Honduras, el país de las filas

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21 de agosto de 2021
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12:02 am
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Honduras, el país de las filas

Por: Carlos Medrano
Periodista y libre pensador

Honduras es el país de las filas de personas, un sistema primitivo que obliga a los hondureños a llegar a un sitio, seguir una hilera de individuos y obtener una información, servicio o producto, exhibiéndonos como un país tercermundista, casi colindando con el salvajismo.

El proceso de vacunación es un claro ejemplo de este retrógrado fenómeno que ha sacrificado a miles de hondureños que en extenuantes jornadas se han visto sacrificados para ser inoculados.

Parados al par de una pared, levantándose temprano, aguantando frio, sol, lluvia, humo, asaltados, a la impredecible intemperie, soportando hambre y aguantando los deseos de hacer sus necesidades fisiológicas en un lugar adecuado, las hondureñas y hondureños no tienen de otra que con estoicismo obedecer las reglas del juego.

El proceso ha sido prehistórico, un llamado masivo para rangos de edades y a horas específicas, en un centro educativo o un centro deportivo o militar, en donde llegan cientos y cientos de personas que arriban con la incertidumbre si habrá vacuna para ellos.

Si realmente quieren mejorar o tratar bien al pueblo, debemos tomar ejemplo de los países desarrollados, que son más inteligentes, que quieren a su pueblo y que no están haciendo política con la vida o la muerte.

En los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, han utilizado la unidad de diversos sectores, la tecnología y su infraestructura para lograr inmunizar a su población en tiempo récord (como ningún otro país del mundo), comenzando por conocer sus prioridades de vacunación.

Se vacunó a los mayores de 65 años y quienes residen y trabajan con ellos, a los trabajadores sanitarios que tienen contacto con los infectados, personal de las fuerzas de seguridad y bomberos, personas con problemas de salud con informe médico y profesores en algunos niveles.

Se extendió el número de centros en donde se administran las vacunas, inclusive utilizando el apoyo de cadenas de farmacias con presencia nacional como las Cadenas CVS, Wallgreens, Publix y Kroger, para colocar la vacuna masivamente, incorporando además a todos los profesionales de la salud como dentistas, veterinarios, estudiantes de atención sanitaria, técnicos de emergencias médicas, matronas, optometristas, paramédicos, militares, médicos asistentes, pediatras, terapéuticos respiratorias.

De ahí, se podría mencionar las campañas educativas emitidas desde el presidente de la República para abajo, algunas empresas ya exigirán a sus trabajadores la vacuna para que puedan seguir laborando en la compañía e incentivos que van desde regalar cervezas, marihuana, dinero, entre otros, para que los estadounidenses se inoculen.

Otro ejemplo de las filas que caracterizan que estamos en Honduras, ha sido el proceso utilizado por el Registro Nacional de las Personas, RNP, para obtener el Documento de Identificación Nacional, DIN, pese a que pretendieron utilizar la tecnología informática para obtener la identidad.

Eran filas y filas en casi todos los lugares en donde se estaba entregando el preciado documento, atropellados, sin guardar distancia, con insultos, trifulcas y una serie de incomodidades que nos retrata como un país bestial, sin orden, sin disciplina y sin educación.

Filas para recibir bonos de la tercera edad, filas para entrar a los estadios, filas en los bancos, alcaldías, para pagar impuestos, para solicitar un documento, filas en todos los lugares a donde uno necesite una gestión gubernamental, privada o personal.

Utilicen el Internet, existen programas informáticos que evitan colas o tumultos de gente, revivan el Correo Nacional y le mandan sus documentos por correo, sean considerados con la gente que necesita una mejor suerte.

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