El docente en la era digital

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19 de agosto de 2021
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12:02 am
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El docente en la era digital

Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.

Indiscutiblemente los hechos demuestran en forma concreta que nos encontramos inmersos en una era digital, esto es, una sociedad tecnologizada, donde los hábitos y estilos de vida se han visto transformados por el desarrollo constante e imparable de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Las herramientas tecnológicas y el espacio virtual han suscitado nuevas formas de comunicarnos, de trabajar, de informarnos, de divertirnos y, en general, de participar y vivir en una sociedad automatizada. El ámbito educativo y, en consecuencia, el rol del docente no ha podido resistirse a su influencia transformadora.

En función de lo anterior, la adecuación tanto del contenido como de las metodologías de enseñanza se ha convertido en un reto necesario, impostergable, e incluso urgente, en un contexto social en cambio constante, en el que los jóvenes, rodeados de pantallas desde su nacimiento, han adquirido unos rasgos diferenciados a los de cualquier generación anterior.

Obviamente, las circunstancias actuales demandan como un imperativo categórico que el Estado asuma un papel de primera implantando una política estratégica o plan de acción, empezando por la dotación de Internet (de preferencia de banda ancha) en todo el territorio nacional, o lo que es lo mismo, en todos los municipios del país, en coincidencia con los requerimientos de la sociedad actual, que demanda la implantación de un gobierno electrónico, erradicando entre otras cosas, la tan nefasta corrupción.

Coincidimos plenamente con especialistas del tema cuando señalan: “En el campo educativo, es importante tener en cuenta que el conocimiento debe compartirse en un entorno o ecología adecuada que posibiliten el conocimiento conectado: escuelas, clases, espacios virtuales, museos, parques, etc. Espacios que permitan conversar, organizar encuentros, poner ideas en común y dialogar. Estructuras (sistemas de clasificación, jerarquías, bibliotecas, etc.) que proporcionen y ayuden en el proceso y la toma de decisiones; entornos informales, no estructurados, flexibles, ricos en herramientas de comunicación, constantes en el tiempo, seguros para que exista confianza y comodidad, simples, descentralizados, conectados y en los que exista una alta tolerancia a la experimentación y el error”.

Hoy en día advertimos que, en muchos países, la generación de jóvenes interactivos se desenvuelve ya en un escenario tecnológico. Sin embargo, no basta con manejar la tecnología, sino que el ser competente digitalmente es imprescindible. Por ello, se precisen alternativas a sus necesidades formativas y de desarrollo personal, ya que cada vez se hace más evidente la falta de soluciones eficaces a sus demandas. En definitiva, es una necesidad la dinamización del proceso educativo, buscando su adecuación óptima a los nuevos tiempos y contextos que se dan en los centros educativos.

Como puede apreciarse, lo señalado precedentemente se torna en nuestro país en una necesidad impostergable. Una de las formas de contrarrestar el negativo impacto de la nefasta pandemia (COVID-19), es justamente mediante la educación virtual a todos los niveles educativos, lo cual indiscutiblemente sustituirá la presencia física, ello demanda una capacitación del sector docente en el manejo adecuado, efectivo y funcional de las tecnologías de la información y la comunicación, en todo el territorio nacional, generándose así un espacio clave en el desarrollo de personal y propiciando así el futuro transformador que tanto anhelamos.

Insistimos, hoy en día se habla de enseñar y aprender en la era digital. En función del desarrollo sustantivo de las tecnologías digitales y la democratización en el uso de Internet se ha propiciado uno de los cambios que más han transformado el contexto del proceso educativo. Hasta hace bien poco, parecía que la escuela y el profesorado podían erigirse en los únicos guardianes del conocimiento; pero ahora se les multiplican los competidores. Las TICs han provocado nuevos alfabetismos que potencian habilidades y competencias propias del siglo XXI, las cuales se ejercitan principalmente en las prácticas digitales que los jóvenes llevan a cabo en contextos de aprendizaje informal.

Las tecnologías digitales han influido en la manera de aprender y, en consecuencia, en la manera de enseñar propia del colectivo docente. El conectivismo es la teoría del aprendizaje propia de la era digital, que analiza la manera en que aprendemos en una sociedad digital que se articula en red. Se fundamenta, tal y como su propio nombre indica, en la conectividad, esto es, en la creación de conexiones funcionales, que al final tienen un impacto y accionar de primera.

Es preciso que en nuestro país se implante en toda su dimensión geográfica la enseñanza virtual. Esperamos que el nuevo gobernante sin reservas de ninguna naturaleza proceda a la puesta en vigencia de lo aquí señalado e igualmente el gobierno electrónico.

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