La Mesa

MA
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15 de agosto de 2021
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12:38 am
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La Mesa

Karen Valladares

El desayuno estaba servido, en la mesa se había colocado un jarrón blanco de cerámica junto con unas flores amarillas y moradas. El olor a café impregnaba la casa. ¡la mesa está servida! Gritó, se quitó el delantal, lo colocó a un lado del comedor, inclinó su rostro para hacer el respectivo rezo de cada mañana. Se veía triste y asustada, con un rostro extremadamente pálido, siempre se quejaba de tener frío. Yo me acerqué, la saludé con un abrazo, ella jamás reaccionaba a mis abrazos. Siempre que me miraba lloraba, se tiraba al comedor y maldecía a todos. No entendía por qué lo hacía, me quedaba perplejo sin hacer nada.

Madre le dije; comamos, no has comido nada en estas últimas semanas, solo nos sirves a ambos, madre, el café está delicioso. Alguien tocó la puerta, nos asustamos, ella corrió a abrazarme, quédate en silencio me dijo, yo obedecí, entraron varios hombres con una camilla, ahí están ellos, los cuerpos están juntos y abrazados. ¡Qué triste! Quién tendría la frialdad para matar a una familia de esa forma, por fin pudimos encontrarlos, ahora merecen un digno sepelio.

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