Scheybi Miralda, la pediatra que salva niños de las garras del COVID-19 (Video)

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31 de julio de 2021
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05:10 am
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Scheybi Miralda, la pediatra que salva niños de las garras del COVID-19 (Video)

La pediatra intensivista Scheybi Miralda Méndez se esmera cada día en salvar a niños víctimas del COVID-19.

Por: Carolina Fuentes

Cada día, la pediatra intensivista, Scheybi Miralda Méndez, le declara la guerra al COVID-19, en las salas pediátricas del Hospital Escuela Universitario (HEU) y del Hospital María, para salvar la vida de cientos de niños que luchan por sobrevivir, en las garras del mortal virus.

El ver el rostro afligido de cada uno de esos “angelitos”, al hacer un esfuerzo por respirar, le hace olvidar las limitaciones y el riesgo permanente de contagio, para dar de sí el 100 por ciento y lograr la recuperación de sus pacientes.

Esta profesional de la medicina a quien hoy rendimos homenaje en la sección Ángeles de la Pandemia, nació el 5 de julio de 1977, en el hogar conformado por Julio César Miralda y Reina Méndez Cárcamo.

Cuando apenas tenía nueve años de edad, le tocó asimilar el divorcio de sus padres; desde ese entonces, su mamá, con mucho esfuerzo, la sacó adelante al igual que a sus tres hermanos: Reina Patricia, Rommel Antonio y Julio César.

A esa corta edad, ya soñaba con ser doctora, sin embargo, en 1995 se graduó de Perito Mercantil y Contador Público en el Instituto Inmaculada Concepción, “por si me tocaba trabajar y costear mis estudios en la universidad”.

La profesional labora en la Unidad de Cuidados Críticos del HEU y en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos COVID-19 del Hospital María.

BRILLANTE CARRERA

Su anhelo se cumplió en el 2004, al graduarse de médico general en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), sin embargo, este título sería apenas el primer peldaño de la brillante trayectoria académica que más tarde construiría con años de estudio y esfuerzo.

Luego de laborar varios años como médico general, obtuvo en la UNAH dos títulos más, con la distinción Cum Laude: El postgrado en Pediatría, en el 2011; y el de Intensivista Pediatra en el 2013.

Posteriormente, becada por el Saint Jude Children Hospital, obtuvo una subespecialidad en Cuidados Intensivos Oncológicos Pediátricos en la Unidad Nacional de Oncología Pediátrica (UNOP), en Guatemala.

A esos estudios sumó una maestría en Toxicología Clínica, en la Universidad Nacional Autónoma de Managua, Nicaragua.

Fue así que desde el 2015 y hasta la fecha, labora en la Unidad de Cuidados Críticos de la Emergencia de Pediatría del HEU, integrándose en mayo del 2020, en pleno auge de la pandemia, a trabajar en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos COVID-19 del Hospital María de Especialidades Pediátricas.

La hondureña se graduó de médico general en la UNAH, en el 2004.

CADA DÍA UN RETO

La pediatra explica que en Unidad de Cuidados Críticos de la Emergencia de Pediatría del HEU, a su cargo, cada día son ingresados entre siete y ocho infantes en estado grave, por lo general con neumonía, cuadros diarreicos, con traumas que sufren en accidentes automovilísticos y emergencias por cáncer.

También hay una pequeña sala COVID-19, ya que “si bien es cierto, el Hospital Escuela no es catalogado como hospital COVID-19, pero siempre los atendemos”, detalla la profesional.

En ese recinto donde el oxígeno es un tesoro, “tenemos un área de seis camitas también con su monitor de signos vitales y tenemos tres camitas más de área de estabilización, para un promedio de nueve camitas en el área de COVID-19, para pacientes sospechosos de COVID-19”.

¿Cómo lidian los menores con los efectos del virus? La pediatra señala que “son niños que tenemos bajo sedación, que los mantenemos dormidos para que puedan acoplarse a una máquina que nosotros llamamos ventilador mecánico, esa máquina hace las respiraciones de manera artificial para apoyar al niño”.

