La calidad y mejora en la formación de arquitectos hondureños
Arq. Ricardo Calderón Deras
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La formación académica de los arquitectos hondureños para el desarrollo del país, debe ser acorde a una realidad sumamente dinámica, tecnológica y exigente, en las que las seis instituciones de educación superior, donde se imparte esta bella carrera de la arquitectura a nivel nacional y el espíritu de superación profesional, se podrán crear especialistas con la capacidad de enfrentar la confluencia de demandas de un país que está dispuesto a cambiar.
En la actualidad la educación superior vive en un momento de reflexión, de readecuación en dos objetivos básicos como ser la mejora de la calidad y definir una nueva cultura profesional. En el primer objetivo se debe abordar asuntos de cómo elevar el nivel de educación superior, esto con el fin de contar con profesionales competitivos, conducir los programas educativos para que de forma equilibrada se satisfagan las necesidades de los distintos sectores del desarrollo, lograr que las futuras generaciones de profesionales brinden servicios de entera satisfacción para usuarios nacionales y competir en el extranjero.
En el segundo objetivo se deben de perfeccionar algunos aspectos importantes como ser: mejorar la calidad de la educación superior a partir de la consolidación de sistemas apropiados para la evaluación, acreditación y certificación; propiciar la evaluación periódica de programas de educación con el fin de adecuarlos a la dinámica de la realidad, crear conciencia en los estudiantes y profesionales de la arquitectura en la educación continua como un proceso indispensable, propugnar porque la enseñanza en todas las instituciones tenga un carácter integral.
Los profesionales de la arquitectura que en un futuro egresen de programas acreditados, tendrán las bases para desempeñarse de manera eficiente que quienes lo hagan de programas no acreditados, por lo que contribuirán con su práctica al perfeccionamiento de los sistemas productivos, así como a incrementar la eficiencia de los sistemas operativos de las empresas y a mejorar la calidad de un conjunto de elementos que forman parte de la actividad que realizan las empresas productoras de bienes y servicios, haciendo que estas se vuelvan más competitivas, tengan mejores condiciones financieras y de operación y aparte mayores beneficios a la sociedad.
Una de las mayores preocupaciones de las instituciones de educación su- perior es elevar la calidad de servicios que prestan para formar a los futuros profesionales arquitectos. Los procesos de evaluación, acreditación y la certi- ficación profesional que en este caso debe de ser por el Colegio de Arquitectos de Honduras están íntimamente relacionados con la calidad, sin embargo estos procesos no se dieron de la noche a la mañana, el Sistema Hondureño de Acreditación de la Educación Superior (SHACES), comenzó a crearse y prepararse desde hace muchos años atrás. Unos de los puntos más importantes del proyecto del SHACES, es elevar la calidad de la educación superior en Honduras desde tres perspectivas; la acreditación institucional, la de carreras profesionales universitarias y la recién creada certificación del sello verde, todas esas deben ser evaluadas por pares evaluadores extranjeros.
Uno de los puntos más importantes para una educación superior de calidad, es la globalización de la economía y las firmas y acuerdos de tratados de libre comercio con los cuales Honduras tiene con varios países, lo cual determinó crear una agencia de acreditación como ser el SHACES, pues este es uno de los aspectos más importantes en el proceso de reconocimiento de licencias o autorizaciones que otorga cada país y es así como los tratados se convierten en un catalizador de los procesos de acreditación con la finalidad de mejorar la calidad de la formación profesional de los arquitectos.
La buena calidad en un programa debe producir arquitectos altamente competitivos en un mercado de trabajo que les demanda una serie de atributos, tales como una excelente preparación y tener habilidades en el dibujo, la creatividad, las matemáticas, las estructuras, facilidad para interactuar interdisciplinariamente, capacidad de análisis y síntesis, alto grado de responsabilidad y conducta ética, así como también la habilidad para el manejo de los aspectos económicos de la profesión, el respeto al medioambiente y una conciencia social.
Un sistema de acreditación no busca uniformar a las universidades, se entiende que cada institución de educación superior tiene una misión y visión diferente y deben ser coherentes con los planeamientos de sus planes de estudio. La educación superior no tiene como finalidad la de formar un producto terminado con características específicas, si así fuera estarían formando a técnicos para diferentes empresas y esto limitaría el desarrollo profesional, sería como pedir arquitectos a diferentes medidas o características.
La normatividad en la acreditación ya se establece requisitos esenciales que un programa debe satisfacer para ser acreditado. Dentro de estos requisitos están contenidos los parámetros que consideran un conjunto de aspectos fundamentales del quehacer académico de un programa y son los que determinan si tiene una alta calidad en sus procesos de formación de un profesional de la arquitectura. En la actualidad nuestro deficiente sistema económico y la situación actual crítica del país por la pandemia, los arquitectos deben de tener una preparación fundamental para poderse desempeñar en cualquier ámbito de la arquitectura. Aún falta sensibilizar a diferentes sectores, como ser al Colegio de Arquitectos de Honduras y a los diferentes colegios profesionales a través de la FECOPRUH, su participación debe ser muy significativa y de una presencia permanente al igual debe ser con el sector de la empresa privada y el gobierno, se espera que la cultura de la acreditación vaya tomando carta de naturalización en nuestra sociedad para su propio beneficio.
