por tener un hueso con carne y el hombre sueña por tener la mujer más bella y hermosa en cerco de sus brazos, darle besos y acariciarla ante la luz del sol y la luna. ¡El amor es lo único que uno más obtiene cuando mientras más lo da!
El perro es sincero con su amo, nunca practica la hipocresía y jamás lo cambia por hueso, con su hermoso pelaje no demuestra fantasía, ni es adulador con los extraños. El hombre con su falsa hipocresía demuestra el aprecio lleno de sentimientos “tóxico”.
No olvidemos que el hombre es semilla de la vida y cómplice de la muerte. Mi filosofía: mi vida es como un espejo: si sonrío el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomara ante mí.
