Arrebatarle vidas al COVID-19, la misión diaria del doctor David Quezada (Video)

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21 de agosto de 2021
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05:20 am
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Arrebatarle vidas al COVID-19, la misión diaria del doctor David Quezada (Video)

El doctor David Eduardo Quezada Machigua comenzó a laborar en el IHSS; luego pasó a la sala covid del Hospital Aníbal Murillo Escobar.

Por: Carolina Fuentes

¿Cuántos hondureños le han ganado la batalla al COVID-19? Dar respuesta a esa interrogante es la mejor manera de rendirles homenaje a los médicos hondureños, a criterio del doctor David Eduardo Quezada Machigua, pues cada vida salvada refleja los buenos resultados del trabajo que cada día hacen con esmero.

A sus 29 años, con valentía, fe en Dios y vocación de servicio, este doctor originario de Olanchito, Yoro, le declara la guerra al mortal virus, como coordinador y médico asistencial de la sala covid del Hospital Aníbal Murillo Escobar, ubicado en esa zona del país.

Y precisamente por su valiosa labor, se le destaca hoy, en Ángeles de la Pandemia.

Sus padres, la licenciada en Ciencias Sociales, Martha Irene Machigua; y el docente y ganadero, Baudilio Alberto Quezada, festejaron con él su graduación como Médico General, en la Universidad Católica de Honduras (Unicah), en diciembre del 2019.

Junto a colegas, el doctor festeja el día en que le anunció a un paciente que le darían de alta.

PANDEMIA, UN RETO

Entusiasmado por ejercer su profesión, en enero del 2020 comenzó a laborar en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), pero al surgir la pandemia de COVID-19 en el país, en marzo de ese mismo año, asumió el reto de trabajar en la sala covid del hospital yoreño.

El doctor recuerda que aceptar esa oferta laboral que implicaba exponerse al mortal virus no fue nada fácil, pues su esposa, Denia Romero, sentía temor de que se contagiara.

Ahora, con la fe puesta en Dios, las oraciones de sus padres, de su esposa, y la motivación de ver cada día el rostro sonriente de su hijo, Sebastián, el doctor Quezada pone todo su esfuerzo y conocimientos a disposición de sus pacientes.

En la sala covid le toca ver a sus pacientes adoloridos, desesperados, luchando por atesorar el oxígeno en sus pulmones y el recuerdo de sus familiares en el corazón.

“No pueden estar viendo a su familiar y también es difícil para nosotros porque estamos viendo cómo ese paciente está sufriendo, está agonizando…”, expresa el entrevistado.

El profesional está casado con Denia Romero, con quien procreó a su hijo Ían Sebastián Quezada Romero.

UNA PACIENTE LUCHADORA

Las lecciones de amor, pero también de fe, están a la orden del día entre las camas hospitalarias. El doctor Quezada recuerda de forma especial a una paciente con covid-19, a quien le tocó estar a pocos pasos de otra cama en la que su “abuelita” de 96 años también luchaba contra el virus.

“Al inicio, la paciente iba tolerando bien el tratamiento, pero luego, al paso de los días, ella se nos fue complicando, realmente muchos de mis colegas y yo pensábamos que ella no lo iba a lograr…”, relata el médico.

La mujer estuvo hospitalizada 52 días, que fueron “52 días de sufrimiento para ella… pero cada vez que la íbamos a revisar, ella nos decía, doctor yo estoy orando porque yo tengo fe de que voy a salir, que me voy a curar”.

Un día, la anciana dejó de respirar… Su cuerpo fue cubierto con una sábana blanca e inevitablemente, su nieta se enteró de la fatal noticia.

“Recuerdo yo que el día después de que la abuelita falleció, justo en un cubículo al lado de ella, ella me dijo, doctor, falleció mi abuelita, pero yo sigo orando por mí, porque yo voy a continuar”, recuerda el galeno.

Por fin, Dios escuchó las oraciones de esta perseverante hondureña, que con los cuidados del doctor Quezada y todo un equipo de trabajadores de la salud, logró vencer al COVID-19.

“Se fue de alta y muy agradecida, a ella muchos de mis colegas y yo la seguimos encontrando en la calle, ella se sigue comunicando con muchos de nosotros, por el agradecimiento que ella tiene con todo el personal”, comenta.

En el 2019, el día de su graduación como médico en la Unicah, junto a sus padres, Martha Irene Machigua y Baudilio Alberto Quezada.

CONTAR LO BUENO

La publicación diaria de las cifras de muertos a causa del COVID-19, a criterio del doctor Quezada, “cansa” el alma y opaca el maravilloso hecho de que los médicos “catrachos” le están arrebatando vidas al mortal virus.

“Como médico, vale más contar lo bueno que nos pasa que lo malo, porque todos estamos cansados de escuchar lo malo… No nos dicen a cuántos pacientes les hemos dado de alta esta semana, por eso recalco mi experiencia como una historia positiva”, manifiesta el médico.

¿Acaso no siente temor de contagiarse? Quezada explica que “como personal de primera línea, obviamente usamos nuestros equipos de bioseguridad de segundo y tercer nivel; yo soy una persona católica y yo confío mucho en Dios, en que Él me ayuda, Él está conmigo día a día”.

Además, las oraciones de su madre, su esposa y sus pacientes lo reconfortan, dándole la paz que necesita para desempeñar sus funciones con profesionalismo y devoción.

ANGUSTIA
RECHAZAN HOSPITAL
El doctor David Eduardo Quezada Machigua cuenta que por lo general, los pacientes con COVID-19 se niegan a ser hospitalizados, por lo que se les explica con detalle el grado de gravedad de sus pulmones.

“Si un paciente amerita un ingreso es porque ya hay un daño pulmonar importante, pues al momento de nosotros recibir a ese paciente, obviamente nosotros tenemos que hacerle ver a él y hacerle conciencia de que él necesita ingresarse y le digo esto porque mucha gente cuando le dicen que va a la sala de covid dice: ¡No, no quiero estar allí yo solo!, porque mis familiares no pueden entrar”.

“Entonces, después de estabilizarlo, lo primero es decirle usted tiene que estar hospitalizado, se le explica cómo es el área en donde va a estar y que allí hay personal de enfermería y médico las 24 horas del día y que vamos a estar cuidando de ellos en todo momento y que en ningún momento lo vamos a soltar de la mano”, agrega.

SOLIDARIDAD
UN TRATO HUMANO
Al saber de antemano que sus pacientes con COVID-19 se deprimen al no poder ver a sus familias, el doctor David Eduardo Quezada Machigua, procura darles consuelo.

Comenta que, “yo, personalmente, cuando paso las rondas y voy a revisarlos, trato de tener una ligera plática, de preguntarles cómo están, cómo se sienten, incluso les doy opción de que les manden cartas a sus familiares que están afuera, para que con su puño y letra les digan cómo están y así sus familiares, desde afuera, les responden y eso les ayuda mucho, la parte psicológica en los pacientes ayuda mucho”.

Quezada afirma que “la parte del alta es la mejor, porque ya es cuando decimos cumplimos metas y tratamos de darle ánimo a ese paciente, decirle allí está su familiar afuera, esperándolo, así que siéntase feliz, porque juntos, usted y nosotros, pudimos vencer al covid”.

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