Docentes, ejemplo de vocación al dar clases a domicilio
Las docentes se encargan de hacer visitas domiciliarias para que los estudiantes no deserten del sistema educativo.
Ante la imposibilidad de un retorno seguro a clases en aquellos centros educativos cuya infraestructura está deteriorada, maestros y padres de familia practican planes pedagógicos de visita, casa por casa, para llegar a los estudiantes sin acceso a internet.
La pandemia del COVID-19 orilló a muchos estudiantes a desertar del sistema educativo, sin embargo, en diversas comunidades, la estrecha relación entre docentes, alumnos y padres de familia mantiene “vivas” las escuelas.
En sus informes, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), detalla que la mayor parte de las escuelas y colegios del país carece de instalaciones adecuadas para un retorno seguro a clases.
A pesar de las limitaciones, cientos de estudiantes no han descontinuado su educación, gracias a los creativos planes pedagógicos desarrollados por los maestros.
MAESTROS A DOMICILIO
Al saber de antemano que no podrían contar con las condiciones hidrosanitarias para volver a las aulas, docentes del Centro de Educación Básica 11 de Junio, ubicado en la colonia Nueva Suyapa, en Tegucigalpa, crearon un proyecto educativo a domicilio.
Los profesores visitan, casa por casa, a los jóvenes que no pueden cumplir con sus tareas de forma virtual.
La maestra, Marbely Osorio, expresó que “hacemos visita domiciliaria, de casa en casa, con los alumnos que no tienen internet”.
Detalló que “les entregamos en físico un cuadernillo que mandamos a hacer, como docentes, para que ellos trabajen en sus casas y nosotros mismos vamos luego a sus viviendas a traer los cuadernos”.
La escuela cuenta con unos 727 estudiantes que residen en los alrededores de la colonia Nueva Suyapa, donde los maestros y padres de familia se coordinan para el día de las visitas.
GRUPOS DE TRABAJO
Osorio añadió que “nos dividimos por grupos y les pedimos a los padres de familia que nos acompañen; en la última visita que realizamos nos dividimos como en 10 grupos pequeños y cada docente se desplaza a cumplir con ciertos grupos de estudiantes”.
La maestra admitió que “no tenemos un retorno seguro a clases, porque la escuela no cuenta ni con agua y teníamos problemas con los baños desde antes de la pandemia”.
DATOS
La maestra Marbely Osorio, del Centro de Educación Básica 11 de Junio, lamentó que “las aulas son muy pequeñas y la cantidad de alumnos es exagerada por sección y aunque los dividiéramos por semana, no nos ajustaría una semana para verlos a todos, somos 22 secciones”.
CON INSUMOS
GARANTIZAN BIOSEGURIDAD
Un sector de la dirigencia magisterial considera que, a pocos meses de finalizar el año lectivo en el sector gubernamental, reabrir las instituciones significa exponer innecesariamente a los estudiantes al mortal virus, que ha terminado con la vida de más de 6,000 hondureños.
Las autoridades de la Secretaría de Educación informaron que se encargarán de dotar de los insumos de bioseguridad necesarios a los estudiantes y docentes que retornen a clases, por medio de los permisos del Sistema Nacional en Gestión de Riesgos (Sinager).
