Familia expresa pasión por las bellas artes en teja colonial desde Danlí

DANLÍ, El Paraíso. La artesanía en teja colonial sobrepasa la imaginación de un maestro de primaria, quien al paso de la pandemia del nuevo coronavirus encontró entre sus conocimientos de bellas artes una forma de llevar sustento a la economía del hogar y ahora la pequeña empresa es una forma de vivir dentro de la pequeña familia.

Las tejas coloniales están a punto de desaparecer de las construcciones en la ciudad por cuanto las láminas de plástico o metal se han convertido en los materiales dominantes en las grandes ciudades y en los cascos históricos y muy pocas personas respetan la herencia arquitectónica colonial.

Con todo, la teja como tal, en los pueblos, aún es el material mejor cotizado y predomina en las manos de un artista y pequeño empresario danlidense.

Félix Ernesto González (51), es maestro de educación primaria y licenciado en pedagogía y sus inicios en la educación lo impulsaron a estudiar en bellas artes.

Sin embargo, en base a la experiencia como artista nacional, dice que del arte apenas se come. “Dios es quien provee estas bendiciones y en este tiempo ha traído bendición a mi hogar, en el inicio de la pandemia la pastora nos dijo que debíamos hacer algo en tiempo libre en casa, fui aplicando mis conocimientos en artes plásticas e inicié a moldear las tejas con porcelana fría, uso resistol y pintura acrílica, cada obra es de mi imaginación con orientación de mi esposa e hija”, detalló.

“Una sola pieza me lleva hasta tres días por el secado y luego la pintura; tengo amigos que me encargan piezas especiales o personalizadas”, precisó.

DECORACIÓN Y ACABADO

“Tengo buena demanda en Danlí, con negocios como restaurantes o casas con espacios clásicos, jardines o áreas que lucen favorablemente mi trabajo, mi empresa es familiar, ya que mi esposa, Sonia Vásquez y mi hija, María Zoé González, se dedican a la decoración”.

“Esto nos ayuda a gastos familiares, pues si vendo dos artesanías pues ya tenemos para pagar la energía o el agua. Además de la teja, trabajamos en botellas y algunas les adapto iluminación para que se vean más creativas o innovar en los productos que elaboramos, si gustan hacer algún pedido especial pueden hacerlo al 9972-2114”, amplió.

La decoración y acabado de las piezas está a cargo de su esposa, Sonia Vásquez. Es así como ella se enorgullece que “mi esposo se encarga de modelar los materiales y crear con su imaginación las obras, con mi hija hacemos la decoración o detalles de las artesanías, así que nos complementamos para tener un producto final de calidad, nos sentimos felices porque es una pequeña empresa que surge del núcleo de nuestro hogar y felices por el resultado de cada pieza que la gente le gusta mucho”.

La pequeña empresa familiar no ha recibido ayuda de ninguna institución, de forma que en la actualidad urgen de un pequeño fondo para la compra de materias primas e innovar con otros productos y crecer con su idea de negocio.

Además, su hogar es un hermoso rincón entre plantas naturales en la colonia “Teodoro Rodas Valle”, donde reciben a sus amistades con una tasa de café, bajo la sombra de su pequeño taller, y allí es un gusto para quienes admiran el arte y talento de estos nobles emprendedores danlidenses. (CR)