La profesional está casada con Julio Rodríguez, con quien procreó tres hijos: Yaxkin, Itcel y Mateo.

ESCENAS DRAMÁTICAS

Mientras los niños son acechados por la muerte, bajo el cuidado extremo de la doctora Miralda y su equipo de trabajo, en las afueras del centro asistencial pernoctan madres y padres tristes, azotados por la angustia, la pobreza, el frío y el hambre.

¿Cómo sigue mi hijo? Responder a un padre de familia esta interrogante, según la entrevistada, implica un alto grado de sensibilidad y de fe.

“Antes que todo, hacemos nuestra oración antes del inicio de nuestras actividades…Siempre tratamos de ser empáticos con los familiares porque no es fácil tener a su hijo en una unidad de cuidados intensivos, rodeado de un montón de cables, de monitores, de aparatos”, expresa la pediatra.

Recolectar dinero, organizar bingos y rifas entre pediatras, enfermeras, médicos generales, laboratoristas, estudiantes, entre otros, es algo común en esta área del HEU, ya sea para la compra de medicamentos para los niños o, en el peor de los casos, el ataúd.

“No solo es ayudarle desde el punto de vista de salud, sino que también tratamos que esta gente tenga su comida, que tengan qué vestir. Muchos de ellos se quedan aquí, trasnochando, en el suelo y eso duele, ver a toda esta gente sufriendo…”, afirma la doctora.

La pediatra está felizmente casada con Julio Rodríguez, con quien procreó tres hijos: Yaxkin, de 20 años; Itcel de 15 y Mateo de 6 años, quienes la motivan a desempeñar su trabajo con esmero y alegría.

En esta foto del álbum familiar, junto a su madre, Reina Méndez Cárcamo y sus hermanos Rommel Antonio, Reina Patricia, y Julio César.

DESAFÍO
HORAS DE ESTRÉS
Trabajar en el área de Cuidados Críticos de la Emergencia de Pediatría del Hospital Escuela Universitario (HEU) genera un alto nivel de estrés, según manifiesta la pediatra intensivista, Scheybi Miralda Méndez, sobre todo porque urge separar a los niños con COVID-19 de los que no están contagiados.

Lamentablemente, carecen de pruebas de antígeno o PCR para detectar el virus a la brevedad posible.

“Tenemos esa deficiencia de tener resultados de PCR en tiempo real, de una manera expedita, eso es lo que nosotros solicitamos a nuestras autoridades, que nos ayuden a conseguir estos resultados lo más pronto posible”, cuenta Miralda.

Para el caso, comenta que al área ingresan niños por bronquiolitis, “pero entran otros niños que sí son COVID-19, entonces el riesgo de que se contagien es alto”, si se carece de una prueba.

“La jornada solo es de seis horas, pero son sumamente estresantes”, advierte.

La doctora, junto a su padre, Julio César Miralda, quien reside en Estados Unidos.

FE CRISTIANA
“UNO MIRA MILAGROS”
La vida y la muerte se disputan a los “pequeñines” con COVID-19 atendidos en la sala de Cuidados Críticos de la Emergencia de Pediatría del Hospital Escuela Universitario y en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos COVID-19 del Hospital María.

La pediatra intensivista, Scheybi Miralda Méndez, confiesa que “muchas veces uno mira milagros, porque desde el punto de vista médico no hay muchas esperanzas de vida, pero al ver con la fe que oran, uno mira muchos milagros”.

“Yo le puedo hacer el comentario de muchos niños que hemos tenido que son realmente un milagro de Dios, que son ejemplo de que al final no es lo que uno dice, sino que es la voluntad del Señor”, asegura la doctora.

¿No siente temor de contagiarse mientras realiza su trabajo? La profesional afirma que “quiero ser ese canal de bendición para ellos, me he preparado desde el punto de vista académico para poderles ayudar…Creemos que el Señor es grande, es misericordioso, y precisamente por eso no tengo miedo de estar en un área tan difícil como ser el área COVID-19”.

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