La reelección es ilegal
Hay episodios en la vida que nos estremecen y aturden por lo inesperado que son, aparecen de golpe e irrumpen con fuerza y todos/as estamos expuestos a experimentar dolor, sufrimiento, temores, miedos y angustias, en algún momento de nuestra existencia, es cuestión de tiempo para que llegue, indistintamente de la posición económica, política y social, que ostente.
Una muerte súbita, un accidente fatal, un diagnóstico médico negativo, son tan solo algunos ejemplos de acontecimientos fatídicos a los cuales todos estamos expuestos, nadie está inmune, en tal sentido lo único que tenemos asegurado es el presente, el futuro es incierto.
Muchas personas viven de manera alocada, sus prioridades de vida se basan en satisfacer sus deseos carnales, se refugian en el consumo desmedido de alcohol, drogas, promiscuidad sexual y en atesorar bienes materiales a costa de cualquier precio; sin medir sus consecuencias.
El ser humano no repara que somos transitorios en esta vida, todos y todas un día moriremos, la hora, el mes, el año y las consecuencias, seguirán siendo una incógnita, pero llegará irremediablemente, en tal sentido es oportuno meditar cómo estamos dirigiendo nuestra existencia.
Hay individuos que están caminando de forma torcida, no se han dado cuenta que en cuestión de segundos su vida puede cambiar de forma repentina, hoy usted se levanta de su cama, sale a la calle y nadie le asegura que regresará sano y salvo a su hogar, cualquier situación inesperada le puede ocurrir, los ejemplos sobran.
La arrogancia y altivez que caracteriza al ser humano se derrumba cuando su médico personal, le diagnostica una enfermedad terminal, o de repente un violento e inesperado terremoto destruye edificios y vidas humanas quedan soterrados, un infarto, un derrame cerebral, un asalto a mano armada, pueden acabar con nuestra vida en cuestión de segundos, pero muchas veces no reparamos en esta realidad.
Para muchas personas el enfoque de vida se sustenta en cultivar y alimentar el ego, tornándose su existencia vacía e improductiva, los años pasan y de repente se dan cuenta que malgastaron el tiempo y dejaron ir oportunidades, para crecer y desarrollarse de manera integral, su balance al final resulta negativo.
Con nuestras actitudes podemos atraer o alejar a las personas, nuestra manera de actuar, reaccionar y hablar, evidencian como está nuestro interior, hay individuos que acumulan raíces de amargura, resentimiento, odio, ira, enojo y falta de perdón, desencadenando en relaciones confrontadas.
Siendo la vida del ser humano tan frágil, no es sabio ni inteligente cargar el corazón con raíces de amargura, esta situación literalmente consume las fuerzas y energía de las personas, tornándose su existencia desdichada e infeliz.
Que no le sorprenda la muerte estando resentido y distanciado con su entorno que le rodea, póngase a cuentas con el Señor Jesucristo y drene en sus brazos todas sus cargas, angustias y ansiedades, permita que la presencia del Hijo de Dios, le dé sabiduría y entendimiento para afrontar con fe y determinación las pruebas del diario vivir, antes que un hecho inesperado le sorprenda.
José Víctor Agüero Aguilar
Tegucigalpa, M.D.C.
