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José María Díaz Castellanos
Edición: ética del servidor público
En La Gaceta del 22 de junio del 2021 se encuentra la cancelación a un secretario de despacho, de cinco (5) cargos en la administración, cuatro de ellos, ad honorem. Tiburcio Carías Andino en la Constitución de 1936, ordenaba por primera vez, que nadie en la administración pública tendrá más de dos cargos.
Hace unos años se había nombrado a la vicecanciller de Honduras como embajadora de Honduras en Nicaragua y se armó el revuelo. Recuerdo que intervino el doctor Jorge Ramón Hernández quien dijo que eso no se podía por el artículo 253 de la Constitución de la República, donde nadie puede tener más de dos cargos en el gobierno, aunque sean ad honorem.
Hace un año, Diario El Heraldo comenzó una compaña para reducir el salario a los altos funcionarios del Estado. Se mencionaban varias instituciones como el Banco Central, Banhprovi, Comisión Nacional de Bancos y Seguros, los titulares de los Poderes del Estado, Invest-H, la CREE. Se dijo se afecta 24.5%, o sea, la cuarta parte, del presupuesto.
En el año 2019, se informaba que eran 236,187 empleados del gobierno a quienes habría que pagarles el decimocuarto mes de salario (El Heraldo 29 de mayo del 2019). En otras palabras, la carga salarial es pesadísima. El año pasado se informó que desde junio del 2020 el 32% de los salarios se paga con deuda, debido a la caiga de los ingresos tributarios. (LA TRIBUNA 29/7/2020).
Según Federico Álvarez, en su artículo “Pillaje, saqueo y rapiña”, desde el Faraón Ramsés II, en el año 1500 a. C. en Egipto, se institucionalizó la forma de remuneración a las tropas. A los mercenarios y activistas se les compensa con un puesto en la hacienda pública; menciona, sin dar mayor explicación, que esto quedó abolido con la Convención de Ginebra de 1949.Asumo que es la que limita los excesos a los ganadores en la guerra.
En otro artículo de Emilio Santamaría, titulado “Síntesis”, menciona a Albert Einstein, quien escribió: “Locura es colocar a los mismos hombres en los mismos cargos y esperar resultados diferentes”.
Hoy que estamos en proceso electoral percibo la desesperación de los aspirantes a cargos de elección popular queriendo desplazar a los que tienen 50 años de percibir de la hacienda pública, marginando así a toda una generación de jóvenes que en el futuro no tendrán la oportunidad de jubilarse en el Injupemp, porque nunca tuvieron trabajo en la administración pública. Por otro lado, la misma constitución de la República, estable la carrera administrativa, donde un servidor del Estado debe tener la estabilidad laboral que le corresponde (Artículo 256). Esto me recuerda, el derecho de todo ciudadano a optar a cargos públicos (Artículo 37 No. 2 constitucional).
Hemos tenido grandes servidores públicos:
1. José María Medina. Aprueba la Constitución, la de 1865, donde declara que Honduras pasa a ser una República. Como le gustaba tanto la reelección Marco Aurelio Soto, lo fusiló en Santa Rosa de Copán.
2. Miguel Paz Baraona. Electo presidente de Honduras en 1925. Ejerció con principios de honradez: “La patria es ara, no pedestal”: Martí. Y “el respeto al derecho ajeno es la paz” (Juárez). Al principio del gobierno de Carías fue presidente del Congreso Nacional, pero luego embajador de Honduras en Washington. Cuando Carías quería transformar el Congreso ordinario en constituyente para reelegirse, le mandó una carta diciéndole que eso no era posible; al fallecer el 11 de noviembre de 1937, no se vieron funcionarios públicos en las exequias, sin embargo, la masonería sí le rindió tributo al nombrar a su logia de San Pedro Sula, con el nombre de Miguel Paz Barahona No 2. Se le considera el Padre de la democracia.
3. Rafael Heliodoro Valle, quien falleció en 1959. Valle no era ajeno a la política. Se entrevistó con Tiburcio Carías para discutir la posibilidad de que en Honduras se pudiera tener elecciones democráticas (El Heraldo 12 de julio del 2021). Fue embajador de Honduras ante los Estados Unidos de 1949 a 1955, cuando fue destituido durante el gobierno de Julio Lozano Díaz. Para desprestigiarlo se le acusó de traición a la patria, delito que no conozco ningún precedente condenatorio. (Revista Política No 10).
4. Ramón Ernesto Cruz, presidente de Honduras en 1971 y 1972, y defensor de la soberanía nacional. Fui al aeropuerto a recibirlo cuando le ganamos el juicio a Nicaragua en La Haya en 1960. Como premio, fue destituido como presidente con el golpe de Estado del 4 de diciembre de 1972 por parte de Oswaldo López Arellano.
5. La Sala de lo Constitucional, donde en el año 2012, después de declarar inconstitucionalidad de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED), hoy ZEDE, defendiendo así la integridad territorial y los poderes del Estado, se les pagó con la destitución.
