EL LUGAR DONDE VIVIMOS

ZV
/
21 de agosto de 2021
/
12:38 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
EL LUGAR DONDE VIVIMOS

EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS

AYER íbamos a tocar más a fondo lo del cambio climático, pero nos entretuvimos en nostálgica añoranza de décadas atrás, cuando Tegucigalpa y Comayagüela, chiquitas, más limpias, más bonitas, más amables, mejor administradas, eran acogedoras ciudades de clima fresco más placentero. En cuanto a lo que concierne a la época actual, únicamente lamentar que tópicos relevantes que realmente afectan la vida de los hondureños no interesen al debate de la campaña política. Son otras las inquietudes que manejan a la perfección los aspirantes para atraer votos de la afición. Si no es recurriendo a dar frívola función que divierte espectadores ávidos de entretenimiento, es explotando los odios, los miedos, las aversiones, las repulsiones. En fin, todo ese montón de fobias arracimadas al cenagal de los bajos instintos. Incluso la rabiosa diatriba que embusteros frustrados siguen sacando del pozo séptico de sus fétidos complejos.

Ahora sí, ¿cuál sería la sinopsis de unos 14 mil artículos científicos que encienden la alarma roja a la humanidad, sobre el calentamiento global? Las emisiones continuas de gases de efecto invernadero “estarían quebrando un límite clave de temperatura en la próxima década”: 1. El cambio climático es generalizado, rápido, no algo lejano; ya está aquí como parte de la vida cotidiana y se está intensificando. ¿Qué futuro nos espera? Depende de nosotros. No se descarta “una subida del nivel del mar que se acerque a los 2 metros a finales de este siglo”. El informe enfatiza en “la responsabilidad colectiva”. No hay duda alguna “somos nosotros los que podemos detener o acelerar el desquicio”. 2. “La temperatura puede aumentar más de lo previsto”. El informe anterior consideraba un límite global seguro para el calentamiento una temperatura de los 1.5°C”. “Sin embargo en las negociaciones del Acuerdo de París del 2015, muchos países en desarrollo y estados insulares presionaron por un límite de temperatura más bajo, argumentando que era una cuestión de supervivencia para ellos”. Sin embargo de allá para acá “la influencia humana ha calentado el clima”. “En todos los escenarios, el umbral se alcanza en 2040”. “Si no se controlan las emisiones, los 1.5°C podrían alcanzarse en alrededor de una década”. Tampoco es para espantar que si se supera el 1.5°C, de repente todo se volverá muy catastrófico”. Son males y daños graduales sobre los que ya hay evidencia elocuente de ellos. 3. “El nivel del mar continuará aumentando, no importa lo que hagamos”.

El informe muestra ahora que, en los escenarios actuales, “los mares podrían elevarse por encima del rango probable, subiendo hasta 2 m para fines de este siglo y hasta 5 m para 2150”. Un escenario bastante negativo. Y aunque el aumento del mar fuese relativamente leve, habría efectos colaterales imposibles de evitar. 4. Sobre la llamada “sensibilidad climática de equilibrio” ello es el rango de calentamiento que podría ocurrir de duplicarse los niveles de CO2. Estiman una reducción a lo contemplado en informes previos. Situando el margen a un 3°C como el más probable. 5. “Según el IPCC, alrededor de 0.3°C de los 1.1°C de los que el mundo ya se ha calentado es resultado del metano”. “Estas son emisiones ligadas a la industria del petróleo y el gas, la agricultura y el cultivo de arroz”. Dice uno de los expertos: “Cuando se trata del sobrecalentamiento de nuestro planeta, cada fracción de grado importa, y no hay una forma más rápida y alcanzable de disminuir la tasa de calentamiento que reduciendo las emisiones de metano causadas por el hombre”. ¿Por qué –manda a preguntar el Sisimite con Winston– esto debiese importar, como tópico prioritario en la discusión política? Porque se trata del lugar donde vivimos y del único planeta que tenemos.

Más de Editorial
Lo Más Visto