Por: José Roberto Valenzuela
En 1977 el cineasta estadounidense George Lucas lanzó su película Guerra de las Galaxias, la cual narra la vivencia de dos bandos, uno pretendía controlar el universo y el segundo eliminar las aspiración del primero, en marzo de 1983 el presidente estadounidense Ronald Regan en cadena nacional anunció la cuarta iniciativa de Defensa Estratégica estadounidense, iniciativa que pretendía crear un sistema antimisiles que garantiza la defensa de su territorio de cualquier ataque, este sistema era necesario debido a que el armamento nuclear era considerado “inútil y obsoleto” por el presidente Regan, en su discurso proclamó el nombre de dicha trilogía y manifestó: si me permiten robar una frase de la película…. “que la fuerza esté con nosotros” quedando implícito el eufemismo del imperio del mal al bando soviético.
Dicha “guerra” entre URSS y EEUU inició mucho antes, los soviéticos lanzaron el 4 de octubre 1957 el primer satélite artificial llamado Sputnik, un mes después a Laika, una perra callejera que fue el primer ser vivo en orbitar la tierra a bordo del Sputnik 2, en 1961 Yuri Gagarin, se convierte en el primer cosmonauta en orbitar una vez y regresar a salvo a la tierra, a bordo del Vostok 1, en 1963 Valentina Tereshkova fue la primera mujer en orbitar 48 veces la tierra, sin embargo en julio de 1969 el apolo 11 logró que el astronauta Neil Armstrong y Edwin Aldrin realizaran la primera caminata en la luna y con esto el sueño de colonizar la Luna, Marte y Venus comenzó.
Sueño que tuvo sus pininos en 1986 con la estación espacial soviética MIR, en sus 13 años operativos estableció récords de estancia en órbita, estableciéndose como símbolo soviético de dicha era, su diseño condujo a la creación de la Estación Espacial Internacional ISS -por sus siglas en inglés- en 1998, está dividida en dos segmentos: el estadounidense compartido con las agencias espaciales de Canadá, Japón, y países de la Unión Europea y el segmento Ruso, quienes en 2025 podrían abandonarlo y establecer nuevamente su propia estación espacial debido a que para el 2024 la ISS podría dejar de funcionar; pero, el pasado abril se agregó otro competidor a esta carrera espacial, China, quien lanzó el módulo central de su Estación Espacial llamada Tiangong y el pasado 17 de junio lanzó el Shenzhou 12, con tres astronautas que realizaron caminatas espaciales para calibrar las cámaras panorámicas, probar la extensión del brazo y resistencia de sus trajes espaciales entre otras cosas. Pero por qué son tan importantes estas estaciones? Porque sirven como pits de reabastecimiento para misiones más distantes; los chinos tiene un rover en marte que aterrizó el pasado mayo, tiene una sonda china en la luna cuya misión es explorar el lado oscuro de ese satélite y desde luego ya forman parte del club de país con muestras de piedras lunares, pero sus planes van más allá, planean construir junto a Rusia una estación lunar.
La carrera espacial del siglo XXI definitivamente incluye a China, pero también a empresas privadas que abaratan I+D y la logística del viaje. ¿Pero por qué invertir en el espacio? en el 2014 Estados Unidos aprobó una ley que da el derecho a los ciudadanos norteamericanos y empresas estadounidenses que se apropien del espacio exterior, esto brinda la llamada “seguridad jurídica” a las empresas privadas pero estos inversionistas necesitan más respaldo, por lo que en 2019 se creó la Sexta Rama de Fuerzas Armadas estadounidense, la Fuerza Espacial (USSF), operativa desde el 2020 y encargada de proteger la ejecución de la ley del 2014. Francia cambió el nombre de su Fuerza Aérea al de Fuerza Aérea y Espacial tal como Rusia y China las han nombrado. En el espacio hay cantidad de minerales que son escasos en la tierra y otros de los cuales no tenemos conocimiento que existen, por lo que existe rentabilidad en la exploración del espacio, tal como fue la exploración de las américas y de China a cargo de Marco Polo en el pasado.
La exploración espacial tiene carácter militar que data desde la guerra fría, lanzamiento de satélites de reconocimiento como Corona estadounidense (1959) y Zenit soviéticos (1961) se hicieron esenciales sobre todo ha ejército con capacidades avanzadas dependientes de estos para sus comunicaciones, coordinación de movimiento de tropa, guiar bombas y misiles inteligentes así como proveer información de inteligencia en tiempo real. Existen esfuerzos de otros países de ingreso más modestos intentándolo pero sus proyectos de satélites de comunicación o climáticos llegan a unos cientos de millones que no son nada a los 3,000 mil millones de USD de la misión estadounidense Perseverance por ejemplo; dice un proverbio, a mayor inversión mayores posibilidades de ganancias y en este siglo todas las jugadas de este ajedrez son geoeconómica.
¹Diplomático hondureño, consultor y catedrático universitario, Master en Comercio Internacional, Master en Estudios Políticos Asiáticos y (c) Doctor Ciencias Políticas – geopolítica y estudios estratégicos-.
