Honduras próximo paso obligado de miles de inmigrantes

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19 de agosto de 2021
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12:01 am
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Honduras próximo paso obligado de miles de inmigrantes

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

En el pasado mes de abril unos 10 mil inmigrantes en su mayoría de nacionalidad haitiana y cubana se acumulaban entre las fronteras de Colombia y Panamá, esperando para enrutarse vía terrestre por territorio centroamericano hacia los Estados Unidos de América, los que han ido ingresando a Honduras por el departamento de El Paraíso desde Nicaragua, provocando una serie de problemas en poblaciones como Trojes, que no cuenta con capacidades instaladas de albergue ni de refugios para protegerlos de las inclemencias del tiempo, mucho menos de asistencia para sus necesidades de alimentación y salud, que incluye a niños y menores de edad, mujeres y adultos, con limitado personal del Instituto de Migración, para un pronto trámite de sus ingresos al país y extenderles salvoconductos para cruzarlos con rumbo a Guatemala.

Noticias provenientes de las zonas fronterizas de Colombia y Panamá dan a conocer cifras preocupantes de nuevos inmigrantes, ya que autoridades colombianas asumen que son unos 25 mil, mientras que las panameñas hablan de unos 32 mil, en su mayoría procedentes de Haití. La canciller de Panamá, Erika Mouynes, convocó a los ministros de Relaciones Exteriores de la región para abordar la crisis que se vive en las regiones del Urabá y el Darién, a causa del paso de migrantes que buscan llegar a México, Estados Unidos y Canadá.

Según un comunicado de la cancillería panameña, “la reunión apunta a conseguir un compromiso robusto que erradique las rutas migratorias peligrosas y descontroladas, respetando el derecho de todos los seres humanos a la libertad de movimiento sin poner en riesgo ni la vida ni el patrimonio”. Además, señaló que es un problema que necesita soluciones urgentes, pero que solo se puede abordar conjuntamente. En las últimas semanas el municipio de Necoclí, ubicado en la costa norte colombiana, en el Golfo de Urabá, se ha convertido en uno de los principales puntos de partida de miles de migrantes.

La mayoría proviene de Haití y otras islas del Caribe. También de África y Asia. Una lancha los lleva hasta territorio panameño, en la peligrosa selva del Darién, desde allí comenzarán su camino hasta Estados Unidos o Canadá. La pandemia ha agravado la crisis migratoria en el Golfo de Urabá. En meses pasados solían cruzar unos 300 ó 400 migrantes dos o tres días a la semana, pero desde hace días las lanchas, con capacidad para entre 50 y 60 pasajeros, hacen varios viajes en los que llevan diariamente a unos 800 migrantes cuatro o cinco días a la semana.

Las cifras de los que pasan por allí varían según las autoridades panameñas o colombianas, pero coinciden en que en 2020 en medio de la pandemia cayeron drásticamente, antes de volver a dispararse este año. Lo que antes era un flujo más o menos constante de personas se ha alterado por las cuarentenas o la imposibilidad de usar medios de transporte en ciertos períodos de tiempo. Colombia y Panamá tienen la única frontera de todo el continente que no está unida por carretera o una vía transitable. Les separa una frondosa selva peligrosa por la fauna, las inclemencias climáticas y, sobre todo, por quienes se aprovechan de ella.

Una zona controlada por los carteles y la inclemente selva del Darién. Los migrantes disfrutan de la amabilidad de los colombianos y del hermoso paisaje caribeño antes de comenzar una de las rutas más peligrosas de América Latina. La zona, estratégica para el narcotráfico, está a expensas de grupos armados. “Algunos migrantes denunciaron mafias que les venden paquetes turísticos para hacer el recorrido desde Ipiales en Nariño (sur de Colombia) con costos que llegan a los 300 dólares para pasar la frontera”, denunció el defensor del Pueblo, Carlos Camargo. Los migrantes sufren desde robos y extorsiones hasta abusos sexuales.

Asimismo, seis de cada diez personas que llegan a Puerto Obaldía (Panamá), tienen problemas de salud como gastrointestinales, de piel o respiratorios, según la Cruz Roja panameña. Siendo así, que los gobiernos de Colombia y Panamá coincidieron en la necesidad de coordinar un tránsito migratorio seguro. El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, dijo que se iniciarán diálogos inmediatos con la República de Panamá para acordar que esos flujos migratorios tengan una atención a su llegada a ese país. La sobrepoblación ha generado una crisis sanitaria cuyo control está fuera de las manos de las autoridades locales colombianas y panameñas.

Todo lo anterior nos hace avizorar la problemática que tendremos que afrontar en Honduras con el paso obligado y la permanencia de esos miles de inmigrantes, lo que conlleva a la preparación de planes para que rápidamente puedan seguir la ruta hacia Norteamérica.

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